¿Es una estrategia válida que los congresistas se salgan del recinto a la hora de votar un proyecto?

Por Olga Lucía Criollo, Editora Política

“En el marco de las posiciones radicalmente opuestas que hay en torno a las reformas sociales, la oposición en el Congreso utiliza una estrategia muy parecida a la que ha sido una constante de la izquierda, otrora oposición a los gobiernos nacionales, y, en ese sentido, luce legítima esa intención de que, si no es posible a través del trámite legislativo ordinario, tratar de jugar esas cartas asociadas al cuórum y a la posibilidad de que no existan mayorías para tomar decisiones”.

Así analiza el consultor político Álvaro Benedetti el hecho de que, en dos ocasiones, varios congresistas, liderados por Paloma Valencia, del Centro Democrático, se retiraron esta semana del recinto del Senado para desbaratar las mayorías decisorias y evitar el avance de la reforma pensional.

Pero Benedetti llama la atención sobre que “la muy poca estatura del debate intelectual que se da en el Congreso. Es muy lamentable que los debates no se puedan dar en torno a ideas y argumentos que supongan valor, sino en torno a la polémica y a las ‘jugadas’ de líderes que nos representan en la toma de decisiones y que no están ejerciendo con altura”. Y añade que “aras de no poder llegar a acuerdos a esos mínimos necesarios sobre el alcance de las reformas, esa va a ser la constante durante los dos años que le quedan al Gobierno”.

En su concepto, “en la actualidad las galerías pareciera que les está importando más el morbo asociado a la polarización, que el contenido grueso de las reformas” propuestas por el presidente Gustavo Petro desde que estaba en campaña por la Presidencia.

En efecto, luego de que se suspendiera el debate de la reforma pensional por falta de cuórum en el Senado, Paloma Valencia, integrante de es corporación por el Centro Democrático, aseguró en su cuenta de X que acudirán a todas las estrategias para detener ese proyecto por considerarlo inconveniente para los colombianos y por estar lleno de ‘micos’.