Política
El techo de Roberto: Así analiza un experto los resultados de la encuesta a la Alcaldía de Cali
Según la última encuesta del CNC para El País, Roberto Ortiz alcanza el primer lugar en la intención de voto con el 22,9 %. Seguido de Alejandro Eder con 9,7 % y Miyerlandi Torres con 9,1 %.
Por: Álvaro Benedetti*
Que Roberto Ortiz está cerca de alcanzar su techo, podría ser la elocuente conclusión de la más reciente encuesta de intención de voto realizada por el Centro Nacional de Consultoría que mide la favorabilidad de los candidatos a la Alcaldía de Cali. A juzgar por las tendencias del comportamiento electoral en las dos últimas contiendas en la capital del Valle, quien a finales de octubre obtuvo la victoria habría alcanzado entre el 35 y 40 por ciento de los votos y, en el caso de los segundos, nunca superaron la barrera del 30 %.
No obstante, el gran hecho a destacar es el desplome de Diana Rojas, quien pasa de 14 al 6 por ciento en intención de voto. La adalid de la lucha anticorrupción no solo ha leído con impericia muchas problemáticas adscritas a la agenda caleña, dejando en el aire una imagen de inmadurez frente a la investidura, sino también el ‘fuego amigo’ del que fue víctima con la reciente develación de su encuentro con el cuestionado político Juan Carlos Abadía evidenció un mal manejo de crisis y condenó su aspiración.
La realidad es que el popular Chontico, con el 22,9% de intención de voto, es el candidato por vencer: su capacidad económica, experiencia electoral y lo que en corrillos políticos se asegura sería una alianza de facto con buena parte del tejido burocrático del alcalde saliente Jorge Iván Ospina -su blanco de ataque durante cuatro años-, solidificaría su estructura política de cara a la recta final y comenzará a sumar apoyos de un puñado de quienes vayan declinando en el camino.
Entretanto, no sorprende el decrecimiento de Alejandro Eder: a pesar de su esfuerzo por promover voto de opinión en estratos altos y ser el llamado a generar confianza en sectores empresariales, lo sigue traicionando su bajo reconocimiento social en los estratos bajos y medios y, en especial con la población joven, sectores con quienes ostenta un pobre registro.
De su lado, al no ser -en apariencia- la ungida por el ospinismo y el dilianismo, es de destacar cómo Miyerlandi Torres ha podido conservar el no despreciable tercer lugar en la intención de voto que, dependiendo de una mayor asertividad en el discurso y reforzando ser la carta femenina viable, le aseguraría un buen margen de crecimiento a la par de Eder.
En el lote de atrás y, seguramente, por la creciente resistencia al gobierno nacional, es de resaltar la inviabilidad de las campañas del Pacto Histórico: ni Danis Rentería con su raquitismo mediático, ni Deninson Mendoza con su voluminoso gasto publicitario, lograron despegar.
Por los lados de la centro derecha, llama la atención lo impotente que luce el exministro Wilson Ruiz para ser el abanderado de la oposición ideológica al establecimiento y cómo, en contraste, empezó a marcar el exmilitar Javier Garcés Mosquera quien, aun cuando adelantó una interesante, pero inconclusa precampaña, hasta hace semanas no estaba en las cuentas de nadie.
**Estratega y analista político, consultor en proyectos de inversión territorial.
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