Política
Presidente Petro, sin escudero en el Congreso para defender sus reformas
Pese a que María José Pizarro, Clara López y Alejandro Ocampo intentan defender los intereses del Presidente en el Legislativo, analistas advierten que no suplen la labor de Roy Barreras.
A tres semanas de retomar las labores legislativas, se puede casi que palpar la tensión alrededor de los proyectos bandera del presidente Gustavo Petro, dado que, como advierten analistas, la ‘aplanadora’ dejó de funcionarle hace meses y ya no tiene un escudero en el Congreso que le ponga a marchar las reformas, como lo hacía Roy Barreras.
Las fuentes consultadas coinciden en que, pese a que hay varios representantes a la Cámara y senadores dispuestos a asumir la labor titánica de defender las controversiales reformas, ninguno podrá igualar los resultados que el ahora embajador de Colombia en Reino Unido le entregaba sesión tras sesión al Mandatario.
“Una figura así de importante como la de Barreras, que se conoce muy bien el Congreso y que tiene relaciones de comunicación con todos los sectores políticos, es muy difícil de reemplazar. Incluso, con la misma salida de Alexánder López, uno preveía que no iba a cumplir un rol tan protagónico y efectivo como el que podría haber hecho el exsenador”, analiza el director del doctorado en Estudios Sociales de la Universidad del Rosario, Carlos Charry.
Con la anulación de la elección de Barreras por doble militancia, la responsabilidad de conducir el gran tren de reformas del Gobierno del ‘cambio’ recayó sobre López, a quien no le duró mucho tiempo la batuta, porque en menos de cuatro meses de haber asumido la presidencia del Senado, el Consejo de Estado lo anuló por la misma razón que al primero.
Tras esas caídas, las fuentes están de acuerdo en que automáticamente se le pasó la responsabilidad de ser la defensora del petrismo en el Parlamento a la senadora María José Pizarro.
Para Sara Moreno, directora de la Escuela de Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Buenaventura, “ella es una mujer progresista, que ha sido protagonista de la agenda de la Paz Total, las juventudes y las mujeres. Defiende al Presidente en los debates del Congreso y los medios, es su principal defensora”.
Asimismo, el representante a la Cámara por el Pacto Histórico Alejandro Ocampo señala que esa figura de alfil en el Senado recae en Pizarro y en “Clara López, que en los debates económicos ha sido demasiado importante y buena. Ella llega con un muy alto perfil y le va bien; además de que hay rotación de esa figura defensora”.
Sin embargo, Charry difiere, porque, si bien reconoce que “Pizarro comienza a tomar ese rol protagónico, no tiene la misma experticia ni las capacidades para generar vasos comunicantes con diferentes sectores políticos para pasar la reformas. Lo mismo se podría decir del senador Iván Cepeda, pero el mismo Presidente lo ha encargado de liderar los procesos de conversaciones de paz con el ELN”.
En la Cámara de Representantes, El País pudo conocer que la labor de ‘espadachín’ se le asignó a Ocampo, quien tiene el rol público de defender los intereses de la Casa de Nariño.
Sin embargo, analistas alertan que “puede que esta vez no vaya a haber una figura tan importante que lidere el diálogo entre el Gobierno y el Congreso en calidad de senador o representante a la Cámara y menos en las presidencias o vicepresidencias del Legislativo”.
¿Petro está solo?
“El Ejecutivo necesita uno o más congresistas con habilidad, inteligencia, entusiasmo y experiencia para contrarrestar lo que hace la oposición, tener interlocución con los demás congresistas y habilidad para que el trámite de los proyectos avance”, dice Moreno.
Y explica: “No tener esta figura afecta los intereses del Gobierno, debido a que los costos de transacción aumentan para la aprobación de sus reformas y se reduce el apoyo popular a su agenda. Por ejemplo, Roy Barreras era muy importante para el Presidente porque, además de contar con esas características y competencias, su votación era dispersa y no concentrada en el Valle del Cauca, como la de los demás congresistas, que sus audiencias son reducidas a su departamento de origen”.
De hecho, el impacto de Roy en las victorias de la actual Administración se vio desde tiempo atrás de que, por encima de senadores fieles como López, Cepeda y Pizarro, fue impuesto por el hoy Mandatario para que fuera el presidente del Senado.
Ya antes, Barreras se metió de lleno en la aspiración de Petro a la Presidencia y se echó al hombro la creación de la coalición del Pacto Histórico, pese a la resistencia de sectores de la izquierda, comenzando por Gustavo Bolívar. Y, como se sabe, en 2022 dio la sorpresa cuando el partido del Jefe de Estado arrasó en las elecciones legislativas, con 20 curules en el Senado y 27 en la Cámara de Representantes.
Luego, cumplió a cabalidad su tarea: lograr que los acuerdos políticos con otros partidos se consolidaran, como también que las reformas avanzaran.
La tributaria fue el proyecto clave que salió antes de lo que se pensaba, pero, con el paso del tiempo y el cambio de posturas del Presidente, la coalición de gobierno se rompió, cuando los partidos Conservador y la U se declararon en independencia y las reformas sociales empezaron a venirse abajo.
Al no contar más con ese escudero, Charry anota que Petro “no tiene vasos comunicantes. Eso no quiere decir que le aprueben o no sus proyectos, sino que hay muchos circuitos que están rotos en el entendimiento entre el Gobierno y las bancadas del Congreso, y eso no es bueno para ningún presidente, porque de alguna manera se empieza a gobernar bajo una serie de supuestos o una lógica de amigo-enemigo que no es nada positiva”.
Analiza que en la próxima legislatura “el Pacto Histórico va a tratar de hacer un ejercicio más colegiado y colectivo como bancada, pero perderá un poco la posibilidad de entablar diálogos con el resto de los partidos”.
Velasco, sin movimiento
Aunque las fuentes indican que el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, es un político de gran experiencia e incidencia en diferentes sectores, no solo del Partido Liberal, el modelo político que hoy tiene la Casa de Nariño no le ha dejado muchas alternativas.
Según Moreno, “Velasco es una persona hábil en el manejo de la política y tiene experiencia legislativa. Es un buen relacionista, pero las concesiones que ha tenido el Ejecutivo con los congresistas para la aprobación de sus reformas son finitas. Asumieron compromisos con la reforma a la salud y no todos le cumplieron, entonces se le va haciendo cada vez más difícil la tarea de mediación”.
De acuerdo con ella, Charry indica que el Ministro tiene tanto conocimiento del Legislativo como los mismos Petro y Barreras, quienes hicieron una carrera casi paralela en el Congreso y son de los políticos más antiguos de Colombia en esas corporaciones.
“Por esa experiencia, se esperaría que existiera una buena relación entre Velasco y el Congreso, pero eso no ha sido así, en parte porque las tareas que le han encomendado al jefe de la cartera política han sido de una abierta orientación ideológica que le impide tener márgenes de acción”, añade.
Finalmente, Ocampo defiende que, “este es un gobierno que le gusta debatir en público y eso permite que haya una dinámica política, y este ministro no hace lo que hacían algunos antaño, que comenzaban a repartir contratos y así cuadraban al que sea, entonces el Congreso se agota esperando responder a intereses”.