“Es como poner a Alí Babá de tesorero del Reino”, críticas por el ‘poderoso’ cargo que le otorgaron a Álex Saab en Venezuela

El empresario colombiano Álex Saab fue nombrado el pasado 15 de enero por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, como el nuevo presidente del Centro Internacional de Inversiones Productivas (CIIP), decisión que no ha caído nada bien entre el sector político, económico y hasta en la prensa de Colombia, por tratarse de un personaje con un pasado delictivo y que es conocido como el testaferro y cómplice de los turbios manejos de las enormes arcas del corrupto régimen del vecino país.

Recordemos que Saab fue liberado el 20 de diciembre del 2023 por Estados Unidos, luego de estar más de un año preso en ese país acusado de ser el testaferro de Maduro. El empresario fue recibido con bombos y platillos en Caracas, con el premio de tener ahora las llaves de las bóvedas por donde pasa el mayor flujo de efectivo del Gobierno venezolano. En el fondo, como asegura el periodista Roberto Deniz, el mayor conocedor de las triquiñuelas que hizo Maduro con Saab en el pasado, se trata apenas de una confirmación de lo que siempre fue, su testaferro.

“¿De qué tamaño es la cleptocracia venezolana? Maduro nombra presidente del Centro de Inversión Productiva a Álex Saab, su contratista favorito, al que quiso proteger con inmunidad diplomática para que no lo juzgaran por lavado de dinero y cuyo socio en sus negocios, Álvaro Pulido, está preso en el Sebin desde abril de 2023″, recuerda Deniz, en un informe publicado por la revista Semana.

Explica que el cargo es mucho más poderoso que cualquier ministerio, pues hasta define a quién le dan los buques para enviar el petróleo de PDVSA.

El cargo, desconocido en Colombia, es enormemente codiciado en el vecino país. Un suprapoder en un régimen en el que el dinero y los negocios deben pasar por recovecos y bajos mundos, dadas las sanciones de Venezuela en el planeta.

La entidad se explica en los bloqueos comerciales que vive el país y tiene como principal objetivo esquivarlos. “Se crea como el Instituto encargado del registro, estudio y seguimiento de las Medidas Coercitivas Unilaterales y otras medidas restrictivas o punitivas; así como de la evaluación, aprobación y promoción de los proyectos productivos y la gestión de la Marca País, como estrategia orientada a la promoción de inversiones y el comercio exterior”, señala el Gobierno venezolano.

Saab quedó a cargo de la misión de llevar el dinero del extranjero a Caracas, para lo cual la ley de este país le ha dado amplias potestades en materia de confidencialidad y posibilidad de dar incentivos. Y los sectores a los que apunta son los más jugosos para esa economía: la energía, la agricultura, el turismo y la minería. El objetivo es claro: “Incrementar el flujo de divisas hacia la economía, aumentar la rentabilidad de los activos y mitigar los efectos de las Medidas Coercitivas Unilaterales y otras medidas restrictivas o punitivas”.

Los expertos económicos apuntan que este cargo conlleva un ‘poder enorme’ puesto que es la entidad que revisa y aprueba los proyectos de inversión del país. Y es la encargada de buscar y consentir a los socios comerciales que quieran hacer negocios con Venezuela pese a las banderas rojas que ha puesto Occidente sobre esa nación. Con esa realidad, afirman que Saab terminará siendo el embajador para hablar con el dinero de Maduro ante los regímenes autoritarios más cuestionados y peligrosos del mundo, que son, a la postre, los que quieren hacer negocios allí, pasando por Irán y Rusia.

Poner a Saab, el hombre que tiene en su historial la más grande serie de negocios en Venezuela y al que muchos reportajes han acusado de haber saqueado sus arcas, carga una gran ironía. “Ante el resultado incierto de las dos guerras que está afrontando, la administración Biden optó por liberar a Álex Saab, cuya extradición fue un largo capítulo colmado de incidencias”, dijo desde Colombia Julio Londoño Paredes, excanciller y decano de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.

Agregó que Maduro le dio el pomposo cargo de presidente del Centro de Inversión Productiva de Venezuela, el menos indicado para semejante personaje: “es como poner a Alí Babá de tesorero del Reino. Sin embargo, es la prenda para atenuar las sanciones a Venezuela y asegurar su próxima reelección”, explica.

La llegada heroica de Saab a Caracas también contrasta con el prontuario criminal que tiene en Colombia. Puesto que probablemente sería capturado una vez pise el territorio. SEMANA accedió a una serie de documentos que dan cuenta de las enormes deudas que tiene con el país. Según un documento del Comisionado Presidencial contra el Crimen Organizado, “a través de una sofisticada red de empresas fantasma, socios comerciales y miembros de la familia, Saab ha lavado cientos de millones de dólares en corrupción en todo el mundo”.

“Saab comenzó su carrera en Barranquilla vendiendo llaveros de promoción empresarial y posteriormente uniformes de trabajo. En 2010 conoció a Álvaro Pulido Vargas (cuyo verdadero nombre es Germán Enrique Rubio Salas), sobrino de la senadora colombiana Piedad Córdoba, muy cercana a Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Esta conexión le permitió empezar sus negocios en Venezuela”, agrega el texto.

El desmedido aumento de la fortuna de Saab lo puso en la lupa y por ello tiene varios procesos abiertos. En Colombia, el barranquillero responde por diferentes cargos. La Justicia lo investiga por concurso homogéneo y sucesivo de lavado de activos, principalmente. También por concierto para delinquir y enriquecimiento ilícito de particulares, exportación o importación ficticia y estafa agravada. A pesar de todo lo que se ha dicho de Saab en Colombia, Estados Unidos y Venezuela, esta semana Maduro le ratificó que cuando se habla de dinero no hay nadie en quien confíe más que en él.