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Discurso incendiario de Petro representa grandes riesgos para el país, advierten analistas

Según analistas, la estrategia de Petro de movilizar a sus seguidores a las calles para forzar al Legislativo a apoyar sus reformas sociales puede ser riesgosa.

19 de febrero de 2023 Por: Argemiro Piñeros Moreno, Colprensa.

En el mismo estilo que usó en campaña, el presidente Gustavo Petro sacó esta semana a miles de colombianos a las calles para respaldar la aprobación de sus reformas sociales, pero también para presionar al Congreso de la República, lo cual en el corto plazo le puede generar réditos, pero en el largo plazo puede resultar costoso.

Con la Plaza de Armas de la Casa de Nariño llena, y con un aviso de ‘Petro dictador’ que enarbolaba a lo lejos el representante por el Centro Democrático José Jaime Euscátegui, el Mandatario les aseguró a sus seguidores que “las reformas hay que presentarlas a la discusión pública, al debate, al Congreso; dictador me llaman, cuando hemos dejado nuestra obra en manos del Congreso de Colombia, como una democracia lo requiere”.

Y casi seguido les envió a los senadores y representantes a la Cámara un mensaje: “Pero lo que sí debo advertir es que, si en alguna circunstancia las reformas se entrabaran en el Congreso, lo único que están haciendo es construir no los caminos de un pacto social y no los caminos de la paz”.

Según observadores, es claro que en el corto plazo la estrategia presidencial funcionó: volvió a sacar gente a las plazas, como lo hizo en campaña, pero también es evidente que Gustavo Petro se está jugando una carta de alto riesgo ante la pérdida de popularidad y la que parece ser, por ahora, una decisión de los partidos de la coalición de no votar las reformas a ojo cerrado.

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De la robusta coalición que el Jefe de Estado aparentaba tener en el Legislativo, el único respaldo incondicional que la controvertida reforma a la salud ha recibido hasta ahora es el del Pacto Histórico, su partido.

Aún se desconoce cuál será la postura de la Alianza Verde. Y en las otras fuerzas oficialistas, Liberal, Conservador y la U, es evidente que se tienen serios reparos a esa iniciativa y que, con el paso de los días, sus llamadas líneas rojas se remarcarán, sin importar la presión que se ejerza desde las calles.

Para el analista político Jorge Luis Yarce “definitivamente existe una coacción indebida por parte del Presidente. En su discurso fue enfático y claro en aseverar que si no se tramitaban sus reformas tal como él las está presentando, se iría a las calles a gobernar con el pueblo. Eso no es otra cosa que una amenaza directa de fuego. Es decir: si ustedes no cumplen con mis demandas, yo hago que mis seguidores acaben con este rancho”.

A su vez, el también analista político John Mario González considera que “la contraposición que hace Gustavo Petro entre la calle y el Congreso o las instituciones no tiene precedentes en la historia de Colombia y significa conducir al país, con premeditación y alevosía, hacia el precipicio y riesgo de quiebre institucional”.

Y agrega: “Colombia, infortunadamente, no eligió un presidente de izquierda cualquiera, sino uno que juega al ‘hechizo comunista’, que posa de intelectual en su autobiografía, pero que, por desgracia, no entiende que un país nunca puede lograr justicia social sin productividad y sin estimular las fuerzas creadoras del mercado”.

La postura de González coincide con la del exsenador por el Centro Democrático John Harold Suárez, quien asegura que “el Presidente tiene que darse cuenta de que ya no es candidato, de que no es el Presidente de los once millones que votaron por él, sino que es el Presidente de los 50 millones de colombianos y que no debe enviar mensajes que puedan incitar a confrontaciones entre unos y otros. Lo que tiene que hacer es tender lazos para unir las diferencias, mirar cómo construir país”.

Pero la estrategia de llevar la defensa de sus iniciativas a las calles es respaldada por el representante a la Cámara del Pacto Histórico Heráclito Landínez, quien estima que “es una muestra de la democracia directa de la fuerza participativa en la cual los ciudadanos salen a las calles a hacer valer la soberanía popular, que es en donde reside el poder público, y la Constitución Política lo dice”.

