Cali y Valle: frente unido

El “liderazgo colectivo”, como lo llamó la gobernadora Dilian Francisca Toro en reciente entrevista con El País, y lo positivo que trajo para Cali y el Valle, es uno de los logros a resaltar en este año que concluye. Los mandatarios seccionales trabajaron de la mano, hicieron frente unido para sacar adelante proyectos conjuntos y demostraron que así se consiguen mejores resultados. También quedaron tareas pendientes, que deberán saldarse en el 2025.

El 1 de enero pasado tomaron posesión de sus cargos el alcalde de Cali, Alejandro Eder, elegido por amplia mayoría, y la gobernadora del Valle, Dilian Francisco Toro, quien se impuso en las urnas para ejercer su segundo mandato. La sintonía entre los dos dirigentes ha sido explícita, lo que no ocurrió con sus pares durante los cuatro años anteriores.

La COP16 es el mejor ejemplo. Fue evidente el trabajo sincrónico que hicieron, apoyados por la academia y el sector privado del Valle, con el propósito de obtener para Cali la sede del mayor evento internacional realizado en Colombia, y así mismo para organizarlo en tiempo récord de ocho meses.

Se acondicionó la infraestructura necesaria para recibir a los 23.000 delegados y visitantes de 150 países que llegaron para la Conferencia sobre Biodiversidad, que tuvo lugar entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre. Se realizó por primera vez una Zona Verde con la mejor oferta cultural, comercial, gastronómica y abierta a todo el público. Y se le dio manejo a la seguridad de la región, uno de los grandes retos de la COP16.

Ese ‘liderazgo colectivo’ se ha sentido también en proyectos comunes como el Tren de Cercanías entre Jamundí, Cali, Palmira y Yumbo, cuyo primer tramo debería licitarse en 2025. O en hacer frente a la violencia e inseguridad que rondan al departamento y que afectan a su capital. En esa línea deberá continuarse el trabajo para lograr un aumento del pie de fuerza de la Policía Metropolitana, que tiene a su cargo los municipios de sur del Valle.

Ya de forma individual, el primer año del gobierno Eder tuvo retos como el de encontrar una ciudad desfinanciada y con problemas graves por atender. Se avanza despacio en las soluciones del MÍO, aún no se notan avances en la recuperación del Centro, mientras no se conoce la auditoría forense de Emcali, concluida a mediados del año, y que debería dar luces sobre el estado actual de la empresa y el rumbo a seguir. Para reconocer: el esfuerzo por recuperar la malla vial local y reducir el desempleo, así como por reconciliar a la ciudad.

Los pendientes de la Gobernación están más ligados a obras que son responsabilidad del Gobierno Central, como destrabar la construcción de la vía Mulaló-Loboguerrero y la profundización del canal de acceso al Puerto de Buenaventura, así como avanzar a ritmo más rápido en la nueva Malla Vial del Departamento. La seguridad sigue preocupando y más con la llegada de actores violentos como el Clan del Golfo, mientras hay temor por las finanzas debido a la disminución del recaudo de impuestos.

Tanto a Cali, con $3,5 billones, como al Valle, con $1,5 billones, les fueron aprobados cupos para empréstitos, que se deberán usar para las obras que realmente se necesitan y tendrán que ser manejados de forma transparente y eficiente por sus administraciones.

El año que llega será el de demostrar que se pueden atender las necesidades más apremiantes de los ciudadanos, fortalecer las finanzas y trabajar por el progreso del Departamento y de su capital.