política
¿Qué hay detrás de la pelea del presidente Petro con Efraín Cepeda, jefe del Senado?
‘Choques’ con el presidente del Congreso buscan presionar al Legislativo para que apruebe las reformas, dicen analistas.
“Una ruptura entre el Gobierno y el Legislativo no le conviene a las instituciones ni a la gobernabilidad, porque profundiza la polarización y el estancamiento de las reformas, pero no le conviene especialmente al Gobierno en un contexto donde tiene una agenda legislativa gruesa y se va empezando a cerrar el margen de maniobra para que efectivamente saque adelante todo lo que quiere hacer”.
Así analiza Juan Nicolás Garzón, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, los ‘choques’ cada vez más frecuentes y duros que están teniendo el mandatario colombiano, Gustavo Petro, y el actual presidente del Senado, Efraín Cepeda.
Como se sabe, el punto más alto de esta confrontación tuvo lugar el pasado jueves, cuando, desde Armenia, el Jefe de Estado dijo que en el país se quiere “producir un proceso político de destitución del Presidente en la Comisión de Acusaciones de la Cámara. Mucho dinero está corriendo detrás, y no quieren que lo digamos, porque quieren que el último día, cuando ya destituyan al Presidente..., la gente descuidada permita que el próximo presidente de la República en este periodo sea el señor Cepeda, presidente del Senado”.
De inmediato, el nuevo jefe del Legislativo le respondió vía X: “Cómo se ve que usted no conoce el talante democrático del Congreso de la República. Acá no jugamos con la democracia. Usted debe terminar su periodo y los colombianos, con su voto, decidir qué rumbo quieren para el país después de usted. Nosotros no tomamos atajos ni debilitamos la institucionalidad”.
Y agregó que: “en lugar de buscar fantasmas que no existen, lo invito a que se concentre en los resultados que el país espera” y que senadores y representantes, “como poder independiente y autónomo que son, seguirán cumpliendo con su misión constitucional, sin distraerse de su rumbo”.
Luego, ante la lluvia de críticas y la solidaridad que Cepeda recibió desde orillas políticas como la del Centro Democrático, el Partido Liberal, su propia colectividad y hasta el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, Petro volvió sobre el tema: “En ninguna parte acusé a Cepeda de un golpe de Estado. Lo que dije es lo que dice la ley. Si la destitución del Presidente y Vicepresidenta se realiza, y eso si es un golpe de Estado, quien asume la Presidencia es el presidente del Senado”.
Sin embargo, sus dardos para el jefe del Senado no se detuvieron y desde Florencia, Caquetá, lo acusó de haberle dado “una puñalada trapera”, ante la no aprobación del Presupuesto General de la Nación en el Legislativo.
Entonces, la cabeza del Congreso volvió a responder: “Con todo respeto, no es sano que convierta las dinámicas institucionales en disputas personales. El Senado tomó una decisión con un voto plural de senadores, porque considera que es lo más conveniente y responsable para el país”.
Y siguió: “Nosotros respetamos y defendemos sus fueros, y pedimos el mismo respeto cuando se trata de los fueros del Legislativo. Que el Congreso ejerza sus competencias no es ni una agresión ni una descalificación personal ni mucho menos un golpe blando, sino, simplemente, el ejercicio de una dinámica democrática donde se construye a partir de las diferencias”.
Así que, recogiendo toda la polémica, el profesor Garzón sostiene que el Presidente “va a seguir insistiendo en una serie de polémicas, semana tras semana, en las que señalará una cantidad de situaciones que pueden afectar su gobernabilidad y que van a abrir debates nacionales, lo que es una muestra de que él y el Gobierno están implementando una estrategia para que el debate político nacional gire en torno a ellos”.
De su lado, el analista José David Benavides coincide en que, si bien sus actitudes pueden parecer fuera de lugar, el objetivo del Mandatario es “ejercer presión para que el Senado, y en general el Congreso, le apruebe sus proyectos de ley, porque, si no se los aprueban, las estaría recibiendo como un ataque personal y como un golpe de Estado, como él dice”.