Molino de papel
Seguridad para el sector azucarero
El sector azucarero, uno de los que más empleos genera, no ha recibido hasta ahora el acompañamiento que requiere para enfrentar la situación.
La violencia sigue golpeando al sector de la caña de azúcar en el norte del Cauca, sin que el Estado enfrente como corresponde el que es un problema mayor.
La semana pasada en el corregimiento de Obando, municipio de Padilla, un trabajador fue asesinado mientras realizaba vigilancia en los cultivos de caña, labor a la que se dedicaba desde hace nueve años.
Con este son nueve los casos que se han presentado en el 2023, en que trabajadores de ingenios o fincas cañicultoras son asesinados durante sus labores.
Hechos que se suman a las invasiones a propiedades privadas, realizadas en su mayoría por grupos indígenas, en las que se agrede trabajadores, se quema maquinaria, se incendian cultivos o se destruyen los bienes inmuebles.
La situación se intensifica por la violencia generalizada, perpetrada por las bandas delincuenciales y grupos al margen de la ley que ejercen el control sobre estos territorios, principalmente en la zona rural.
Y por la dificultad del Estado para garantizar la seguridad de la comunidad y de las industrias de la región.
El sector azucarero, uno de los que más empleos genera, no ha recibido hasta ahora el acompañamiento que requiere para enfrentar la situación.
Ello pese a que en reiteradas oportunidades trabajadores y empleadores han pedido al Gobierno Nacional garantías para realizar su labor de manera segura, sin exponer su vida y la de sus familias cada día.
Lo que se espera del Estado colombiano es que garantice la integridad de los trabajadores, de las comunidades del norte del Cauca y que proteja la propiedad privada.
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