Rehabilitación imposible
Es claro que con esas condiciones es imposible la rehabilitación de los internos y la situación se presta para constantes intentos de fuga.
El Centro de Atención Especializada de Menores Valle del Lili es otra muestra del estado en que se encuentran los centros de reclusión de la ciudad y del país.
Peor en este caso porque es ahí donde se aloja a los menores de edad acusados de delitos y deben ser rehabilitados, ofreciéndoles herramientas para alejarse del crimen y la violencia, por lo que se requieren instalaciones adecuadas y en buen estado.
Es todo lo contrario a lo que pasa en Valle del Lili y el Buen Pastor, según las denuncias de la Procuraduría General de la Nación que abrió una investigación contra la Gobernación del Valle y la Alcaldía de Cali por las condiciones de esos centros.
En el caso del Valle del Lili hay fallas estructurales que ponen en riesgo a los 229 jóvenes internos: “Se está cayendo a pedazos”, asegura la Procuradora Judicial de Familia de Cali al informar que partes de la edificación ya se derrumbaron, hay humedades, paredes agrietadas, los baños no sirven y varios de los talleres de formación no funcionan.
Es claro que con esas condiciones es imposible la rehabilitación de los internos y la situación se presta para constantes intentos de fuga.
Los menores de edad delincuentes merecen que se les dé la oportunidad de corregirse y regresar a la sociedad con la posibilidad de emprender una vida diferente.
Y nada se conseguirá si no tienen al menos unas condiciones dignas.