“En vez de gobernar, Petro se dedicó a hacer política”, dice el senador Miguel Uribe

Por Olga Lucía Criollo, Editora de Poder

El único responsable de una posible crisis institucional es Gustavo Petro, quien ha demostrado ser antidemocrático y hoy lanza la asamblea nacional constituyente como una amenaza al Congreso para presionar la aprobación de sus reformas”.

Así les habla el senador del Centro Democrático Miguel Uribe a quienes están preocupados porque el Presidente está “lanzando una cortina de humo para desviar la atención del fracaso de su gobierno y de los escándalos que lo comprometen”. Además, dice, “en vez de gobernar, se dedicó a hacer política”.

En entrevista con El País, el congresista también aseguró que es un hecho que la reforma a la salud del Gobierno está hundida.

¿Qué tanto podría cambiar la reforma pensional con la audiencia informal que se realizó la semana pasada en el Senado?

Es evidente que, en la elaboración de las reformas a la salud, las pensiones y la laboral, el Gobierno poco o nada escuchó a la ciudadanía. Puntualmente, en la reforma pensional los senadores hemos recibido quejas de diferentes sectores, gremios, comunidades que se sienten ignorados en medio de este trámite.

Es por eso que propusimos una sesión informal en medio de las plenarias del Senado, con el propósito de escuchar a todos los actores relevantes en esta discusión: académicos, expertos, organización civil, comunidades, gremios, con el propósito de tomar una decisión informada y evitar que el Gobierno imponga una reforma abiertamente inconveniente. Espero que, al escuchar a estos sectores, los senadores consideren la posibilidad de negar la reforma pensional.

¿Qué le preocupa puntualmente de esa iniciativa del Ejecutivo?

La reforma pensional de Gustavo Petro es una gran estafa, que va a crear una pirámide financiera como DMG, que va a llevar a que se agoten los ahorros, quebrando al país. Segundo, va a utilizar los ahorros de 18 millones de colombianos para hacer política, contratar burocracia y, en general, fortalecer el proyecto político de Gustavo Petro.

Tres, va a desestimular el ahorro nacional, porque, en vez de fortalecer las cuentas de ahorros individuales, va a promover un sistema de reparto que en el mundo ha demostrado ser insostenible, y eso va a llevar a efectos negativos macroeconómicos en el país. Cuarto, va desincentivar la inversión en el mercado de valores, lo que va a encarecer el capital para las empresas colombianas y va a desestimular la deuda del país, teniendo en cuenta que los fondos privados son unos de los principales compradores de TES (títulos de deuda pública) en el país.

Adicionalmente, acaba con la libre elección, en donde los colombianos pueden escoger cuál es el régimen que les conviene, y eso lleva a fortalecer un régimen pensional estatizado, insostenible, donde el Gobierno va a tener el control de los recursos, poniendo en riesgo los ahorros, pero pudiéndolos utilizar para hacer politiquería. Se necesitan hacer cambios, pero la reforma actual condena a la inmensa mayoría de colombianos a no tener pensión.

Sectores del oficialismo han dicho que las audiencias informales son otra estrategia dilatoria de la oposición. ¿Qué responde?

Por una parte, nuestro interés es garantizar que el debate de la reforma se adelante de manera sensata y profunda, a diferencia del Gobierno, que pretende imponer las reformas a las patadas. Segundo, nosotros estamos en contra de las reformas que Gustavo Petro pretende imponer, no porque no estemos de acuerdo en la necesidad de hacer cambios o mejoras, sino porque estos proyectos lo que generan es destrucción y daño.

Tercero, resulta paradójico que a quienes cuando eran oposición permanentemente rompían quorum e incluso acudían a vías antidemocráticas, como paros armados, para detener reformas, hoy les preocupe la decisión legítima de la oposición de buscar dilatar la aprobación de una reforma que no es conveniente para los ciudadanos. Puesto de otra manera, la oposición solo ha actuado dentro de la ley, acudiendo a vías democráticas y en defensa de los intereses de los colombianos.

¿Usted considera que la reforma de la salud ya está hundida?

Sin duda, la reforma a la salud se va a hundir. Los ocho congresistas que firmaron la ponencia de archivo han manifestado públicamente que se mantienen en esa posición y, a pesar de las presiones indebidas, las acusaciones falsas, la intimidación por parte de Gustavo Petro a los congresistas, es evidente que no hay otro camino diferente a aceptar que se va a hundir la reforma y que, para adelantar una nueva modificación, es necesario un nuevo proyecto.

