Política
“Colombia es el hazmerreír diplomático de los países”: Analistas hablan sobre el apoyo de León Fredy Muñoz al régimen nicaragüense
Expertos indican que el Canciller fue nombrado para facilitar las negociaciones con el ELN, pero desconoce la política de Estado.
“Es altamente criticable la decisión política del Presidente de nombrar, ante todo, a defensores de su Gobierno como embajadores, porque si este es el Gobierno del cambio, eso está muy lejos de representarlo. Aun cuando es una costumbre de todas las Administraciones, Gustavo Petro había promovido una bandera distinta para fortalecer las relaciones internacionales y se contradice abiertamente”.
Esas fueron las palabras del consultor político Álvaro Benedetti a propósito de la polémica suscitada por el embajador de Colombia en Nicaragua, León Fredy Muñoz, quien participó en una marcha a favor del régimen autoritario de Daniel Ortega vestido con símbolos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (ver recuadro).
La polémica por el apoyo de Muñoz, quien además tiene dos juicios pendientes en Colombia por tráfico de drogas, se suma a las acusaciones que pesan sobre otros embajadores que también tuvieron nombramientos cuestionables por su falta de experiencia en el cargo.
“El país está consolidando una diplomacia de micrófonos, tanto interna como en el servicio exterior, donde se echa de menos que existan funcionarios que tengan una visión clara sobre cómo fortalecer las relaciones internacionales y lograr, en un lapso corto, como lo es un periodo de gobierno, promover iniciativas de inversión”, dice el consultor político.
Para él, “así como estamos en la política interna, con un clima de inacción muy fuerte por cuenta de las movidas en el gabinete, las malas decisiones asociadas a los cargos de la alta dirección del Estado, tal parece que sucederá lo mismo en el servicio exterior. Es lo que se prevé en lo que llevamos de Administración”.
Asimismo, una fuente que pidió no ser identificada señala que “somos el hazmerreír diplomático de los países, porque hay embajadores que se presentan sin siquiera hablar los idiomas. Es muy triste que esto esté sucediendo porque fundamentalmente la diplomacia es esa herramienta que tiene la política exterior del Estado para hacerse visible en escenarios distintos”.
“No solo estamos desaprovechando oportunidades, sino que estamos quedando en ridículo, porque hay estados más pequeños y con menos Producto Interno Bruto, que tienen más presencia en el mundo. Es frustrante que el Presidente asuma las embajadas y consulados como su caja menor para pagar favores políticos”, añade.
De hecho, ese es el caso de embajadores como Álvaro Moisés Ninco, en México, a quien se le justificó su nombramiento por haber participado en un modelo de Naciones Unidas.
También, sucedió lo mismo con la cónsul en Barcelona, Karen Natalia Carvajal, que logró posesionarse gracias a una acreditando de tan solo seis semestres en diseño de modas.
“Los nombramientos políticos son los que Petro monta, los de carrera diplomática son los que cada año presentan un examen y entran en calidad de terceros secretarios y van ascendiendo. El problema es que están en el Ministerio y se forman, entonces hay mucho recurso humano valioso, pero en vez de elegirlos a ellos, mandan a cualquier pelafustán”, explica la fuente que pidió el anonimato.
Además, reitera que las asignaciones que se han efectuado no van en línea con lo dicho en campaña, dado que el Mandatario prometió una política exterior feminista, pero no ha escogido mujeres, sino que los candidatos corresponden a personas sin calidades.
¿Crisis en la cancillería?
Las fuentes consultadas coinciden en que el canciller Álvaro Leyva fue nombrado para llevar a cabo la negociación con el Ejército de Liberación Nacional, ELN, pero no para estar al frente de las responsabilidades que tiene el Ministerio de Relaciones Exteriores.
“Este pareciera ser más el canciller de la paz, antes que uno que tenga una representación mucho más universal de la política de Estado en Colombia, y eso lo hace ver como un activista, antes que como ministro de Estado”, menciona Álvaro Benedetti.
“Si eso es del Canciller para abajo, no es de extrañar que en Venezuela haya sido nombrado Armando Benedetti por cuenta de pagar favores políticos y quién sabe qué tipo de negocios o relacionamientos individuales se haya surtido durante su estadía en el vecino país y lo mismo pasaría en el caso del embajador en Nicaragua, León Fredy Muñoz”, agrega.
“Es un estratagema”
“Lo que hacen a través de estas marchas es buscar cohesionar al pueblo para legitimar lo ilegítimo, en este caso, el mantenimiento de la dictadura, y por lo mismo, el embajador no se puede meter porque no tiene injerencia”.
Así explica una fuente que pidió no ser identificada lo que serían las marchas sandinistas, a las que asistió el embajador de Colombia en Nicaragua, León Fredy Muñoz.
Del mismo modo, señala que esa manifestación realizada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, Fsln, es un “estratagema” utilizado por el Gobierno de Daniel Ortega para asegurar su llegada al poder político.
A propósito, la fuente analiza que esas “son medidas populistas que utilizan las dictaduras, justamente, para legalizar sus administraciones”.
También, explica que las medidas que desarrolla ese régimen autoritario se dividen en dos: cohesión y fuerza.
“Inicialmente, las dictaduras llegan al poder por cohesión, pero para mantenerse en el mismo, utilizan esos métodos de la fuerza”.
La Haya
Otra arista de la polémica tras las declaraciones del embajador León Fredy Muñoz, es que se realizaron en la semana en la que se conocerá el fallo de la Corte Penal Internacional, CPI, de La Haya.
Se trata de una disputa sobre los límites marítimos en el archipiélago de San Andrés, en la que Nicaragua ha reclamado la supuesta existencia de una plataforma continental que se extendería a más de 200 millas, pero que Colombia afirma que no es procedente tal delimitación.
“Es admirable lo que he sentido desde que llegué a Nicaragua, es un pueblo alegre, bonito, amable y convencido de su revolución”. Fueron las palabras de Muñoz que hicieron crecer las expectativas acerca de si su asistencia a la marcha sandinista tendría relación con el fallo de La Haya.
Sin embargo, desde varios sectores rechazaron las acciones del embajador. Uno de ellos fue el canciller, Álvaro Leyva, quien le pidió “compostura y prudencia” al momento de actuar.
Al respecto, Muñoz respondió que era su “obligación como embajador participar en actividades importantes para el Gobierno sandinista”, y que debía “hacer presencia estratégica para cuidar los intereses nacionales de Colombia en Nicaragua. Esto, más allá de las estrategias jurídicas en La Haya o en los organismos multilaterales”.