El patrimonio de la CVC

La Corporación Autónoma Regional del Valle, CVC, es uno de los patrimonios más importantes de los vallecaucanos al que se debe proteger y garantizarle los recursos que necesita para cumplir su labor como la máxima entidad ambiental del departamento. Todo lo que la ponga riesgo tiene que ser rechazado, aún más cuando la institución está demostrando su eficiencia y tiene hoy al departamento como ejemplo nacional del cuidado y protección de sus recursos naturales.

Actualmente cursa en el Congreso de la República un proyecto de ley que pretende obligar a las Corporaciones Autónomas Regionales, CAR, a ceder las acciones que tengan en empresas de servicios públicos y entregárselas a los entes territoriales, es decir a los municipios y gobernaciones. La iniciativa, presentada y de la cual es ponente la exdirectora de Parque Nacionales Julia Miranda, ya superó el primer debate en la Comisión 5 de la Cámara de Representantes y ahora deberá pasar a plenaria de esa corporación.

De convertirse en ley, solo dos de las 33 corporaciones autónomas regionales se verían afectadas, la de Santander y la CVC. Pero el golpe mayor lo recibiría está última, porque perdería el 38% de su patrimonio, representado en las acciones que tiene en Celsia Epsa y en Acuavalle. Hay que recordar que hasta 1993, cuando la ley 99 de ese año reorganizó las CAR y limitó sus funciones a ser los entes rectores ambientales en las regiones, la corporación vallecaucana tenía un componente eléctrico.

Como consecuencia de la ley ese componente se escindió y dio paso a la creación de la Empresa de Energía del Pacífico, Epsa, hoy Celsia. Desde entonces la CVC quedó con un recurso importante en acciones en esa compañía que hoy representan $1,4 billones y solo en 2023 le generaron utilidades por $38.000 millones. Son recursos que se utilizan para invertir y pagar parte de la nómina. Además, la Corporación es accionista de Acuavalle, lo que le permite aportar en la construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales, Ptar, en los municipios de la comarca.

Ahí está en buena parte la razón por la cual el Valle del Cauca está a la vanguardia en programas de reforestación a nivel nacional y avanza en la recuperación de sus ecosistemas, así como en la conservación de las cuencas hídricas y la descontaminación de los ríos. Por eso la preocupación en la región si se aprueba la ley que hace tránsito en el Congreso.

Frente a ello, el Valle tiene que alzar su voz de protesta, mientras el Bloque Parlamentario debe actuar unido para evitar que a la CVC se le quite su patrimonio, que es de todos los vallecaucanos. Si no se actúa con tiempo y con responsabilidad, la Corporación deberá entrar en una profunda restructuración al no percibir los importantes recursos que le generan los dividendos accionarios y dejará de invertir lo que hoy invierte con eficiencia y oportunidad.

De ser así, se pondría en riesgo la preservación ambiental del Valle del Cauca a la vez que se perderían los avances importantes para mejorar sus ecosistemas y conservar sus recursos naturales.