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POLÍTICA

El nuevo apoyo que le da impulso a la 'Coalición de la Esperanza', ¿es suficiente?

El apoyo de 150 líderes que recibió la alianza de centro le da un impulso para construir sus bases, pero tiene varios retos.

27 de junio de 2021 Por: Heinar Ortiz Cortés / Reportero de El País<br>
Humberto de la Calle, Juan Fernando Cristo, Juan Manuel Galán, Jorge Robledo y Sergio Fajardo integran la Coalición de la Esperanza. | Foto: Foto: Colprensa

“Los firmantes de esta carta dirigida a la opinión pública creemos que es posible construir en Colombia una sociedad más justa y democrática, sin odios y en paz, si somos capaces de escuchar a la ciudadanía y tramitar sus demandas con propuestas serias, con un uso legítimo de la fuerza, una profunda renovación de la política y un serio compromiso ético”.

Este fragmento pertenece a la misiva que más de 150 líderes de opinión, empresarios, académicos y exministros firmaron y entregaron el jueves como respaldo a la Coalición de la Esperanza, la alianza política de centro que lideran el excandidato presidencial Sergio Fajardo, el jefe negociador del Acuerdo de Paz Humberto De la Calle, el exministro Juan Fernando Cristo, el senador Jorge Enrique Robledo y exsenador Juan Manuel Galán.

El documento, que comienza hablando de la Primavera Árabe de 2010 y de cómo los estallidos sociales en todo el mundo han facilitado el ascenso al poder de “los populismos de derecha (Trump, Le Pen o Bolsonaro) o los populismos de izquierda (Ortega o Maduro)”, fue rubricado por los exministros José Antonio Ocampo, Amylkar Acosta y Frank Pearl, los excancilleres Rodrigo Pardo y Julio Londoño, académicos como Brigitte Baptiste y Eduardo Pizarro, y excontituyentes como María Teresa Garcés, entre otros.

Allí hicieron público su apoyo a la Coalición en la búsqueda de “una Colombia capaz de desarrollar el conjunto de los postulados y derechos contenidos en la Constitución de 1991, así como los Acuerdos de Paz alcanzados. Una Colombia comprometida con la equidad de género, la protección de los Derechos Humanos, el desarrollo sostenible y una política exterior respetuosa de la soberanía de los estados y la solución pacífica de las controversias”.

Y es que, de acuerdo con expertos consultados por El País, este respaldo llega como un ‘soplo de vida’ para la Esperanza, opción política en construcción que, a pesar de reunir varios de los más reconocidos líderes de opinión de las últimas tres décadas, aún no emociona a la ciudadanía, según indican las más recientes encuestas.

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Este fenómeno preelectoral lo explica en sus palabras Jaime Gutiérrez, director de Innopolítica: “Es sencillo: el elector aún no entiende que son una coalición con un objetivo político común. La gente los sigue viendo como actores políticos independientes y sigue manifestando sus preferencias por cada uno de ellos, más que por el grupo. Tendrá que pasar mucho tiempo desde aquí hasta noviembre, para que la estrategia de comunicación de esa alianza la venda como tal”.

A su turno, la directora de la especialización en Opinión Pública de la Universidad Javeriana de Bogotá, Patricia Muñoz, asevera que “muy seguramente este impulso que hoy encuentran va acompañado por una serie de acciones por parte de la Coalición, para de aquí en adelante poder mantener una ruta de campaña que les permita visibilizar las opciones que tienen a su interior, comunicar cuáles son los mecanismos de consulta o selección que van a adoptar y seguir en la tarea de presentarse ante la ciudadanía como esa opción de centro capaz de poder proponer salidas a esta crisis”.

Otro respaldo que recibió la coalición fue el de Ingrid Betancourt quien dijo: “me gusta la Coalición de la Esperanza y me parece que los que están trabajando en ella tienen que perseverar”.

La alianza de centro también ha sido criticada por tener hasta ahora solo precandidatos. La periodista Mabel Lara los cuestionó por no incluir mujeres ni minorías étnicas, ante lo que De la Calle respondió en su cuenta de Twitter: “Claro q faltan mujeres! (sic) Bienvenidas”.

Por otro lado, según señala el analista político Laureano Tirado, es probable que, ante los tiempos convulsos que vive Colombia desde hace varios meses, la gente aún no esté sintonizada con el periodo electoral de 2022.

“La gente no está pensando en elecciones, la gente está pensando en cómo solucionar los problemas generados por la pandemia, especialmente los económicos. Además, la Coalición de la Esperanza hasta el momento no ha generado una propuesta que emocione al electorado”, puntualiza.

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Ahora bien, como enfatiza el analista político Nicholás Benedetti, la Esperanza aún depende de poder consolidar su posicionamiento electoral, algo que solo ocurrirá cuando defina sus opciones en los meses siguientes.