Invito al Gobierno a que esta vez adelante un proyecto de manera concertada con los usuarios, en primer lugar, con los actores del sistema y con todos los sectores políticos, porque así como hay un consenso en que la reforma de Petro es inconveniente y antisocial, hay un consenso también en que se necesitan mejoras, pero sin destruir lo que funciona del sistema.

En esa medida, ¿estaría dispuesto a analizar la reforma alternativa que radicó el senador Fabián Díaz, del partido Alianza Verde?

Frente a la reforma actual, la única posición válida es negarla, porque es imposible modificar una reforma que tiene como estructura central la estatización. Es decir, la propuesta de Fabián va a terminar siendo una colcha de retazos con paños de agua tibia que va a buscar arreglos cosméticos a una reforma dañina.

Lo que nosotros estamos dispuestos a hacer, como lo hemos estado desde el comienzo del Gobierno, es a construir, de manera concertada, un proyecto que solucione los problemas que hoy tiene el sistema, sin destruir las bondades del mismo.

¿Cómo se explica que Germán Vargas Lleras, que también ha sido opositor del presidente Petro, esté de acuerdo con la idea de convocar una asamblea constituyente?

Es evidente que las elecciones del 2026 se adelantaron. Gustavo Petro, en vez de gobernar, se dedicó a hacer política y termina por ser un escenario atractivo para diferentes sectores. Hoy nuestra responsabilidad es convocar a la unidad, y yo he insistido en que la única manera de superar la amenaza que Petro representa es uniéndonos alrededor de valores y principios democráticos, trascendiendo la ideología. Segundo, es el momento de exigirle a Petro que gobierne, que resuelva los problemas y que no los profundice.

Un mensaje de tranquilidad para Colombia: asamblea constituyente no va a existir. Petro no tiene ni la capacidad política para aprobarla en el Congreso, ni el respaldo popular para aprobarla en votación. Es evidente que él está lanzando una cortina de humo para desviar la atención del fracaso de su gobierno y de los escándalos que lo comprometen, y está aprovechando esta coyuntura para hacer política para el 26, a costa de los intereses de los colombianos.

En esa misma línea, algunos observadores de la política dicen que, ante esa incapacidad para gobernar, podrían surgir salidas peligrosas para el país como otro estallido social. ¿Hasta dónde cree que puede llevar esta situación?

El único responsable de una posible crisis institucional es Gustavo Petro, quien ha demostrado ser antidemocrático y que hoy lanza la asamblea nacional constituyente como una amenaza al Congreso para presionar la aprobación de sus reformas. Es evidente que el Presidente no tiene ni el apoyo político ni el respaldo popular para adelantar el proceso constituyente de acuerdo al Artículo 376 de la Constitución.

Sin embargo, solo intentarlo y utilizar los recursos públicos para hacer política en el territorio, va a profundizar la incertidumbre que ha caracterizado su gobierno. Esto va a empeorar la economía y va a distraer la atención de los funcionarios, lo que se va a reflejar en mayores problemas para los ciudadanos. En especial, va a seguir aumentando la violencia, que tanto daño le está haciendo a las regiones.

Este esfuerzo del Presidente por dedicarse a hacer política, abandonando su responsabilidad como gobernante va a aumentar la confrontación ciudadana, y el lenguaje provocador de odio y resentimiento que utiliza podría llevar a manifestaciones y protestas violentas por parte de quienes lo respaldan.

Sus copartidarios que integran la Comisión Séptima se negaron a ir al desayuno convocado por el Presidente para salvar las reformas. Pero el año pasado Álvaro Uribe mostró su disposición de hacer parte del Pacto Nacional. ¿Ya no hay ninguna posibilidad de que su partido acepte algún nivel de concertación con el Gobierno?

Siempre hemos ánimo de diálogo, cada crítica la acompañamos con una propuesta; hemos tenido varias reuniones en cabeza del presidente Uribe con el mismo presidente Petro, pero el presidente Petro nunca mostró voluntad de concertar, y su único interés ha sido imponer su agenda. Gustavo Petro no escucha, no reconoce errores, no atiende críticas y, en ese orden de ideas, es imposible generar un consenso.

Nosotros hemos hecho una oposición propositiva y democrática y hemos estado abiertos a impulsar en lo que coincidimos, pero siempre oponiéndonos a lo que le hace daño al país. Dicho eso, era innecesario atender la invitación al desayuno con el Presidente después de haber tomado una decisión final frente a la reforma, cuando durante toda la discusión el Gobierno fue inflexible, no les importaron las propuestas, no acogieron ninguna sugerencia que presentaba la oposición y, cuando ya se ven perdidos, toman la decisión de convocar a un desayuno para aparentar ánimos conciliatorios.