Claridades necesarias
Así las cosas, hay que preguntar de nuevo para qué será endeudado el Municipio, cómo se ejecutarán las inversiones de esos recursos y de qué manera se protegerá el patrimonio público de la capital vallecaucana.
Luego de los lamentables sucesos ocurridos en Cali en los últimos dos meses, la Alcaldía anunció el cambio de destinación del endeudamiento que por $650.000 millones autorizó el Concejo Municipal, y sin saberse aún cuál era su destinación final. Ahora, y aunque las circunstancias indican la necesidad de invertir en iniciativas dirigidas a recuperar el tejido social y a reparar los daños causados por el vandalismo, tampoco se sabe hacia dónde se dirigirá la cuantiosa suma que será pagada con los impuestos que pagan los caleños.
Los daños de lo sucedido en estas ocho semanas son enormes, y se suman a las secuelas que ha dejado la pandemia en los últimos quince meses, ocasionado una parálisis social y económica que aumentó los índices de desempleo y pobreza en la capital vallecaucana. Desde esa perspectiva, no caben dudas sobre la urgencia de dirigir el gasto público hacia la atención de la emergencia que viven muchos hogares caleños, a impulsar la recuperación del empleo y a desarrollar iniciativas que atiendan las necesidades de amplios sectores de la sociedad.
Como se expresó en su momento, cuando el alcalde Jorge Iván Ospina planteó la iniciativa del endeudamiento, todo ello justifica que el municipio haga un esfuerzo y dirija sus recursos a la atención de esos asuntos vitales para la ciudad y sus habitantes. Pero también se dijo entonces que era necesario definir con claridad hacia dónde se destinaría esa importante suma, qué planes y proyectos se iban a financiar con ellos y cuál sería el beneficio que deberían producir.
El Concejo Municipal aprobó de manera rápida el cupo de endeudamiento solicitado por el Alcalde, con base en unas propuestas que si bien fueron enunciadas, debe decirse que no cumplían los requisitos que exige la ley y los principios de administración para ser considerados como proyectos de inversión de una entidad pública. No obstante, la coalición de gobierno dio luz verde a una propuesta que contenía propuestas como la reconstrucción de la Avenida Sexta Norte o la construcción de un bulevar en el centro de la ciudad.
Ahora, el Alcalde le da un giro a su propuesta. Si bien se sabe que hay que invertir en la recuperación de los sectores sociales golpeados por la pandemia, en la atención a las necesidades de los jóvenes y en la reparación de los desastres causados por el vandalismo, no se conoce cuál será el destino final que se le darán a los $650.000 millones, a qué sectores beneficiará y cómo se ejecutará la inversión.
Lo único definitivo es la disposición del alcalde Ospina a endeudar el municipio en esa suma y la de los bancos a prestar la plata que les soliciten. Pero los proyectos no existen y no se conoce la existencia de un programa de inversión coherente que sea aprobado por el Concejo Municipal como representante de la ciudadanía y responsable del control a la administración de Cali.
Así las cosas, hay que preguntar de nuevo para qué será endeudado el Municipio, cómo se ejecutarán las inversiones de esos recursos y de qué manera se protegerá el patrimonio público de la capital vallecaucana.
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