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El río Cauca es la vida

Es incompresible e inaceptable que 30 años después de prometerse y a casi 15 de firmarse el documento Conpes por el río Cauca, que definía aportes de la Nación y de los departamentos por un billón de pesos, su concreción siga en el limbo.

28 de octubre de 2022 Por: Editorial .

El río Cauca, a su paso por el Valle, se define en una palabra: vida. De él se abastecen de agua tres millones de personas, es el sustento económico y alimentario para miles de familias, a la vez que alberga ecosistemas y biodiversidad únicos. Pero los males, también lo acechan.

De lo bueno y de sus enfermedades, de conocer a fondo al afluente hidrográfico más importante del departamento, de comprender por qué es esencial para su sociedad y cómo es representación de su cultura, trata Expedición Río Cauca. El trabajo de investigación plasmado en un documental de hora y media, presentado por la CVC y sus realizadores esta semana, es el recordatorio de por qué hay que salvarlo, del esfuerzo que queda por delante y que la indiferencia no puede ser más la forma como se mira al río Cauca, desde el Valle y desde el resto de la Nación, que también tiene responsabilidades.

En el recorrido de varias semanas por los 400 kilómetros del río, desde Jamundí hasta Cartago, se estableció cuál es la condición actual del río.
Lo primero fue comprobar que la vida a lo largo de su cuenca sigue prevaleciendo y se ha recuperado, por lo que aún es el hábitat de cientos de especies, algunas de ellas endémicas, y también el albergue de paso de tantas otras en diferentes épocas del año. En ello se debe reconocer el trabajo en el que se han comprometido en los últimos años las entidades ambientales del Valle, los municipios, el sector privado y las comunidades con las que el río forma una simbiosis.

Así es como se avanza en la reparación del sistema de humedales del Departamento, incluida la laguna de Sonso, o en la recuperación de las cuencas hidrográficas que abastecen al río Cauca así como en el repoblamiento de peces para garantizar el sustento de las poblaciones que dependen de él. Y se hacen avances como la Planta de Tratamiento inaugurada recientemente en Yumbo para descontaminar las aguas residuales que se le devuelven al río, o los esfuerzos particulares de la industria vallecaucana para reducir el impacto ambiental en su cauce.

No es suficiente. Y no lo será mientras el Cauca entre moribundo al Valle por la contaminación que arrastra casi desde su nacimiento, por el daño que le causa la minería, porque sin contemplación se le sigue considerando la cloaca a la que no importa arrojar los desperdicios o las aguas sucias, o mientras obras urgentes como la optimización de la Ptar de Puerto Mallarino en Cali se ahoguen por la corrupción.

Es incompresible e inaceptable que 30 años después de prometerse y a casi 15 de firmarse el documento Conpes por el río Cauca, que definía aportes de la Nación y de los departamentos por un billón de pesos, su concreción siga en el limbo. Mientras tanto el daño aumenta a diario, pese a los esfuerzos solitarios del Valle, y con ello crece la cantidad de recursos necesarios para salvarlo.

En ese sentido va también el llamado que hace la Expedición Río Cauca: a quienes son los beneficiarios directos del río y de sus bondades, para que lo cuiden en su cotidianidad; a los municipios para que se comprometan con su protección; a la industria para que garantice las buenas prácticas ambientales y a la Nación para que cumpla con su obligación de recuperarlo y conservarlo.

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