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¿Por qué Sneyder Pinilla no dice qué contratista dio la plata que originó el escándalo?: Carlos Carrillo, director de la Ungrd
El nuevo encargado de la Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres sostiene que el exsubdirector también debería informar cuándo va a devolver el dinero comprometido en el entramado de corrupción detectado en esa entidad.
Por Olga Lucía Criollo, Editora Política
“Ojalá este capítulo del escándalo pase muy pronto y me pueda dedicar exclusivamente a la misionalidad de la entidad”, dice Carlos Carrillo, cuyos dos meses de gestión han estado a la sombra del presunto entramado de corrupción detectado en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Ungrd.
Sobre Olmedo López, su antecesor y quien pidió un principio de oportunidad para colaborar con la justicia, el funcionario reconoce que, al igual que él, perteneció al Polo Democrático, pero que “tiene prácticas que no se diferenciarían de un político tradicional de cualquier otro partido”.
En cambio, en entrevista con El País, Carrillo defiende al presidente Petro, negando que esté pasando de agache ante los escándalos que se han destapado en la Unidad y asegura que “desde que era senador, se ha convertido en una suerte de fetiche para las derechas en Colombia y hay incluso sectores muy aventureros de la derecha que ni siquiera se avergüenzan de salir a pedir abiertamente que se caiga un gobierno que fue elegido de manera legítima”.
¿Por qué se quiso demandar su nombramiento en la Ungrd?
Son cuestionamientos de naturaleza política, nada que tenga que ver con derecho. Claramente venían del ex alcalde Daniel Quintero, pues la persona que interpuso la acción es un pupilo de él y trabaja en una unidad de apoyo normativo del otro pupilo, de (Juan Carlos) Upegui, el primo. Me sorprende mucho que venga de alguien que no hace más que victimizarse. Quintero responde a cualquier crítica a su gestión en modo Neymar, diciendo que es un perseguido por el uribismo, y quiso desgastar el aparato institucional con una acción que no tenía ningún fundamento en derecho.
Se esperaría que, tras las denuncias, hubiese ataques, pero de los grupos políticos de los funcionarios que están siendo cuestionados…
Quintero no tiene orilla política, es un oportunista que está en el lugar donde más caliente el sol. Hace unos años se hizo pasar por progresista, antes era del Partido Conservador, antes del partido del tomate, de la yuca, de la guanábana, de lo que sea. Es un político tradicional, una versión más joven de esos manzanillos de toda la vida, pero realmente no me sorprende demasiado.
Hablemos de la Unidad, ¿por qué quiere despedir al abogado Iván Alfaro?
Porque él tenía un cargo de confianza en la dirección de Olmedo López, un contrato de asesoría jurídica por $ 24 millones, un salario considerable en la función pública. De ninguna manera voy a recibirle asesoría jurídica a una persona que viene de estar tan cerca de Olmedo, que hoy podemos decir, sin violar su derecho a la defensa ni a su presunción de inocencia, que fue suspendido, y que está pidiendo un principio de oportunidad, y que es claro que ha cometido delitos. Sería casi que un asunto de modales que el señor terminara el contrato en el momento en el que cambia la dirección; se lo pedí en muy buena forma, pero decidió quedarse y veo que sigue teniendo protagonismo en cosas que no le hacen ningún bien a la Unidad.
Habiendo estado ambos cerca del presidente Petro, ¿qué referencia tenía usted de Olmedo López?
De hecho Olmedo era de mi partido, yo soy del Polo, de los buenos, y el señor fue candidato a la Gobernación de Antioquia por el Polo; luego se lanzó a la lista Decentes, pero tengo entendido que incluso hizo parte de la dirección nacional del partido.
He sido crítico de muchos sectores del Polo que he denominado pragmáticos, porque, si bien se pintan de progresistas, tienen prácticas que no se diferenciarían de un político tradicional de cualquier otro partido, y Olmedo López, al parecer, viene de allá. No tuve la oportunidad de conocerlo ni de hacer política con él. De hecho, esta es la hora en que nunca lo he visto con mis propios ojos.
Pero es un momento de asumir responsabilidades políticas, soy el nuevo director y tengo que responder por lo que hizo este señor, porque el Estado es uno. Hay una serie de contratos y decisiones que están en firme y gozan de legitimidad, y es un tema complicado, porque no puedo simplemente llegar a desconocer todo lo que hizo otra dirección, hay que buscar salidas jurídicas y políticas.
Y en el caso de Sneyder Pinilla, ¿qué conocía de él?
Es un señor que no tenía ninguna cercanía con nuestro sector político; de derechas, viene de los Aguilar, que han sido siempre los contradictores políticos de nuestras ideas.
Me parece que es un desacierto que en un gobierno como el nuestro, de izquierda, progresista, se le entregue una subdirección tan importante a un tipo que viene de los Aguilar, pero es una decisión que tomó Olmedo, no fue una decisión del Presidente.
¿Qué les responde a quienes dicen que el presidente Petro está pasando de agache en el escándalo de la Ungrd, que hay un efecto teflón?
El Presidente es el Jefe de Estado. Nosotros no tenemos una figura adicional, el Jefe de Estado es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas y quien encarna la unidad de la Nación. Entonces, todo lo que suceda, para bien o para mal, está asociado con esa figura, pero creo que hay una cosa que ha sido reiterativa en la carrera política del Presidente y es la visceralidad de los ataques en su contra.
