Política
Laura Sarabia, la columna del gobierno Petro, ¿dónde está su poder?
“Es la única persona a la que el Presidente escucha”, “cuando llama, se siente temor”, “no se conocía en otros gobiernos a alguien como ella”, son los comentarios que genera la nueva directora del Dapre.
Por Sofía López, reportera de El País
¿Qué la hace tan poderosa? Es la pregunta que todos se hacen al pensar en Laura Sarabia. Algunos dicen que es su eficiencia y otros apuntan a su personalidad reservada, pero en lo que todos coinciden es en que es, de lejos, la mujer con más influencia en la Casa de Nariño, y un baúl de secretos del presidente Gustavo Petro.
Inició en el ajedrez político como la mano derecha de Armando Benedetti, de quien no solo era la sombra, sino también la mente que cuidaba cada posible salida en falso que tuviera el entonces senador. Atendía los requerimientos de periodistas y demás personas que lo solicitaran. Nadie se acercaba a él sin antes hacerlo a Sarabia, dice un periodista que cubría el Congreso en ese momento.
Con la aspiración de Petro a la Presidencia y su cercanía con Benedetti, resultó el enlace perfecto para que la ahora directora del Departamento Administrativo de Presidencia, Dapre, se fuera al lado del líder de la Colombia Humana y se convirtiera en su asesora.
Y aunque es difícil hallar fotos de ellos juntos en campaña, y pese a estar embarazada, Sarabia no se despegaba del hoy Mandatario durante las largas jornadas de la contienda electoral. Si había que madrugar, se hacía, y si era de trasnochar, también se hacía, indican fuentes consultadas por El País.
“Ella llega a la campaña presidencial y se gana la confianza de Petro. Pienso que Sarabia debe tener una gran capacidad de trabajo y es de esas personas que, para ser tan cercana a él, son muy diligentes y tienen la prudencia para resolverlo todo”, menciona alguien que pidió no ser identificado.
Y añade: “Es una mujer que le habla al oído al Presidente y es de las pocas personas en este Gobierno a las que él escucha. Debe tener un muy buen relacionamiento público, que la vuelve indispensable para el desarrollo de la agenda política del Ejecutivo”.
Los primeros meses de la administración Petro poco llamaba la atención el rol de poder de Sarabia como jefa de Gabinete, hasta que en febrero del 2023, cuando se dio el primer ‘remezón’ de ministros, se supo que fue ella quien pidió la renuncia de funcionarios de gran experiencia como Alejandro Gaviria.
“De los ministros para abajo, todo el mundo tiene cierto respeto, reverencia y hasta temor por una llamada o una situación que rodee a la doctora Laura, porque saben que es un mensaje directo de Gustavo Petro”, advierte la fuente anónima.
“El Presidente le ha dado el poder y la seguridad para que ella llegue adonde está. La comunicación no verbal y las fotos comunican mucho más que las palabras, y si se ve una foto de un Consejo de Ministros, parece que la que liderara la reunión es ella y no el mismo Petro”, analiza otra persona que también pidió reserva de su identidad.
Tres meses después de ese primer desgaste del Gobierno, en mayo, la revista Semana reveló unos audios de su anterior jefe, Benedetti, en ese momento embajador en Venezuela, en los que él le reclama su lejanía y la amenazaba con destapar el supuesto ingreso de dinero ilegal a la campaña.
A ello se le sumó, el mes siguiente, la publicación de una entrevista realizada por ese mismo medio a la exniñera de su hijo, Marelbys Meza, quien señaló a Sarabia de haberla sometido a una prueba de polígrafo y de haber ‘chuzado’ su teléfono, en lo que parece una novela de terror que hasta el día de hoy sigue sin tener desenlace.
Tras esos dos escándalos, el Jefe de Estado anunció la salida del Gobierno de su principal asesora y la de Benedetti, quien ahora es el representante permanente de Colombia ante la FAO, nombramiento muy criticado.
Pero la cereza del pastel se dio cuando la Casa de Nariño anunció el regreso de Sarabia como directora del Departamento de Prosperidad Social, DPS, una de las entidades con mayor presupuesto del Gobierno Nacional, con 10,7 billones de pesos para este año.
No siendo suficiente, su presencia en el despacho del DPS no duró más de cinco meses, porque después fue designada como directora del Dapre, que, según la ley, tiene el objetivo de “asistir al Presidente en el ejercicio de sus funciones constitucionales y legales”, o sea, prestarle apoyo administrativo y logístico, entre estos, la coordinación del Ejecutivo con los diferentes órganos del Estado.