Incluso, asevera que ese poder del pueblo es mucho más grande que todos aquellos que fueron elegidos con los votos de la gente: “Los congresistas, los alcaldes, los gobernadores, los concejales, los diputados y el propio Presidente de la República, ejercemos en representación del pueblo en el escenario de la democracia representativa”.

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Sin embargo, el estilo del Gobierno Petro, para John Mario González, no le está trayendo al país buenos resultados: “El riesgo político e institucional en el que ya está Colombia es enorme, pero se agrava con un presidente que está tergiversando y diciendo mentiras a ritmo industrial”.

“A tal punto han llegado los riesgos económicos, de inseguridad jurídica y de ingobernabilidad, que los inversionistas de renta variable frenaron en seco desde el año pasado y la Bolsa de Valores de Colombia es la de peor desempeño de los países de América Latina desde junio de 2022”, dice.

De su lado, Víctor Manuel Salcedo, representante a la Cámara por el Partido de la U y quien hace parte de la Comisión VII, que será la primera en abordar el estudio de la reforma a la salud, plantea que “Petro, con su estilo propio, convoca a la gente a que no tenga rodilleras, pero yo también le respondo que aquí nadie puede tener rodilleras y que para eso existe la independencia de poderes”.

Salcedo advirtió al Mandatario que, “nosotros en la U, vamos a concertar el sentido crítico y el debate sobre las iniciativas del Ejecutivo. Se lo hemos dejado claro al ministro del Interior, Alfonso Prada”.

De hecho, el pasado viernes en Cali la bancada de esa colectividad, con su presidenta Dilian Francisca Toro a la cabeza, escuchó de boca de varios miembros del gabinete ministerial la exposición de las reformas que se están presentando.

“El Gobierno tiene un estilo, pero bajo las banderas del cambio tampoco puede pretender que el Congreso sea un comité de aplausos”, señaló el representante vallecaucano.

“Vamos a hacer la tarea en el Congreso y vamos a hacer la tarea en la calle, adonde esperamos también llevar las propuestas de quienes aspiren en las elecciones de octubre”, resaltó.

Las territoriales

Ese tema de las elecciones es otra de las cartas con las que juega el Mandatario colombiano. Es decir, que si en este semestre no le ‘caminan’ en el Legislativo con la aprobación de las reformas, espera presionar el ‘ánimo’ de los ciudadanos para que no apoyen a los partidos que le den la espalda con los proyectos.

Al respecto, el analista Luis Estrada considera que “la estrategia electoral de Petro del año pasado, cuando ganó las elecciones de Congreso y Presidencia, no se volverá a repetir en las regiones. Cada municipio, cada departamento, tiene unos intereses diferentes a los que se ven en esas elecciones generales. Las alianzas son distintas y, por ahora, es muy difícil que el Pacto Histórico pueda ser mayoritario en las regiones, así como pasó en el Senado, en donde sacó tres millones de votos”.

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Lo cierto es que el recién designado presidente del Partido Conservador, el senador Efraín Cepeda, ya le envió un mensaje al Gobierno Nacional en el sentido de que las reformas sociales serán debatidas como sucedió con la reforma tributaria: es decir, un articulado que se modificó y no salió tal como lo pretendía el Ejecutivo.

“Vamos a examinar la agenda legislativa en reuniones de bancada conjuntas con el directorio. Vamos a hacerlo examinando esa agenda que se empiece a radicar y, en el entendido de que se requieren reformas, el partido tendrá sus propias opiniones”, dijo.

Y enfatizó: “El partido tiene sus ‘líneas azules’ y las tomaremos en bancada, para ver, de cada una de esas reformas, qué podemos apoyar y qué no. Ya lo hicimos con la reforma tributaria, en donde acompañamos algunos artículos y otros no. Reclamamos el derecho al discenso”.
Así las cosas, las cartas de esta apuesta política apenas se están empezando a poner sobre la mesa.

El Gobierno ya arrancó con la radicación de la reforma a la salud y alista la laboral y la pensional, sumado a que tiene en trámite un paquete en el que está la reforma política. Sin embargo, la oposición y algunos socios de su coalición están dejando en claro que jugarán en el Congreso y no en las calles.

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