Política
La fractura del Partido Alianza Verde tiene en vilo la presidencia de la Cámara
Las divisiones ideológicas al interior del partido cada vez son más radicales. Por ello, se ve necesaria una escisión que permita aligerar la colectividad, aseguran fuentes consultadas.
La crisis al interior de la Alianza Verde parece avanzar a pasos agigantados hacia la necesidad de una escisión en tres frentes. Con la atomización característica de esa bancada y la puja por la presidencia de la Cámara, que le corresponde a partir del próximo 20 de julio, en el partido se están consolidando dos tentáculos, uno de línea oficialista y otro de oposición.
“La colectividad no puede seguir cómo va, porque un partido político debe estar caracterizado por una estructura y una identidad ideológica que definitivamente dentro del ‘verde’ no está tan clara hoy. Creo que el partido debe tener esa deliberación interna”, señala la representante Martha Alfonso, afecta al Gobierno y una de las aspirantes a dirigir la Cámara.
Para su coequipero Duvalier Sánchez, quien también ha expresado su deseo de presidir esa corporación, aunque “no necesariamente debe haber una escisión, si la hay, debería ser entre quienes están más radicalizados ideológicamente y que ya no son compatibles. Esa es una gran dificultad, porque antes, con algunas diferencias, podíamos convivir, pero ya hay posturas que no representan al partido”.
Esas divisiones son explicadas por el consultor político Álvaro Benedetti como una colectividad que “se convirtió en lo que teóricamente se conoce como un partido ‘atrapalotodo’, donde cualquier líder político puede llegar, en la medida en que consigue un aval y tiene la posibilidad de sumar votos, bien sea en el nivel nacional o regional”.
La Alianza ha tenido siempre una visible dualidad que se remonta incluso a antes de 2009, cuando Antanas Mockus, Enrique Peñalosa y Luis Eduardo Garzón fueron nombrados presidentes, mientras que Carlos Ramón González mantuvo la dirección ejecutiva.
Sin embargo, la crisis ha tomado mayor fuerza en los últimos años con las relaciones, ya sea a favor o en contra del Gobierno, coinciden fuentes consultadas, dado que un sector del ‘verde’ ha expresado querer mayor independencia, o hasta la oposición, mientras que la otro ala le hace el ‘juego’ a la Casa de Nariño.
Para el director del doctorado en Estudios Sociales de la Universidad del rosario, Carlos Charry, la escisión ya inició y el paso lo dieron Claudia López y Mockus cuando renunciaron a la colectividad tras el escándalo de corrupción de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, que salpicaba a varios de sus coequiperos.
“Esas divisiones ideológicas a veces se llevan demasiado al extremo y se olvida lo pragmático de la política, que en últimas deben ser los objetivos los que generen la articulación dentro del proceso político y no tanto las ideas, pero la división del Partido Verde empezó y este va a ser un proceso que ya lo vamos a ver más claramente de cara a las presidenciales del 2026″, añade.
Al respecto, Benedetti indica que el partido deberá ser muy pragmático sobre lo que quiere: “si desean alcanzar el poder de manera homogénea, no deberían tomar la decisión de escindirse, más allá de que puedan existir en su interior corrientes o tendencias políticas a veces contrapuestas”.
“Pero si de lo que se trata es de que dentro de esa colectividad o de esa colcha de retazos se quiera ver unas identidades políticas definidas, evidentemente la decisión de parte de los líderes, especialmente los más representativos, debería ser dar un paso al costado y crear partidos nuevos”, añade el consultor.
La puja por la presidencia
Por el momento, para la presidencia de la Cámara se han hecho públicos los nombres de los representantes Duvalier Sánchez, del Valle del Cauca; Santiago Osorio, de Caldas; Jaime Raúl Salamanca, de Boyacá, y quienes parecen liderar la puja, Katherine Miranda, de Bogotá, y Martha Alfonso, del Tolima.
Bajo los acuerdos hechos al inicio de la legislatura, Miranda debería asumir la dignidad, pero ese pacto ya no le conviene al Gobierno, dado que ella ha demostrado su total rechazo a varios proyectos del Ejecutivo, tales como la reforma a la salud, así como a posturas del presidente Gustavo Petro.
“Decido presentarme a la presidencia de la Cámara de Representantes porque este es mi segundo periodo legislativo, tengo la experiencia, el conocimiento y el respeto por parte de mis compañeros. Siempre catalogada como una de las mejores congresistas de este país”, dijo al oficializar su aspiración a suceder a Andrés Calle.
Para el caso de Alfonso, es primeriza en la Cámara, pero ganó reconocimiento al ser coordinadora ponente de las reformas pensional y de salud, iniciativas que tuvieron buena marcha bajo su liderazgo, pese a que la segunda se hundió.
Para ella, si el acuerdo era que Miranda ocupara la presidencia, “supongo que fue un trato en el marco de una relación recíproca con el Gobierno en un momento en el que ella se asumía como parte de la coalición, pero si hubiese acordado eso para asegurarse a sí misma esa dignidad, entonces lo violó, porque se convirtió en una congresista de oposición”.
Además, tanto Alfonso como Sánchez reiteran que “la presidencia le corresponde al Partido Verde, no a un nombre en específico. En los acuerdos que se hacen para la definición de las dignidades se realizan acuerdos sobre la base de colectividades, no de personas específicas, y el partido define qué congresista asume esa dirección”.
Según se ha conocido, Miranda ha buscado apoyos en su partido y en diferentes bancadas con asiento en la Cámara en las últimas dos legislaturas, entendiendo que hoy el panorama no le es del todo favorable al Ejecutivo, porque los independientes se niegan a darle el visto bueno a un aspirante que tenga el respaldo del Gobierno.
“Miranda desde el principio ha dicho que espera que la bancada la respalde, pero en ese camino hay otras personas que legítimamente también han decidido aspirar y hay unas reglas claras en el partido para esa nominación, como que haya un consenso o una votación y, si ahí hay un resultado, pues se permite una candidatura única”, explica Duvalier Sánchez.
Añade que, “de lo contrario, va a ser un escenario parecido al del Senado, donde se postuló, porque ganó la votación, Angélica Lozano y también se postuló a quien terminó ahora la presidencia, Iván Name. Ojalá ese no sea el escenario, pero ya se ha dado y entonces será la plenaria de la Cámara la que toma la decisión”.
Sobre las posibilidades que tendría Martha Alfonso en la votación de esa corporación para el cargo, Charry analiza que “haciendo cuentas, creería que sí tiene una leve mayoría, pero son muy inestables y la manera como ocurra será determinante. Por ejemplo, el proceso de división del partido Alianza Verde podría dejar muy fracturada las alianzas que le quedan al gobierno Petro y llevar al traste esa leve ventaja que pueda tener”.
“Falta más tiempo para aclarar esta situación, porque no lo veo tan a favor del Ejecutivo. Creería que lo que ha pasado con la reforma laboral, que los artículos que el Congreso le quitó ahora el Gobierno los quiere hacer por decreto, son decisiones que fracturan y minan la confianza entre los partidos que son cercanos ideológicamente a la Casa de Nariño”, menciona.
A su vez, Alfonso cuenta que por el momento los ‘verdes’ “estamos en un proceso de diálogo y concertación entre este sector que cree que debe estar representado el bloque de Gobierno, la coalición de la que hacemos parte, para tratar de llegar a un acuerdo que nos permita tener una sola candidatura”.
De hecho, Sánchez invitó a todos los candidatos a tomarse un café para lograr consensos dentro de la bancada y así tener una votación transparente en la postulación para la presidencia, a la que los demás aspirantes respondieron con buena disposición.