“Gustavo Petro parece más un rey atrincherado que un gobernante”: analistas sobre nombramientos en el Gobierno

Con la reciente renovación de la cúpula del Ejecutivo, se empieza a ver cada vez más desdibujada esa promesa de campaña de conformar un gobierno técnico y se percibe un atrincheramiento del presidente Gustavo Petro, que está rodeándose de su gente más leal.

El mismo Gustavo Bolívar lo reconoció cuando se anunció que recibiría el Departamento de Prosperidad Social, DPS: “El Presidente nos ha llamado a los que nosotros consideramos los petristas ‘purasangre’, para colaborar en el Gobierno”.

Como el suyo, cargos de gran relevancia fueron entregados a los ‘alfiles’ más fieles del Mandatario: el Departamento de Planeación Nacional (DPN), a Alexander López; el Departamento Administrativo de Presidencia (Dapre), a Laura Sarabia, y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), a Carlos Carrillo.

“Esos son nombramientos que no guardan la idoneidad técnica que cada una de esas posiciones demanda. Carrillo no tiene nada de experiencia en temas de gestión de riesgo, Bolívar, más allá de la parte política, no tiene ningún tipo de asidero en asuntos asociados a proyectos de inversión pública y menos con énfasis social, y López también tiene una trayectoria más asociada a lo político, todo el mundo lo conoce en el ámbito sindical”, analiza el consultor político Álvaro Benedetti.

Para la politóloga Nury Gómez, “el Mandatario parece más un rey atrincherado, rodeado por los últimos fieles a su poder, una mesa redonda de aplausos, que un gobernante con visión para los próximos 50 años”.

Señala que “uno de los principios de la guerra es tener a los amigos cerca y a los enemigos aún más. Tal estrategia solo puede ser asumida por un liderazgo persuasivo e inteligente, pero Petro carece de esos atributos para una batalla de largo aliento, así que acude a levantar muros a su alrededor con aquellos obedecedores ideológicos”.

“Bolívar se erige como una torre en la protección de los recursos para los pobres, López garantiza que los planes sean solo para cumplir las órdenes mayores y Carrillo y Sarabia hacen más ruido en cargos de vocerías y protagonismos mediáticos, que en dar un norte y operación al mandato”, añade.

Para Carlos Charry, director del doctorado en Estudios Sociales de la Universidad del Rosario, esos nombramientos se explican con lo que pasó con el exsecretario general de la Cancillería, José Antonio Salazar, quien, pese a los esfuerzos del suspendido ministro de esa cartera, Álvaro Leyva, para no entregarle la licitación de pasaportes a Thomas Greg & Sons, le otorgó el contrato a esa firma apenas tuvo el poder para hacerlo.

El exfuncionario “tomó una medida administrativa siguiendo unas normas, pero que era contraria a los deseos del Gobierno e inmediatamente el Presidente salió a tildarlo de traidor. Es decir que Petro prefiere sacrificar los conocimientos técnicos que le pueden proveer los tecnócratas, por personas que, así no tengan esa experiencia, sean leales y afines a él”, anota.

Ese ‘atrincheramiento’ no es nuevo y tiende a ser un escudo del Jefe de Estado ante la crisis. Se vio en el primer semestre de la administración Petro, cuando varios ministros del momento alertaron sobre la reforma a la salud por medio de una carta, lo que derivó en la salida por la puerta de atrás de Alejandro Gaviria y Cecilia López.

Activistas vs tecnócratas

La polémica actual se da entre quienes defienden los nombramientos de los petristas ‘purasangre’ y los que rechazan la expulsión de dependencias de trascendencia para el país de personas con experiencia y conocimiento.

“La cuestión que surge es si solamente a punta de ideología y deseo se pueden hacer las cosas, porque creo que por lo que han dicho personas tan importantes como los exministros Cecilia López y José Antonio Ocampo y el exdirector de Planeación Jorge Iván González, no solamente se trata de una cuestión de voluntad, sino de realidad, objetividad y criterios técnicos para lograr las metas en cada dependencia”, manifiesta Charry.

De hecho, la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia denunció la semana que termina que desde la llegada de Petro a la Casa de Nariño 158 personas han salido de 69 dependencias, pese a que algunas llevaban más 30 años en el Gobierno.

“Los ministerios siguen perdiendo a los expertos. Esta ha sido una masacre laboral en el Ministerio de Hacienda”, dijo la congresista, aclarando que también se ha ido gente de otras carteras.

“En solo dos meses de este 2024 se han ido de Hacienda por ‘retiro voluntario’ (que nada tiene que ver con las presiones ejercidas sobre ellos) técnicos muy importantes, como el subdirector de salud, la subdirectora técnica de la Dirección Programática Macroeconómica, la secretaria ejecutiva de Despacho y la directora de Presupuesto”, precisó.

Asimismo, tras asumir su dirección, Carrillo anunció una “depuración” en la Ungrd por la polémica por la contratación de los carrotanques de La Guajira, mientras aseguraba que no le ofendía que le dijeran activista: “No hay nada de malo en serlo”.

Bajándole el tono también a esa discusión, el politólogo Yann Basset indica que el “DPS, el DNP y el Dapre son casi ministerios en la práctica y, por lo tanto, no es tan chocante que haya políticos a su cabeza, quizás no diría lo mismo de la Unidad de Gestión de Riesgo, porque, como ente autónomo, sería bueno tener a una persona con un perfil más técnico liderándolo”.

Sin embargo, otras fuentes consultadas alertan que tener a personas sin experiencia en algunas dependencias generará un gran retraso en el proceso de administración y gestión pública, porque generalmente esos cargos requieren de mucho aprendizaje.

“Se requiere que en esas direcciones haya personas con un perfil muy técnico, con un conocimiento profundo del cargo y de las normas que rodean el ejercicio del mismo. Probablemente se tarden otro año más en generar resultados positivos y ya se le haría muy tarde al Gobierno para poder ejecutar”, explica Charry.

Y finaliza Benedetti: “todo lo que se prevé va a ser una muy mala ejecución de los recursos de inversión, sobre todo en términos de garantizar el éxito y la eficacia de ellos, y seguramente esa va a ser la gran conclusión de esta Administración, salvo contadas excepciones, como hasta el momento lo han demostrado el Ministro de Comercio y eventualmente la de Vivienda, pero el resto de carteras están jugándole al activismo y no necesariamente a la tecnocracia asociada a la ejecución”.