Cuidado con Tuluá
Tuluá y el centro del Valle son fundamentales para el departamento e importantes para el país y no pueden dejarse a merced de la delincuencia.
No es la primera vez que Tuluá padece el azote de las extorsiones.
Años atrás fueron las Farc, el narcotráfico y el paramilitarismo los que pretendieron someter así a quienes vivían en zona rural del municipio, y ahora es la delincuencia la que tiene como objetivo a esa ciudad.
El resultado son los carteles que se han creado para extorsionar a comerciantes y ciudadanos, como el del huevo, que comete crímenes contra quienes no se pliegan a sus demandas.
Antes, se denunciaron el cartel de la papa, el de la cebolla, el del cilantro, que operaban de la misma manera contra los campesinos y tenderos.
La consecuencia es el cierre de tiendas y locales, el cese de operaciones de empresas como las avícolas que generan empleos e ingresos en el municipio, y un desabastecimiento de productos en la localidad.
Se debe reconocer que la Policía y el Ejército están actuando para desmantelar a esas organizaciones delincuenciales así como para combatir a los grupos criminales que pretender tomarse de nuevo las montañas tulueñas y su centro urbano.
Se espera que las operaciones de las autoridades den resultados efectivos, se proteja al municipio y se les devuelva la tranquilidad a sus habitantes.
Tuluá y el centro del Valle son fundamentales para el departamento e importantes para el país y no pueden dejarse a merced de la delincuencia.