Columnistas
Y cuando entra a la Iglesia…
Se acepta lo que sucede para crecer y evolucionar. Todo tiene que ver con todo y así ‘arda’, hasta Petro es necesario en el proceso evolutivo. Por ello, no es indispensable entrar a un Templo. Hay que ‘entrar’ si, en uno mismo: el despertar de conciencia no es colectivo.
…a qué va. ¿A pedir favores, a pedir perdón, a pedir salud, a esperar milagros? Nuestra conexión con lo espiritual y trascendente se parece a la conexión material con una entidad Bancaria. Todo el tiempo demandamos ayuda, colaboración, favores. Necesitamos que nos solucionen. Y el resultado de este hecho es el que hace que confiemos o nos consideramos defraudados. Dios termina siendo un Banco de favores. Y ‘sirve’ si nos complace, pero es un fiasco si no nos hace caso…
¿Cómo explicar el caos del mundo con la ‘actitud’ de Dios? ¿No dizque lo puede todo, entonces por qué permite tantas desigualdades e injusticias? ¿Dios permitió que Petro fuera presidente? ¿Para Dios cuál es mejor, Petro o Uribe? ¿Dios permite el sufrimiento? ¿Mi vida cotidiana qué tiene que ver con la espiritualidad? ¿Puedo renegar de los indígenas, pero presto, lleno de devoción, me acerco a comulgar? Pecado, culpa, infierno ¿existen? ¿Cómo me explico el sentido de la vida? ¿Son lo mismo sentido de vida y propósito de vida? No pedí nacer, pero aquí estoy ¿A quién le pasó la factura por lo que estoy viviendo? ¿La tragedia de Rusia culpa de ese Dios ‘indolente’? Gaza y Ucrania, ¿quién lo permite? Preguntas que a la cultura pareciera no interesarle responder. Por el contrario, el objetivo es aturdir con bulla, necesidades, distracciones, de manera que evitemos esas ‘estupideces’ porque no hay cómo dar explicaciones lógicas. Mientras en Cali, ahora, se desarrolla el tercer Congreso de Ciencias Sagradas, donde el objetivo es dar luces sobre lo sagrado y lo divino en la ciencia, algo impensable para el mundo ‘científico’ y racional. Expertos venidos de varios lugares, cerca de Palmira, ayudando a ampliar la mirada en la construcción de un mundo más humano.
Entonces cuando entro al templo, además de favores, ¿qué espero encontrar? Muy seguramente paz interior y es allí donde la espiritualidad y la salud mental se unen. Porque esa necesidad de ‘algo más’, esa urgencia de llenar el vacío no se hace desde afuera y tiene que ver con despertar conciencia que significa conectarse con el yo interior.
Ese silencio personal y esa escucha terapéutica son sanadoras. Mitigan la ansiedad y angustia porque ayudan a mirar de otra manera. No hay miedo, solo conciencia. Caer en cuenta de para qué estoy aquí. Unir piezas de rompecabezas y encontrarle significado a la vida, espacio donde se integran psicología y espiritualidad. Pero no es ‘rezando’ como se curan los problemas emocionales. No es otro (¿Dios?) el que hace el trabajo por mí. Debo enfrentarlo aceptando que nadie nos hace daño, no hay nada que no corresponda a lo que debo vivir. El sufrimiento es necesario para el despertar porque frena el automático.
Se acepta lo que sucede para crecer y evolucionar. Todo tiene que ver con todo y así ‘arda’, hasta Petro es necesario en el proceso evolutivo. Por ello, no es indispensable entrar a un Templo. Hay que ‘entrar’ si, en uno mismo: el despertar de conciencia no es colectivo. No se contagia, ni se impone, ni puede inyectarse. Pero vivo la ansiedad dentro de mí… y debo buscar respuestas. La Psicología Transpersonal, donde se unen psicología y trascendencia, es una herramienta indispensable en este proceso porque te ‘saca’ de lo racional para encontrar el significado profundo de la vida. ¡Tú decides!
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