Política
“Pues yo me voy”: Se revela qué fue lo que le respondió Laura Sarabia a Armando Benedetti
Los mensajes que se compartieron son una muestra de cómo se fue marchitando la relación entre ambos.
Laura Sarabia y Armando Benedetti han protagonizado toda una pelea política durante las últimas semanas y meses. Casi parece irreconocible que la joven inició su carrera trabajando con él, cuando este le dio la oportunidad de estar en su unidad de trabajo legislativo en su antiguo puesto como senador, y después la acercó a la campaña presidencial.
Lo que no esperaba Benedetti es que Sarabia se convirtiera en la persona clave de Petro, quien lo acompañaba para arriba y para abajo. Tanto así que llegó a sentir que él merecía más por lo que había hecho en campaña.
La enemistad que hoy está consolidada se fue cocinando de a poco. Comentarios fuera de base, señalamientos, audios grotescos y, finalmente, insultos, fueron algunos de los detalles que se compartieron, principalmente del lado del exembajador, ya que Sarabia nunca perdió la compostura, pero sí se quebró.
“La verdad es que todos los días hago lo mejor que puedo. Y así como usted explotó hoy, yo también. Porque yo me mato aquí todos los días para que usted se desquite conmigo cada vez que quiere, y adicional a eso se metan con mi familia. Que se metan conmigo todo lo que quieran, pero no con mi familia. Todo desde acá es muy distinto. Y usted siempre tiene todo el derecho a reclamar su ‘espacio público’ cuando quiera”, le dice la exjefa de Gabinete en uno de los primeros mensajes conflictivos.
También le deja claro que ella no lo veía como un enemigo, razón por la cual él no debía verla tampoco de esa manera. Trató de apaciguar los ánimos pidiéndole disculpas y diciéndole que si para él ella era un obstáculo, no titubearía en irse del equipo de Gobierno.
Benedetti nunca confirmó que quisiera eso, lo que sí no quería era estar más tiempo sentado en un escritorio en Caracas, viendo a lo lejos cómo se desarrollaba la situación política interna del país. “Yo lo que quiero es hacer equipo contigo, estoy aburrido en Venezuela, tú sabes que eso no es lo mío”, dijo.
Y la desesperación le llegó después, cuando amenazó con que arremetería contra todos si no le permitían volver. “Lo que yo no entiendo, Laura, lo que tú me conoces a mí. El cuento del tigre, al tigre hay que dejarle una salida porque, si no, se tira encima de las personas. Y tú sabes que yo soy tigre que, sin salida, de pronto me tiro encima de las personas. Nadie, nadie, ni Petro, trabajó más que yo en esa hijueputa campaña. Si no hubiera sido por mí, no ganan, hijueputa, no ganan nunca. Pa’ que me dé ese tratamiento: ‘Tengo que ir a grabar’, no sé qué mondá y tú emputada y la gente, nada, ¿qué hace usted aquí? Qué es eso, Laura”, agregó, ya algo fuera de sí.
La realidad es que Benedetti quería un puesto que lo acercara a la dirección de la Nación, ya fuera con algún ministerio (que se lo llegó a ofrecer Sarabia, pero “mamándole gallo”, según él), o un cargo parecido. Sin embargo, ella se encargó de recordarle que su puesto como embajador le permitía estar protegido de su proceso en la Corte Suprema.
“De verdad lo siento, por el ‘trato’ de estos días. Tiene razón, no fue el mejor. Pero tampoco merezco que usted también cuando me necesita sí me habla bien, pero cuando quiere me trate mal. (…) Eso le implica (…) que sus casos vuelven a la Corte. Pero si eso quiere, insisto en eso. O que usted sea ministro. Con gusto lo hago. Si quiere también le digo al presidente que mi cargo está disponible para que usted también lo asuma y me voy”, le dijo en tono despectivo.
Él primero le contesta “ridícula”, y se siente señalado por ella. “Laura, no me amenaces con que el recurso va pa’ la Corte o no va pa’ la Corte, eso lo decido yo, porque yo estoy a punto de resolver mi problema y esa no es la respuesta. Yo no estoy pidiendo puestos ni un culo, si me quieren echar, me echan”. Con eso iniciaron las palabras fuertes por parte de Benedetti.
