Editorial
El ‘dolor’ del desempleo
El mayor ‘lunar’ económico del gobierno de Gustavo Petro ha sido no ejecutar su presupuesto, por lo que la actual coyuntura ofrece un momento ideal para lanzar un plan de choque que reactive a sectores con gran potencial de creación de empleo.
El mayor ‘dolor’ de la economía caleña, sin duda alguna, sigue siendo el desempleo. Lo confirman las cifras más recientes del Dane, que evidencian una preocupante contracción del mercado laboral en la ciudad entre finales del año pasado e inicios del actual.
En efecto, según el Dane, entre noviembre del 2023 y enero del 2024 la tasa de desocupación en la capital vallecaucana fue de 10,4%. Esa cifra fue inferior en un punto porcentual a la que se había registrado para el mismo período un año atrás (11,4%).
A primera vista, esa reducción, aunque muy leve, podría interpretarse como una buena noticia. Porque ese punto menos significa que, entre un año y otro, el número de personas sin empleo en Cali bajó de 143.000 a 127.000, es decir, 16.000 menos.
Pero resulta que también hubo una baja en la cantidad de personas ocupadas. Un año atrás eran 1.108.000, mientras que ahora son 1.086.000. O sea, en la actualidad se cuentan 22.000 personas más sin una ocupación.
¿Por qué, entonces, si hoy hay más gente sin trabajo, el desempleo en Cali se redujo en un punto porcentual de un año a otro? La respuesta a esa pregunta, que parece encarnar una contradicción, es la que obliga a moderar el optimismo.
Resulta que, según el mismo informe del Dane, la cantidad de personas que participan en el mercado laboral disminuyó en 38.000 entre finales del 2023 e inicios del 2024. Es decir, además de que el número de ocupados bajó, también hubo menos gente que salió a ofrecer su fuerza de trabajo.
Y al haber menos gente compitiendo en el mercado por un empleo, obviamente la tasa de desocupación baja. En otras palabras, ese buen resultado en realidad fue más un efecto estadístico, que un verdadero avance en la solución del problema.
Para ver el ‘vaso medio lleno’ en toda esta situación, vale decir que el desempleo en Cali ha mantenido una tendencia a la baja en los últimos tres años. En el 2021, en pleno coletazo de la pandemia, la ciudad llegó a la escandalosa tasa de 18,6%. Un año después, en el 2022, logró bajar a 15,5% y cerró el 2023 en 11.4%.
Lo que todos deseamos, por supuesto, es que ese descenso se mantenga y que, en el corto plazo, podamos bajar a tasas de un solo dígito. Este 2024, sin embargo, la economía ha iniciado el año con una menor dinámica productiva. Factores como la inflación, las altas tasas de interés y la incertidumbre derivada del ambiente político han llevado a muchos a congelar sus inversiones.
En ese contexto el Estado está llamado a actuar. El mayor ‘lunar’ económico del gobierno de Gustavo Petro ha sido no ejecutar su presupuesto, por lo que la actual coyuntura ofrece un momento ideal para lanzar un plan de choque que reactive a sectores con gran potencial de creación de empleo. Solo por esa vía, Colombia, y especialmente Cali, podrán salir del estancamiento laboral que hoy padecen.
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