Editorial
Que no se repita
Ahora es de esperar que se cumplan todas las garantías de seguridad y protección para los cerca de 8.000 vehículos que transitan diariamente por el que, sin duda, es el más importante corredor vial del suroccidente colombiano, vital para el tránsito de pasajeros, particular y de carga.
Seis meses después de la caída del puente del Alambrado sobre el río La Vieja, hoy se inaugura la nueva estructura que unirá al Valle del Cauca con el Quindío y con el centro del país. Termina así la espera, que le significó a la región un impacto económico negativo y tuvo efectos importantes sobre el comercio internacional.
Es de recordar que el colapso del puente se presentó el pasado 12 de abril. En el momento en que transitaban por la vía algunos furgones de carga, automóviles particulares y camiones adscritos a la Policía Nacional, el viaducto se partió en dos, provocando la destrucción de varios vehículos, así como la muerte de dos uniformados y heridas a 15 personas más.
Además de la tragedia, el desplome de la infraestructura dejó incomunicados al Valle y al Quindío, a la vez que significó el cierre permanente del corredor vial más transitado desde el interior de Colombia hacia el sur del país y el resto del continente. Más grave aún fue el impacto que tuvo sobre del transporte de carga desde y hacia Buenaventura, el principal puerto de la Nación, por donde se movilizan cerca del 50% de las exportaciones e importaciones.
El desvío por Pereira, que se hizo obligatorio tanto para el tránsito de pasajeros como de carga, conllevó un incremento en los tiempos de movilidad y por supuesto en los costos de peajes, combustible y fletes. Así mismo, el comercio formal e informal instalado sobre la vía del Alambrado, al igual que el turismo, un renglón fundamental de la economía regional, se vieron afectados, mientras las comunidades del sector quedaron asiladas en la práctica.
Sobre las causas de la caída del puente sobre el río La Vieja, aún no hay suficiente claridad y serán las autoridades correspondientes las encargadas de realizar los juicios de responsabilidad a los que haya lugar. Sin duda era una estructura antigua, de más de 40 años, que requería de permanente mantenimiento, así como de vigilancia constante para garantizar su resistencia y la seguridad de quienes transitaban por ella.
Se debe reconocer que en este caso tanto la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, entidad responsable desde el Gobierno Nacional, así como Autopistas del Café, el concesionario de la vía, cumplieron con los tiempos acordados, lo que permite hacer entrega oficial hoy del nuevo puente del Alambrado y unir otra vez al Valle del Cauca con el Quindío.
Ahora es de esperar que se cumplan todas las garantías de seguridad y protección para los cerca de 8.000 vehículos que transitan diariamente por el que, sin duda, es el más importante corredor vial del suroccidente colombiano, vital para el tránsito de pasajeros, particular y de carga.
Que no se repita tan nefasta experiencia, que tuvo consecuencias directas para el Valle, también para la industria y el comercio nacionales, así como para sectores esenciales de la economía como el turismo, que tanto se empeña en impulsar el actual gobierno.
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