Sarabia le comenta que seguirá buscando opciones que será algo que se discuta con el Presidente el martes, lo cual no lo convenció del todo. “¿Hasta ese día? .... Jajajajaj. Así será de malas… Sólo quedará rezar… OK. No te molesto más. Nos vemos el martes a las 10:00 a.m.”, le respondió él.
Ya después, el exembajador si se descarga completamente, mostrando su indignación y dando primeras luces de la información sobre dineros ingresados a la campaña Petro en la costa. “Tú manejas el poder y manejas el Gobierno y yo no estoy diciendo que me regales un puesto o me des un contrato… no, no, no, Laura, no, no, no y perdona, pero estoy ardido desde ayer y exploté. (…) Pero, te insisto, te insisto, vamos a ver qué tal que uno diga, mamando gallo, quién fue el que puso la plata aquí en la Costa… jum… (…) Tú me dices que tú fuiste muy leal conmigo, que me ayudaste para que no me pusieran preso y llegas a la Presidencia, marica, y como si no me conocieras, le fue mejor a Prada contigo, que nunca trabajó contigo, que no hizo un culo de campaña, le fue mejor a Roy contigo, les fue mejor a todos los ministros que están allá, que no sirven para un culo, ¿cómo así?”.
De forma contradictoria, Benedetti continúa diciéndole a Sarabia, a través de los audios en el chat, que él no le está pidiendo ningún puesto, pero después sigue mostrando desconcierto por el papel minoritario que siente que está jugando en el Gobierno, como pidiendo un nuevo cargo.
“Nadie, nadie, ni Petro, trabajó más que yo en esa hijueputa campaña. Si no hubiera sido por mí, no ganan, hijueputa, no gana nunca. (…) Lo correcto es que yo estuviera en Colombia, trabajando hijueputa no sé, donde te dé la hijueputa gana. No voy a competir contigo, no quiero competir contigo, no me ofrezcas un cargo del cual yo no tengo potestad. Entonces, mejor dilo, si tú no eres capaz de aceptar de que tú te has portado como una mierda conmigo (...)”, le recriminó el entonces embajador.
La exjefa de Gabinete, evitando ser grosera con él, le sigue presentando posibles soluciones. “Venga a Bogotá y nos sentamos con el presidente. Y ya resolvemos esto. De verdad yo no voy a pelear más, no me interesa. Yo no estoy engañando a nadie ni nada. Sentémonos los tres y ponemos todo sobre la mesa”. Y le vuelve a manifestar algo que ya habían hablado: “El presidente quiere que usted organice el mapa político y prepare todo para las elecciones de octubre... Si quiere también le digo al presidente que mi cargo está disponible para que usted también lo asuma. Y yo me voy”.
Y sí, aquí Benedetti, una vez más, se sintió despreciado... y explotó, de nuevo. “No me jodas más con tu puesto, yo no quiero tu hijueputa puesto, me vale verga tu puesto, no quiero esa mondá, no quiero estar en el Palacio, no quiero ser el constructor de todas las cagadas que llevan ahí, no quiero… Te lo juro, eso me sabe a mierda, te lo juro; no me jodas más con tu puesto, no quiero tu hijueputa puesto, tú fuiste la que me ofreció algo en el Ministerio del Interior, no había nadie mejor en el planeta Tierra, nadie te ayudaría más que yo. (...) Entonces, búscame una solución rápida, la que sea, pero ya me estoy emputando de verdad, Laura, porque tú eres una persona diferente hoy y ayer a la que fuiste el domingo, pero del cielo a la tierra”, le grita.
De acuerdo con uno de los mensajes contenidos en el chat, el exembajador le menciona a Sarabia que si ya habían acordado dos puestos (Ministro del Interior y Canciller) de los cuales aseguró estar a gusto con cualquiera, por qué habían pasado meses y aún no había sido nombrado. “O sea, cuántos meses necesitas tú para que..., cuantos meses necesitas tú, para saber que Velasco no te va a ayudar con la tarea y que vas a perder las elecciones”, le dice.
