El pueblo mágico
Es esa cultura que se transpira en cada rincón la que hace de Roldanillo un Pueblo Mágico, título que ahora se le ha otorgado de forma oficial.
Roldanillo es arte, es poesía, es novela.
También es brillo y luz, esos que enamoraban al maestro Omar Rayo, quien nunca se cansó de decir que el sol en ese rincón del Valle se refleja de una forma única, por lo cual los colores son más intensos, diferentes a los del resto del planeta.
Es esa cultura que se transpira en cada rincón la que hace de Roldanillo un Pueblo Mágico, título que ahora se le ha otorgado de forma oficial.
Para hacerle gala a su recién estrenado calificativo, hoy el arte no solo está en los cuadros del Museo Rayo, o en esa exposición permanente que maravilla a orillas de la carretera, ni aparecerá cada año cuando las poetisas se reúnan para elevar sus cantos a todos los oídos del planeta.
A partir de ahora las fachadas de las casas y las calles también reflejan la cultura a través del color, de las obras de arte de los artistas que las adornan, de las frases que se hacen visibles cuando un rayo solar las resalta y les da vida para quienes las vean.
A ese pueblo mágico hay que visitarlo también por sus paisajes, por esos cielos azules que surcan cada año los mejores parapentistas del mundo, por los cuaresmeros de semana santa y por las empanadas de cambray, tan vallecaucanas y que allá, dicen los coterráneos, son únicas.
Solo una petición hacen los roldanillenses para que esa magia sea total: que se arregle el puente sobre el río Cauca, que lleva años acusando deterioro sin que se le ponga la atención que le deben.
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