Política
La historia de la extorsión contra Álvaro Leyva en medio de la licitación de pasaportes
Al Canciller le ofrecieron información confidencial de la firma Thomas Greg.
En medio del proceso de la millonaria licitación de pasaportes, el canciller Álvaro Leyva fue víctima de extorsión. El jefe diplomático de Colombia le confirmó a Semana que una persona extraña lo contactó, supuestamente, para proporcionar información sensible de la firma Thomas Greg.
“Me contactó una gente que no he podido identificar aún, con la historia de que tenían una valiosísima información con la licitación y a propósito de los pasaportes. Obviamente, a mí me suscitó curiosidad y comenzaron a mandarme como una especie de pruebas de cómo gente de Thomas Greg se aproximaba a personalidades y a otros funcionarios”, dijo Leyva.
Según el canciller, puso el caso en conocimiento del Gobierno y de la Fiscalía. De hecho, el ente judicial le indicó cómo comunicarse con el extorsionista. “Llega un momento en el que participa inteligencia del Estado y comienzo yo, naturalmente, a desarrollar todo lo que se me va insinuando la propia Fiscalía, con el ánimo de establecer quién era el que estaba haciendo este chantaje”, añadió.
“Se trató de una extorsión hasta el final. Estuve hablando con esa persona hasta hace 24 horas. La persona que se comunica de forma permanente y durante todos estos días me dice que tengo que pagar una suma de dinero”, reveló el ministro de Relaciones Exteriores.
Incluso, el canciller reconoció que, con conocimiento de las autoridades, se realizó un pago, pues se trataba de un tema de interés por razones de seguridad nacional. “No son dineros míos, fue conjuntamente con el Estado, y de esto tienen conocimiento las más altas figuras del Estado”, destacó.
El entramado detrás del chantaje
La extorsión empezó en enero de este año, cuando Leyva recibió un mensaje de WhatsApp. Desde un número de Estados Unidos, alguien aseguraba que tenía información importante, supuestamente sobre Camilo Bautista, uno de los dueños de Thomas Greg & Sons, la firma que quería quedarse con la licitación de pasaportes.
“Buenos días, Sr. Canciller. Distinguido Dr. Leyva, mi nombre es Edwar Soto. Hasta hace 15 días trabajé con el sr. Camilo Bautista por más de 17 años”, se lee en el primer mensaje que recibió Leyva.
“Me han suministrado su teléfono directo para informarle que tengo una importante información relacionada con mi exjefe, Sr. Camilo Bautista, de Thomas, que muy seguramente le va a interesar. Quedo atento de Ud. para seguir”, dice un mensaje de minutos después.
Según confirmó el mencionado medio, durante al menos un mes el canciller y el misterioso sujeto hablaron por la aplicación Signal. Una serie de chats en esa aplicación evidencian que a Leyva le pidieron dinero a cambio de la supuesta información.
Aunque en principio el ahora suspendido canciller se negó a ofrecer algún pago económico, la persona al otro lado del teléfono insistía en que tenía “mucha información de contratos, licitaciones y cosas que se manejan en la empresa muy privadamente”.
En medio de esas conversaciones, le pidió “30 de los grandes”, o sea, 30 millones de pesos. El canciller, que ya había reportado la situación ante las autoridades, le reiteró que no tenía dinero. Sin embargo, después de varios días, se concretó el pago por 30 millones de pesos (dineros de gastos reservados del Estado) a una cuenta de Bancolombia.
Luego del pago, la persona siguió en contacto con el Ccnciller, pero contrario a lo esperado, nunca le hizo llegar información alguna. En varias oportunidades, el enigmático sujeto le pidió a Leyva unos minutos para enviarle todo por correo y en la última ocasión aseguró que la información ya había sido enviada.
Y la extorsión no paró allí, pues luego del pago, el ministro fue víctima de un nuevo chantaje por medio de su correo electrónico. En un mensaje escrito en inglés, señalaban a Leyva de “corrupto” y le pedían una suma de dinero, esta vez para mantener en secreto el “escandaloso” pago de los 30 millones de pesos a cambio de la supuesta información de Thomas Greg.
“Usted no es cualquier funcionario público, es el representante de la política exterior de nuestro país, la cara visible de nuestro país ante el mundo, y no es posible que la cara visible del país en el mundo sea una persona tan corrupta como para cometer este hecho”, dice uno de los mensajes revelados por Semana.