Editorial
El futuro del Obrero
Las casas y las calles de este popular barrio no han salido solamente artistas, sino también futbolistas, escritores y periodistas de gran trayectoria.
Haber sido cuna del gusto por la música que caracteriza a los caleños y uno de los pioneros de la industria local son dos de razones para que el barrio Obrero sea uno de los más representativos de la capital del Valle.
Así lo destacó este diario en junio de 2019, cuando se cumplió el primer centenario de existencia legal de este céntrico sector de la ciudad, que fue tomando vida en la medida en que artesanos, obreros, zapateros y trabajadores del ferrocarril se fueron asentando allí.
Es el mismo barrio que en diciembre volvió a estar de moda, gracias al homenaje que le rindió la reciente Feria de Cali, que pasó por ahí con su ruta de alegría, salsa y tango. En ese marco, cientos de turistas provenientes de otras regiones del país e incluso del extranjero fueron invitados a conocer los legendarios ‘templos’ de la salsa y otros ritmos que por décadas han funcionado en ese sector para el deleite de quienes aseguran que el baile y la música son una cuestión de veneración.
Con el pretexto del evento ferial, propios y visitantes fueron enterados de que de las casas y las calles de este popular barrio no han salido solamente artistas sino también futbolistas, escritores y periodistas de gran trayectoria, lo que, unido a la historia misma del Obrero, le dan un realce que vale la pena ser tan aprovechado turísticamente como otros sectores de la capital vallecaucana, tal cual o ha planteado la actual Alcaldía de Cali.
Sin embargo, para que ese lógico anhelo de los habitantes de tan tradicional barrio se convierta en realidad, antes se deben consumar otras aspiraciones que de tiempo atrás ellos han compartido con las distintas administraciones municipales.
A algunas de ellas, correspondientes a trabajos de infraestructura y enlucimiento urbano, según le detalló la presidenta de la Junta de Acción Comunal a este diario, ya se ha comprometido el actual Gobierno Distrital, por lo que se espera que pronto sean una realidad.
Pero el loable propósito de que el Obrero se convierta en un referente turístico a nivel nacional e internacional pasa igualmente porque se mejore la seguridad tanto de sus vecinos como de los visitantes. Entonces es prioritario que se escuchen las voces de quienes lamentan que el parque del icónico barrio se haya vuelto también epicentro del microtráfico, lo que se traduce no solo en un alto consumo de drogas de jóvenes del sector, sino en el temor permanente de que ocurran hechos delictivos en los alrededores.
A ello, agregan los vecinos, se suma que habitantes de calle y algunos migrantes diariamente generan mucha basura en los espacios públicos y está la inducción a la prostitución de menores de edad, ya que en el barrio siempre ha funcionado lo que se conoce como zona de tolerancia.
Así que bienvenida sea la merecida reivindicación del valor cultural que tiene el Obrero y su postulación como nuevo referente turístico de Cali, pero ambas cosas deben ir de la mano con el mejoramiento de la calidad de vida de quienes han morado allí por décadas y de medidas que garanticen la seguridad de ellos y de quienes los visiten.