“Se nota claramente una exagerada dependencia del Presidente a ese liderazgo. Llama la atención que una profesional que nunca había ocupado un cargo público en el pasado, tenga ahora esas acciones y equipos y deba ser el vaso comunicante entre Petro y los demás integrantes del Gobierno. Es bastante curioso, porque no conocemos un antecedente así en otras administraciones”, anota el senador opositor Carlos Fernando Motoa.
A su vez, una de las fuentes que pidió el anonimato indica que “Sarabia llega a ‘organizarle la casa’ al Mandatario que, como en su alcaldía de Bogotá, se la pasa buscando peleas en su cuenta de la red social X, y no tiene una estrategia clara de para dónde apuntar. Entonces, le da la confianza a Laura para que organice, porque él no tiene esa capacidad”.
Prueba de lo anterior es que fue ella quien logró preparar la reunión del Jefe de Estado en Cartagena con los ‘cacaos’ del país, donde se empezaron a tejer acuerdos y concretaron la inversión de $ 100.000 millones para proyectos sociales.
“Petro le da la instrucción: ‘Necesito armar un encuentro con los grandes empresarios del país’, y ella ya sabe perfectamente qué quiere y a quién llamar”, agrega una fuente.
En lo que coinciden las personas consultadas es en que es innegable la habilidad política e inteligencia de la exjefa de Gabinete y hasta la describen como “la clase de funcionaria que todo equipo necesita”.
“Es una chica muy pila, cuando la conocí, siempre pensé en ella como un ‘ratón de biblioteca’, conoce el lenguaje de la política y es una virtud que un político necesita de su lado”, dice una de las personas consultadas.
Agrega que ella es para el Presidente como un disco duro en el que alberga toda la información. “Es una persona que le da confianza y que entiende la urgencia, la premura y el requerimiento. Ella casi que interpreta los gestos de Petro en todo momento, y yo creo que todo eso otorga poder , porque es la persona que está más cerca de él”.
A ello le suma que “Petro, al haber pertenecido a un grupo guerrillero, que, dejó las armas y luego llegó en 1990 a la vida política, y siempre ha mantenido su pensamiento de izquierda, es desconfiado y no deja que cualquier persona entre a su primer anillo, entonces cuida esa relación”.
También se recordará que, tras el escándalo de la niñera, que le costó a Sarabia su salida de la Casa de Nariño, no solo Petro la respaldó, sino que toda la familia presidencial creyó en ella. Sofía Petro, hija del jefe de Estado, escribió en X: “Poco me gusta comentar por principio de prudencia. Pero hoy afirmo que confío en la rectitud y decencia de Laura”.
Así, a pesar de no tener una ideología de izquierda y no pertenecer al Pacto Histórico, cada vez coge más fuerza la máxima de que el Gobierno no es sin Sarabia, quien está detrás de cada decisión importante de Palacio.
¿Quién es?
Hija de un coronel retirado del Ejército, Laura Sarabia cumplirá el 20 de este mes 30 años. Tiene un hijo pequeño y está casada con el abogado Andrés Fernando Parra, quien ha sido asesor legislativo del Senado desde el 2016, aunque en la red profesional aún no ha oficializado su salida.
Estudió junto a su hermano, Andrés Sarabia, en el Gimnasio de la Fuerza Aérea, infancia que sufría constantes cambios por el trabajo de su padre que, en cumplimiento de su misión como miembro activo de las Fuerzas Armadas, recorrió con su familia varios municipios del país.
Es egresada de la Universidad Militar Nueva Granada, de Bogotá, en relaciones internacionales, y tiene una especialización en política y estrategias de campaña. Pasó un año desempleada antes de llegar, en 2017, al lado del entonces senador Benedetti.
Logró un puesto menor en el Partido de la U, que era presidido en ese momento por él, y poco tiempo después, al ver su capacidad de trabajo, la vinculó a su Unidad de Trabajo Legislativo en el Congreso.
Se casó en una ceremonia muy sencilla con Parra en 2018, luego de un noviazgo corto, y su hijo nació cuando empezaba a trabajar con el hoy presidente Gustavo Petro. Después se convirtió en su jefa de Gabinete, luego en directora del Departamento de Prosperidad Social y ahora acaba de ser nombrada directora del Departamento Administrativo de Presidencia.
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