De hecho, Benedetti no solo hizo cuestionamientos cuando se agitó el Gabinete y se cambiaron varios puestos sin incluirlo, también criticó la más reciente designación: la de Roy Barreras como embajador en Reino Unido.
Él le dijo a Sarabia que Roy podría estar mejor en Venezuela, en lugar de estar él, pues Barreras es un “experto en paz”, a lo que ella le responde que no lo hizo de “mala leche”, sino por una razón soportada: “Es que la única embajada después de Washington que exige inglés es UK. De verdad pregunte, si considera que estoy mintiendo”. Al parecer, Benedetti no tiene muy afilado su inglés.
En este punto, Laura Sarabia también le manda un par de flechazos que terminan por sacar de casillas al entonces embajador. En primer lugar, le dice: “¿Quiere hacer equipo conmigo? Uno no lo pide a las patadas. Las formas son importantes. Así como usted tiene razón que no fue el mejor trato en estos días, este tampoco es el mejor conmigo”.
Adicional a esto, Sarabia llama a Adelina, la esposa de Benedetti, para quejarse sobre su comportamiento.
A lo primero, el encargado de las relaciones diplomáticas con Caracas respondió que no era que él quisiese hacer equipo con ella, sino que ya lo habían sido, ya lo eran, y ella lo apartó por completo. Agregó que “no es que te esté tratando mal, yo me estoy es lamentando, yo me estoy quejando, yo todavía no he tratado mal a nadie, como lo sé hacer. Son dos cosas completamente diferentes, lo tuyo es pensado, premeditado”.
Y sobre lo segundo, él estalla en groserías nuevamente: “Qué baja, Laura, qué baja y qué aficionada toda la vida. Llamar a Adelina, que estoy pidiendo el Ministerio del Interior para que ella se empute conmigo y entonces yo no pida eso. (…) Si antes te sentías amenazada, ahora sí es culo de amenaza. Y me dices hijueputa cuándo culo quieres que esté allá en Bogotá y me dices cuándo culos quieres empezar a pelear, o cuándo culos quieres arreglar. Usted está allá es por mí, hijueputa, por mí. O es que alguien te iba a pasar al teléfono si no hubieras trabajado conmigo, te hubiera dejado sola a ver qué culos ibas a hacer. Ahora sí que estamos todos amenazados, hijueputa, dime qué más hay qué hacer”.
Aquí Benedetti ya no era el diplomático que hablaba ante los micrófonos de forma prudente, ya era otro personaje. Esto quedó claro una vez más cuando la exjefa de Gabinete dio una entrevista, asegurando que ella no le debe nada a él en su carrera política.
Él manifestó lo siguiente: “Claro que todo me lo debes a mí, por yo haber nacido, además, porque yo soy el que te llevó a donde Petro. Soy el que te dio a conocer, ¿o alguien te hubiera pasado al teléfono si tú hubieras llegado sola a donde Petro? Ni una sola persona, ahora te voy a mandar un artículo ahí, tú estás quedando como una tonta, eres el hazmerreír delante de todo el mundo, eh Laura, de los poderosos, (...) estás hecha una ‘cagá’, para que sepas. Y ahora te voy a mandar un artículo ahí, para que veas que yo sí te quiero ayudar, como yo ayudo, y tú diciendo huevonadas, una tonta, estás hecha una idiota, y busca que la (...) idiota”.
Ella no le correspondió. Le dijo que no le debe a él su puesto, ya que no fue él quien la recomendó para ser la jefa de Gabinete de Petro y estar a su lado en todo momento. Él le dijo que eso era lo único en lo que tenía razón, y la siguió tratando mal...
“Tu cabecita chiquitica, como tú eres chiquitica, no entiende; es que es verdad, yo no tuve nada que ver, tú no eres cuota mía, yo a ti no te recomendé, tampoco te escogió Petro, te escogió Verónica, y ya sabes por qué. Y además de eso, además de eso nunca, lo importante de mí es que se dio oportunidades en todo solo que una hijueputa como tú no lo entiende”, fueron las últimas palabras reveladas.
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