“Solo serán visibles electoralmente cuando culmine su consulta de precandidatos presidenciales, y ahí se verá si entre los muchos candidatos posibles, sobresale alguno que aglutine los caudales electorales pequeños de sus integrantes. Sumados podrían hacerse notar”, recalca.

Verde biche

Además de lo anterior, de acuerdo con la profesora Muñoz, otro motivo por el cual esta Coalición no causa aún gran impacto en la opinión pública es porque su principal figura, Sergio Fajardo, no ha podido dedicarse a la campaña en pleno, al estar defendiéndose en el proceso que le inició la Procuraduría General de la Nación por actuaciones de sus tiempos como alcalde de Medellín.

“Eso le hizo perder el impulso que traía en el ejercicio de la campaña. A su vez, las otras figuras de la Coalición de la Esperanza han estado en una serie de encuentros y reuniones con el fin de identificar unos puntos programáticos que puedan ser acogidos y defendidos por la mayoría y establecer unos mecanismos para definir la figura que asumiría la candidatura presidencial”, indica la académica.

Sin embargo, sostienen los analistas, la mayor causa para el poco interés que de momento suscita la Coalición es que todavía no se define su eventual acuerdo con el Partido Alianza Verde, fuerza política que se encuentra en una crisis interna por la división entre sus facciones más cercanas a Fajardo y quienes se inclinan porque la colectividad se acerque al Pacto Histórico de Gustavo Petro.

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Y es que, subraya el analista Benedetti, la Coalición corre el riesgo de volverse una consulta refrendatoria de la candidatura de Sergio Fajardo, que es quien mayor favorabilidad muestra en los sondeos entre los precandidatos de centro.

“Por esa razón, personajes como Ángela Robledo o Camilo Romero han resentido su participación en esa Coalición, porque una ‘jugadita’ sin ejercicio de competencia en realidad no tendrá un efecto llamativo en la contienda electoral”, dice.

El analista Tirado anota que las divisiones dentro de los ‘verdes’ son un tema de vieja data: “El Partido Verde está integrado por diferentes vertientes ideológicas, eso hace que sea un partido fracturado y difícil de unificar. Hay que recordar que tienen su origen en un partido que se llamó Opción Centro, el cual agrupó a militantes del M-19. Esa naturaleza permite sentenciar que para la elección presidencial estarán divididos y que será difícil unificar candidato propio o alianza entorno a otro candidato”.

Sin embargo, como sugiere el director de Innopolítica, es factible que la Coalición de la Esperanza y los ‘verdes’ terminen unidos.

“Lo que es difícil determinar es quién va a liderar esa alianza y quién será la figura que aparezca en el tarjetón. Esa es la verdadera discusión de fondo por la que aún no se unen la Coalición y los ‘verdes’. Es ahí donde tiene que entrar a jugar la capacidad de unión, para buscar una narrativa común entre ellos”, señala.

¿Al fin qué con Alejandro Gaviria?

Mucho ha sonado que otra opción presidenciable interesante para el centro sería Alejandro Gaviria, exministro de Salud y actual rector de la Universidad de Los Andes, pese a que el académico ha dicho en reiteradas ocasiones que no le interesa aspirar.

¿Se animará en los meses siguientes Gaviria a renunciar para entrar en la contienda electoral? Los analistas creen que no.

Según el politólogo Nicholás Benedetti, hay tres cosas que juegan contra el exministro: “La primera es que es un político que nunca se ha medido en las urnas y no sabemos si es capaz de mover los fervores y pasiones que implican una competencia electoral. La segunda es que es principalmente conocido entre las élites académicas y políticas del país, sobre todo en Bogotá, más no en las regiones. Y la tercera es que es un político de pensamiento liberal y ateo, que contradice las creencias conservadoras del electorado nacional”.

Asimismo, el director de Innopolítica, Jaime Gutiérrez, acepta que es cierto que sería un candidato interesante, “pero la falta de apalancamiento electoral para movilizar bases y llegar a la primera vuelta, para ganarse un cupo a la segunda, es lo que dificulta que Gaviria sea una verdadera opción a la Presidencia en 2022”.

Para el analista Laureano Tirado, Alejandro Gaviria es un académico respetado, pero como político no tiene votos.

“Le habla a un reducido sector de la opinión que cree que tiene influencia nacional y no se da cuenta de que sus alcances políticos solo dan para la localidad de Chapinero. No lo veo en este momento de confusión, tribulación, polarización y radicalización que tiene Colombia”.

“Existen en el país otra serie de figuras políticas, Gaviria no es el único que tiene esas cualidades. Seguramente, con el paso de las semanas, comenzaremos a verlos y vamos a tener seguramente un abanico amplio”, dice la profesora Patricia Muñoz.

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