Opinión
¡Volvimos al pasado!
El país está sumido en el temor, retrocediendo en el tiempo hacia una época histórica que nos causa escalofríos tan solo al imaginarla.
Hoy escribo con un profundo dolor por mi patria. Durante la campaña presidencial, muchos de nosotros enfrentamos críticas cuando alertábamos sobre las posibles repercusiones de que Gustavo Petro llegara al poder. Recuerdo cómo algunos amigos restaban importancia a la situación, sosteniendo que enfrentaríamos cuatro años difíciles debido a su notoria falta de habilidades en gestión y liderazgo, y a su personalidad inestable, confrontativa, egocéntrica y extremista, sin mencionar su incapacidad para considerar otras perspectivas.
No obstante, más allá de su personalidad errática, lo que nos preocupaba era cómo manejaría las negociaciones para lograr la paz total. No solo por el escándalo del “pacto de La Picota”, que fue denunciado durante la campaña, sino también por el respaldo que el Pacto Histórico recibió de varios grupos al margen de la ley en diferentes regiones.
Lamentablemente, las consecuencias de haber elegido un gobierno débil y sometido a los criminales son una triste realidad. El país está sumido en el temor, retrocediendo en el tiempo hacia una época histórica que nos causa escalofríos tan solo al imaginarla.
La visita del defensor del Pueblo Carlos Camargo a la OEA no resultó en vano. Su advertencia sobre la delicada situación de Colombia de cara a las elecciones de octubre no debe pasarse por alto. Aunque nuestra democracia no sea sólida debido a la influencia del narcotráfico, la corrupción y los grupos ilegales, la posibilidad de que los violentos la dominen nos conduce hacia un punto de no retorno. Si esta situación persiste, podríamos estar a las puertas de la suspensión de las elecciones.
Durante su reunión con Luis Almagro, Camargo enfatizó que Colombia está enfrentando uno de los momentos más críticos de las últimas décadas, debido a las graves violaciones cometidas contra la población civil por parte de los grupos armados. Afirmó que casi un tercio de los municipios se encuentran en una situación de riesgo máximo.
Además, alertó sobre la crítica situación de los alcaldes y funcionarios públicos en el contexto electoral. En estos momentos, 8 alcaldes están ejerciendo fuera de sus municipios (Cartagena del Chairá, San José del Palmar, Bagadó, Río Iró, Sipí, Lloró, Tibú). Destacó el caso del alcalde de La Playa, quien se vio forzado a renunciar y abandonar el país debido a la amenaza que enfrentaba. Por otro lado, hizo hincapié en los 9 alcaldes que desempeñan funciones de manera intermitente en sus municipios (Maguí Payán, Roberto Payán, La Tola, Mosquera, Francisco Pizarro, Sucre, Santa Rosa, Mercaderes, Puerto Guzmán). También señaló que se han registrado amenazas contra 86 alcaldes por parte de grupos armados ilegales. Además, confirmó 5 atentados dirigidos a alcaldes (San Andrés de Cuerquia, La Playa, Solano, Río Iró y Mercaderes). Por último, en el año, han documentado 92 situaciones de riesgo que afectan a candidatos y precandidatos. De estas, 10 corresponden a atentados, 78 a amenazas y 4 a homicidios.
La gravedad de la situación es tal que este organismo emitirá, por primera vez en el contexto del proceso electoral, una advertencia sobre los riesgos diferenciados que enfrentan ciertas localidades de Bogotá. Concretamente, 5 localidades se encuentran en riesgo extremo: Sumapaz, Ciudad Bolívar, Bosa, Kennedy y Usme. Además, otras 11 presentan un riesgo alto: San Cristóbal, Rafael Uribe, Fontibón, Engativá, Suba, Usaquén, Santa Fe, Candelaria, Mártires, Puente Aranda y Teusaquillo. Los grupos responsables incluyen el Eln, Clan del Golfo, Estado Mayor Central (Disidencias Farc), Farc (Segunda Marquetalia) y grupos de crimen organizado, como los Paisas y los Boyacos.
Mientras todo sucede, la intransigencia del Gobierno es tal que mantiene el cese al fuego con el Eln, permitiendo que avance en su control territorial y teniendo a la fuerza pública maniatada. Además, se ha llegado al punto en que se permite el decreto de un paro armado en el Chocó.
Pregunta: ¿En quién podemos confiar para defendernos cuando el Ministro de Defensa no existe, el Ministro del Interior se enfrasca en disputas con gobernadores que advierten sobre la crítica situación en el territorio y el Presidente sigue desapareciendo y viendo series en Netflix en lugar de convocar de inmediato un consejo de seguridad en el Cauca?