El representante Duvalier Sánchez habla sobre la crisis de los ‘verdes’: “La convivencia en el partido se ha hecho muy difícil”

“La ciudadanía no sabe si el Partido Verde defiende causas de centro- izquierda o casi que de derecha radical y eso tiene que ir a un congreso este año para aclararse”.

Así analiza el representante a la Cámara Duvalier Sánchez la crisis en su colectividad, donde cuenta que “la convivencia se ha hecho muy difícil”, debido a las alejadas posturas ideológicas que tienen varios de sus miembros.

El Partido Verde protagonizó varios escándalos en el 2024, ¿cómo llega la colectividad este año?

El Partido Verde es de contrastes, somos un partido juicioso donde debatimos, proponemos, somos de los que más proposiciones e intervenciones hacemos en las plenarias, pero también se señaló, por ejemplo, a un senador del partido de estar involucrado en el escándalo de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y eso no se puede desconocer, porque era quien presidía el Senado y tiene que responderle a la Corte. Ese también es un contraste entre unas bancadas muy juiciosas, que son los congresistas más destacados en Cámara y Senado y tenemos también personas que hoy están siendo cuestionadas.

¿Y esos contrastes no le llegan a pesar a la colectividad?

Hay una convivencia que se ha hecho muy difícil en el partido, que es, por ejemplo, entre una persona como el senador JP Hernández y otra como el senador Inti Asprilla, que son radicalmente opuestos ideológicamente y están en la misma bancada. Eso hace que la ciudadanía no sepa si el partido defiende causas de centro- izquierda o defiende causas casi que de derecha radical, como hace JP y eso tiene que ir a un congreso este año para aclararse. Es necesario que el partido sea coherente, que defina cuáles son sus posturas, en qué nos diferenciamos del Pacto Histórico, en qué nos diferenciamos de Cambio Radical, qué opinamos de la empresa privada, cuáles son las causas y reformas sociales que defendemos y es necesario para poder presentarle unas ideas al país de cara a las elecciones que se vienen del 2026 y esa es una tarea que el partido tiene que hacer, pero sin lugar a dudas, los congresistas más valiosos que tiene el país están en el ‘Verde’ y por eso somos tan destacados cada que hay una evaluación del trabajo legislativo. Está Cathy Juvinao, Katherine Miranda, Martha Alfonso y estoy yo entre los 10 congresistas más destacados de Colombia.

Hablando de 2026, empieza la campaña a la Presidencia, ¿cómo va la participación el partido?

Esa es una discusión que se va a dar en el congreso que se va a convocar para finales de febrero o principios de marzo y allí se tendrá que fijar si vamos a tener candidatura propia, si esa candidatura va a salir elegida de una consulta popular, de una encuesta o de una gran convención y ojalá también decantar quiénes son los aspirantes, además de ver si la puerta está abierta para hacer coaliciones con sectores o más del progresismo que está en el Gobierno u otros sectores más de centro, que es la cercanía que tiene el partido.

La colectividad definitivamente no es un partido de derecha, es un partido que siempre ha militado más en el centro, ha defendido unas causas, como la lucha contra la corrupción, la educación pública de calidad, la cultura ciudadana y el medio ambiente y ese es el lugar que tenemos que seguir ocupando, pero hay que tener una diferenciación, porque el Partido Verde no es lo mismo que el Pacto Histórico, tenemos causas similares pero matices distintos.

Dado que se acerca la campaña, ¿cómo cree que le irá al Gobierno en el Congreso este 2025?

Va a ser un año donde el Gobierno va a tener bastantes dificultades para formar una coalición mayoritaria que lo ayude con las reformas. Es un año netamente de controversias políticas donde todo el mundo está pensando en su futuro político, los congresistas en su reelección, el oficialismo en la continuidad del Presidente y la oposición en intentar recuperar el poder. Será un año donde va a brillar de nuevo la descalificación, el debate aireado, un poco los consensos y pocos acuerdos.

¿Por qué cree que la reforma a la salud no prosperó en las extras?

Porque el primer proyecto que se aprobó estuvo en discusión ocho meses, y no puede pretender el Gobierno que en una semana se aborde la iniciativa, se necesita más tiempo para dar la discusión a profundidad. Estamos hablando del sistema de salud, de un presupuesto de más de $80 billones, de 45 millones de personas que están hoy afiliadas al sistema de salud, así que amerita tiempo, dedicación, deliberación, mejoras, debate. Lo sensato es tener más tiempo para discutirlo y para eso le queda bastante de legislatura, porque al ser un proyecto de ley ordinaria se puede tomar hasta dos años, pero yo creo que en este semestre va a avanzar en la Cámara de Representantes.

A pesar de que la ley de transfuguismo ha sido polémica, la Cámara la salvó en último momento de la legislatura pasada, ¿por qué?

Lo primero es que hay un conflicto de interés de este Congreso de aprobar esa ley, porque esta aplicaría a partir del 2026, entonces esto quiere decir que nosotros estamos haciendo una modificación a la Constitución permitiendo pasarnos de un partido en el que nos elegimos a otro sin ninguna consecuencia. Es decir, nos estamos beneficiando y estamos legislando en causa propia, por lo tanto yo creo que es improcedente como se está aprobando porque hay un conflicto de interés claro del Senado y de la Cámara al aprobarse. Creo que esto es permitir la promiscuidad de los políticos y es que no tienen ningún compromiso con las ideas de los partidos por los cuales se eligieron, no tienen causas que defiendan, no hay coherencia y eso hace que se pierda la credibilidad y la confianza entre la ciudadanía, porque entonces el cálculo es yo puedo ir a un partido donde me elija más fácil o al que más me convenga y no hay en esa decisión un criterio programático, de principios o ideológico y eso debilita los partidos y sobre todo destruye la confianza de los ciudadanos.

¿Cómo cree que le fue al ministro Cristo en la tarea de mejorar las relaciones con el Congreso?

La labor no es ni tan buena como lo cree el ministro, ni tan mala como la cree la oposición. Esta legislatura avanzó en una gran reforma constitucional, como es la modificación al Sistema General de Participaciones, que evalúa darle recursos a las regiones por hasta $ 54 billones en los 12 años que espera implementarse. Es decir, dinero que hoy controla el Presidente ahora va a pasar a la autonomía financiera de la región y creo que es lo justo y es lo que dictaba la Constitución de 1991. También avanza el sistema general de regalías, la reforma a la salud salió de comisión y avanza en la plenaria, igual con la reforma laboral.

Sin embargo, el hundimiento de la ley de financiamiento, que sin lugar a dudas es un golpe duro al bolsillo del Gobierno, es una victoria de la oposición y seguramente para el Ejecutivo es un problema. Por otro lado, la reforma política también se hundió, que era una prioridad del Ministro del Interior.