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GUSTAVO PETRO

¿Hay una estrategia electoral detrás de los disturbios?

Varios analistas coinciden en señalar al senador Gustavo Petro como uno de los principales agitadores de los actos vandálicos que se dieron en las recientes manifestaciones en el país.

20 de septiembre de 2020 Por: Redacción de El País
Uniformados del Esmad durante los disturbios del jueves en Cali. | Foto: Foto: Bernardo Peña | El País

Detrás de los actos violentos registrados en las protestas de la semana pasada en el país, que dejaron 13 muertos y más de 400 heridos entre policías y civiles, habría una estrategia electoral por parte de algunos líderes políticos, aseguran varios analistas.

Los señalamientos se han centrado, principalmente, en contra del senador Gustavo Petro, a quien han calificado de incendiario e instigador.

Lo cierto es que durante las manifestaciones el líder de la Colombia Humana se dedicó a publicar mensajes en su perfil de Twitter, animando a salir a las calles y mostrando el caos que estaba ocurriendo en varios lugares del país.

Aunque en algunos mensajes señaló que las protestas debían ser pacíficas, el hecho de que muchas de las imágenes que publicó, en las que se veían los desmanes de los manifestantes, no fueran acompañadas de palabras de rechazo a esas conductas, ha sido leído desde varios sectores como una apología a la violencia. En este sentido, se dice que aunque no fue el causante del ‘incendio’, sí lo atizó.

El abogado Guillermo Andrés Rodríguez, quien instauró ante la Procuraduría General de la Nación una queja disciplinaria contra Petro por considerar que su conducta podría constituir el delito de instigación a delinquir, le dijo a El País que detrás de los llamamientos del senador sí hay una estrategia política.

“La carrera por la próxima Presidencia arrancó el 21 de noviembre del año 2019, cuando hubo protestas sistemáticas en todo el país, con grandes tintes de terrorismo. Desde luego que tiene un tinte político, y es posicionar una supuesta alternativa a lo que tenemos hoy: al orden institucional, al respeto por las libertades públicas y a los derechos públicos y civiles”, apunta Rodríguez.

Afirma también que el congresista terminará lamentando estas circunstancias, “porque esos llamados a no censurar los actos vandálicos, al final a quien le van a pasar la cuenta de cobro directa es a él, a sus aspiraciones políticas y a lo que representa”.

Esta tesis la apoya igualmente John Marulanda, consultor en seguridad y defensa, quien afirma que esa estrategia electoral, que pasa “por la desestabilización en mayor o menor grado del país”, se va a aprovechar de las consecuencias económicas que está dejando esta pandemia.

“Es la vieja técnica que desde hace cien años emplean los comunistas, generar desestabilización, violencia, inseguridad e incertidumbre, para ofrecerse como los organizadores, como los salvadores, como los que van a traer la estabilidad al país. Hay una estrategia electoral detrás de todo este comportamiento, no solo del señor Petro, sino de los que lo siguen”, puntualiza Marulanda.

Agrega el abogado Miller Soto que “en Colombia hay gente que cree que ser políticamente incorrecto es rentable electoralmente. Y quizá algo de razón tengan. El problema es cuando confunden la bestialidad con la incorrección política”.

“Cada aplauso a la instigación de Petro, cada like, cada retuit, representa una réplica a esa actitud incendiaria que tanto daño le hace al país”, añade.

Petro, quien quedó de segundo en las pasadas elecciones presidenciales, siendo el candidato de la izquierda que más cerca ha estado de llegar a ese cargo, ha mostrado sus intenciones de lanzarse de nuevo a la contienda en 2022.

¿Pero le podría traer beneficios electorales este comportamiento?

“Creo que Petro ha estirado mucho la cuerda, y en política, como en física, a toda acción corresponde una reacción en sentido contrario, y yo creo que la figuración que está teniendo Petro como un individuo extremista, incendiario, no le ayuda para nada. Creería que está corriendo en contra de él”, señala Marulanda.

Otros analistas consideran que el apoyo del senador por la Colombia Humana a estas manifestaciones si bien pueden ganar simpatizantes jóvenes radicales, lo aleja de otras orillas que rechazan los actos violentos y la polarización agresiva, que son mayoría en las urnas.

“El mensaje de Petro no cala en mayores de 35 años de edad, el caldo de cultivo de él es con personas entre los 17 y los 28 años, la mayoría”, dice Guillermo Rodríguez.

“En principio, podría pensar que esto le trae grandes prejuicios a las aspiraciones políticas de Gustavo Petro pero, a la hora de la verdad, eso no es relevante, sino el daño que se le está haciendo al país, a la clase trabajadora, a la inversión extranjera, el daño que se le está haciendo a la institucionalidad y a las generaciones venideras”, indica Rodríguez.

Apunta Miller Soto que “Colombia es un país variopinto incluso en política” y que hay “gustos para todos”. “No falta el sector de la opinión que aplauda la conducta del senador”.

“Sin embargo, en la mayoría de colombianos se percibe una sensatez que no tolera actitudes incendiarias. Colombia es un país hastiado de la violencia, de los violentos y de quienes justifican o aúpan el horror. Ahí es donde creo que el senador Petro jamás logrará penetrar. Por eso pienso que su actitud, más que convenirle, lo perjudica”, agrega.

Por su parte, Alejo Vargas, politólogo y analista de seguridad, defensa y paz, opina que un líder político “que aspire seriamente a ganar las próximas elecciones tiene que hacer propuestas y convocatorias a la sociedad realistas y que contribuyan a generar consensos; otra cosa es si ese líder a lo que aspira es a ser cabeza de una oposición marginal y entonces hace propuestas solamente para satisfacer a sus ‘barras bravas’”.

Y añade que no cree que sean los extremos los que vayan a tener la ventaja en las elecciones. “Considero que lo que van a predominar son posiciones de centro y allí un líder con perfil radical y provocador no tendrá ninguna posibilidad”, puntualiza Vargas.

El papel de los líderes

En un ambiente de crispación como el que se vive por estos días en Colombia, el papel de los líderes políticos es fundamental.

Dice Miller Soto que deben enseñar con el ejemplo y que deben ser capaces de edificar, no de destruir.

“Demostrarle a los colombianos que es posible abordar las diferencias con civilidad y altura. Profundizar en los debates sin ofensas, sin ataques y con amor hacia el país. No hay problema que se arregle creando más problemas”, afirma.

Guillermo Rodríguez señala que hay que enviarle un mensaje al país de la importancia de legitimar la autoridad. “Sin autoridad no hay nada. Hay que apelar a iniciar por los símbolos, el mundo ha cambiado, el país ha cambiado y los símbolos en Colombia están invertidos, tenemos que apelar a ¿la libertad y al orden? o al ¿orden y la libertad?”.

“Lo primero que hay que hacer es modificar esa leyenda del escudo de Colombia, enseñar valores cívicos a la juventud desde los colegios, a eso deben apelar los dirigentes de la Patria”, dice Rodríguez y agrega que un líder político no puede generar caos.

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