FARC
Diálogos de paz con las disidencias de las Farc, entre rivalidades y riesgo de fracasar
El Estado Mayor Central que rechazó el acuerdo de paz de 2016 anunció el domingo en una masiva reunión de rebeldes que está "listo" para negociar la paz.
El mayor grupo armado disidente de la guerrilla Farc dijo estar dispuesto a entablar un diálogo con el Gobierno, pero la incertidumbre y la desconfianza planea sobre la paz total propuesta por el presidente Gustavo Petro.
El Estado Mayor Central (EMC), que rechazó el acuerdo de paz de 2016 que desarmó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), anunció el domingo en una masiva reunión de rebeldes y campesinos en un área bajo su control en el sur del país que está "listo" para una paz "con justicia social" que empiece a negociarse el 16 de mayo.
El EMC se apartó del acuerdo que desmovilizó a más de 13.000 miembros de la antigua guerrilla más poderosa de América. De estos, más de 10.500 continúan su proceso de reincorporación, según la ONU. El Gobierno estima que actualmente el EMC tiene 3.000 combatientes, la mayoría nuevos reclutas.
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"¿Cuáles serán las reglas bajo las que se va a pactar este nuevo acuerdo de paz y qué tanto compromiso va a haber? Colombia tiene una larga historia de procesos" de paz fallidos y unos "pocos" exitosos, explicó a la AFP la experta Patricia Muñoz, de la Universidad Javeriana.
Colombia es el mayor productor de cocaína del mundo y vive un conflicto interno que deja más de 9 millones de víctimas en medio siglo.
Rivalidades
Desde la noche del domingo la prensa colombiana muestra vistosas imágenes del encuentro en el departamento del Caquetá (sur). Una reunión llena de referencias marxistas y dialécticas "revolucionarias" con todos los atributos de las históricas Farc, de las que el EMC pretende ser único heredero.
Como aturdida por esa exhibición de fuerza de los guerrilleros, la clase política apenas reaccionó y el presidente Petro, de viaje en Estados Unidos y muy activo en redes sociales, no hizo comentarios.
"Rechazamos el uso de nuestros símbolos por el autodenominado estado mayor central. Esto solo perpetúa escenarios de estigmatización y pone en riesgo la vida de firmantes de paz", escribió en Twitter el congresista y antiguo rebelde Luis Albán, del partido Comunes, surgido del acuerdo de paz de 2016.
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Más de 360 exguerrilleros de las Farc han sido asesinados desde entonces, la mayoría a manos de disidentes, según autoridades.
Existe otra facción escindida de las Farc, la Segunda Marquetalia, que firmó el acuerdo de paz y luego retomó las armas en 2019. Hoy son enemigos del EMC y también adelantan diálogos con el gobierno.
Unidad de mando
El EMC tiene su base en los "Llanos", una sabana poco poblada del tamaño del Reino Unido que va desde el pie oriental de los Andes hasta la Amazonía.
Enclave de la producción de coca desde hace décadas, la región es puerta de entrada a Brasil, Venezuela y Perú y está en el corazón del problema de la deforestación. Los disidentes lo saben y pese a las acusaciones de tráfico de drogas y madera, ahora se presentan como defensores de la "Madre Tierra".
El EMC extiende ahora sus tentáculos al Cauca (oeste), Catatumbo (este) y Putumayo (sur).
Sin embargo, aún es incierta la cohesión en torno al mando de la figura de Iván Mordisco, presente en el acto del domingo, debido a la atomización que caracterizaba a las disidencias hasta ahora.
Para el investigador del conflicto Jorge Mantilla, por eso "el punto de partida del proceso" es la suspensión de captura de 19 mandos del EMC "para propiciar una reunión de comandantes que llevaría a una coordinación hoy inexistente", según consignó en una columna en el portal Razón Pública.
Petro, un exguerrillero que firmó la paz en 1990 antes de saltar a la política, negocia también con los rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con la mayor banda narco conocida como Clan del Golfo.
Los riesgos de un fracaso
Bajo su política de paz total, Petro ofreció una tregua bilateral a los principales grupos armados. Si bien se rompió con el Clan por violaciones a lo pactado y el ELN rechazó el cese de acciones ofensivas, se ha mantenido hasta ahora con los disidentes, a pesar de que las partes denuncian ataques de lado y lado.
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"Declarar al Clan del Golfo como enemigo de la paz es la salida natural y lo único que permitirá darle aire a un proceso con el Estado Mayor Central", opina Mantilla.
Para la analista Muñoz el anuncio de cese al fuego "fue precipitado", pues en una negociación de paz debe acordarse "cuando ya se haya madurado el diálogo y la construcción de confianza" como ocurrió en 2016.
"Si la paz total fracasa, la respuesta de la oposición será feroz. Las banderas de la mano dura contra el crimen y de la respuesta militar a los conflictos socio-territoriales están a la vuelta de la esquina", advirtió Mantilla.