Desde que era senador se ha convertido en una suerte de fetiche para las derechas en Colombia y hay incluso sectores muy aventureros de la derecha que ni siquiera se avergüenzan de salir a pedir abiertamente que se caiga un gobierno que fue elegido de manera legítima. Eso es algo que sorprende y además genera una reacción igualmente apasionada.
Cuando usted tiene unos sectores que atacan sin piedad al Presidente, que lo calumnian, que lo convierten en el centro de todas las críticas y de todos los problemas de la Nación, pues también tiene otro sector de la población que se va a endurecer rodeando al Presidente con ese mismo fervor. Más que un efecto teflón, como sucedía en el caso de Álvaro Uribe, hay una base de apoyo muy sólida al Presidente y a su labor.
Hablando de efecto teflón, ¿qué opina de los presidentes de la Cámara y el Senado, a quienes incluso desde sus partidos les han pedido renunciar a esas dignidades?
Me parece que hay un enorme oportunismo político en eso, particularmente de Claudia López. Yo no me puedo meter en política, mi tarea es ser director de una Unidad de Gestión del Riesgo, que tiene toda suerte de problemas, no solo los que tienen que ver con la corrupción y los escándalos, sino las cosas propias de su naturaleza misional.
Entonces, espero que esto no se interprete como una participación en política, porque no lo es, en este momento no estamos en campaña, pero Claudia López lo que hace con esta puesta en escena, que es digna del Circo del Sol, el acto de contorsionismo: luego de haber gobernado en Bogotá con Cambio Radical, el Partido Conservador, los cristianos, el Centro Democrático, porque a todos los tuvo sometidos a punta de ‘mermelada’; o sea, el Concejo era unanimista, tenía 35 de 45 concejales, y de hecho la oposición terminó teniéndola en su propio Partido Verde, donde hubo personas dignas que se le subordinaron, que ahora venga a posar de impoluta y de digna y a atreverse a decir que el Partido Verde se lo tomó una minoría petrista, me parece desafortunado. Es que ella hizo campaña con Name.
¿O sea que ve más un aprovechamiento político de la situación?
Instrumentaliza las declaraciones de un bandido que ni siquiera ha probado lo que ha dicho. Y termino diciendo: si Sneyder y sus abogados, los Moreno, filtran esa información a la prensa y quieren cooperar, ¿por qué no arrancan por decir cuál fue el contratista que les dio esa plata? Porque eso sí lo pueden probar, y también cuándo va a devolver el dinero, porque cualquiera podría pensar también que la razón para vincular al presidente de la Cámara y al del Senado es patear el balón tan arriba como sea posible y distraer la atención de los que probablemente están detrás de ellos. Porque, piense en Sneyder, el alcalde de Sabana de Torres; Olmedo, un candidato frustrado a la Gobernación de Antioquia, unos políticos de muy pocos quilates que terminan en las grandes esferas del poder haciendo diabluras. ¿De verdad creen que no hay nadie realmente poderoso detrás de ellos?
¿Cómo va la organización de ‘la casa’, tras dos semanas de conocerse el nuevo escándalo de corrupción en la Ungrd?
Estoy dedicado a recorrer el país, a ver con mis propios ojos cómo están las obras, rodeado de un equipo de técnicos de las mejores calidades humanas y profesionales, que durante muchos años han hecho su trabajo salvando vidas en este país.
El jueves estuve en Providencia, el viernes en Córdoba, el sábado en Huila y así, porque son demasiados los proyectos; tengo que atenderlos personalmente en muchos casos, porque no solo tengo que escuchar a la institucionalidad, sino dialogar con las comunidades para llegar a consensos y permitir que las obras que hace la Unidad avancen lo antes posible, que las ayudas lleguen. Ojalá este capítulo del escándalo pase ya y me pueda dedicar exclusivamente a la misionalidad de la entidad.
Pero usted ha dicho que hay otros contratos que le preocupan...
Es que esta gente firmó contratos como locos; a Alfaro la vuelta que se le cayó era un contrato para darse unos honorarios a su empresa de $100 millones mensuales, aparte de los 24 que ya está coronando.
Es una cosa impresentable, y en principio me dicen que el CDP (Certificado de Disponibilidad Presupuestal) lo quería por $ 1800 millones y al fin lo sacó por $1200, y lo que pasó con los carros tanques, que son dos contratos, los 40 primeros y otros 40 más pequeños; los fondos de inversión colectiva, esos giros directos de recursos a los municipios donde estaban los amigos políticos de Olmedo son muy graves; las ollas comunitarias son un desorden, pero además esta entidad recibe una herencia envenenada, porque quieren confinar la corrupción a Olmedo López y eso se extiende mucho más atrás en el pasado. Esta es una Unidad que ha sido saqueada sistemáticamente por la clase política.
Finalmente, esta Cali se vio muy afectada por las lluvias. ¿En medio de todos estos escándalos de corrupción, la Unidad sí está lista para atender las emergencias que se puedan presentar en el país por el invierno?
El jueves hablé con el Alcalde de Cali para ponerme a su servicio, pero el funcionamiento del sistema es colaborativo. ¿Qué quiero decir? No es la Unidad la que responde en primera instancia a una emergencia. Es el Alcalde y, si las capacidades de la Alcaldía se ven superadas, entra la Gobernación, en el caso de la mayoría de municipios del país. En el caso de los distritos no es así, porque las grandes ciudades se entienden directamente con el Gobierno Nacional.
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