Salvatore Mancuso habló este miércoles sobre los “horrores” de la guerra en Colombia y pidió mayores beneficios

El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, recluido en una prisión de Estados Unidos, compareció el miércoles ante el tribunal de paz en Colombia para contar lo que sabe sobre los sangrientos escuadrones de ultraderecha que comandó durante el conflicto armado, con miras a obtener beneficios ante la justicia.

Durante cuatro días y mediante videoconferencia, el excomandante deberá “demostrar que actuó como ‘bisagra’ o punto de conexión entre los paramilitares y la fuerza pública”, indicó la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), surgida del histórico pacto con la guerrilla de las FARC en 2016 y encargada de investigar los peores crímenes del conflicto interno.

“Yo fui reclutado, armado, entrenado por las fuerzas armadas. Yo soy hijo directo de ellos”, dijo el paramilitar ante un grupo de víctimas y tres magistrados que lo escuchaban desde el departamento de Córdoba, su principal centro de operaciones en los noventa.

Solo si Mancuso amplía la versión que ha dado desde hace casi dos décadas, la JEP considerará la posibilidad de recibir su caso y otorgarle los beneficios que contempla esta justicia especial, como penas alternativas a la cárcel a quienes cuenten las verdad y reparen a las víctimas.

La diligencia empezó luego de un emotivo cántico interpretado por un campesino que clamaba “verdad” sobre la estela de sangre que dejaron los paramilitares en su lucha contra las guerrillas izquierdistas.

Tras dejar las armas en 2006 como parte de un acuerdo de paz con el entonces presidente Álvaro Uribe (2002-2010), el exparamilitar colombo-italiano fue entregado a las autoridades de Estados Unidos donde lo condenaron a más de 15 años de prisión por narcotráfico.

En su versión este miércoles Mancuso aseguró que su ejército tenían plena colaboración de todas las instituciones de seguridad del Estado, empresas, ganaderos y políticos como Francisco Santos, exvicepresidente de Colombia y primo del Nobel de Paz y expresidente Juan Manuel Santos (2010-2018).

El mandatario izquierdista Gustavo Petro, que en su pasado como congresista destapó los nexos entre los paramilitares y la política, reaccionó a la comparecencia de Mancuso:

“El paramilitarismo no fue sino una alianza del narcotráfico con buena parte del poder político y económico de Colombia y un sector de la prensa tradicional para desatar un genocidio sobre el pueblo”, escribió en su cuenta de Twitter, Gustavo Petro.

Mancuso, de 58 años, guió el proceso de desmovilización de unos 30.000 paramilitares en 2006, responsables de más de 94.000 muertes durante en la prolongada guerra interna en Colombia, según el Centro de Memoria Histórica.

Las audiencias continuarán el 11, 15 y 16 de mayo y luego la JEP deberá contrastar la información para determinar si Mancuso puede acogerse a ese tribunal de paz.

Mancuso pide ayuda

Salvatore Mancuso, un excomandante de los paramilitares de ultraderecha que se desmovilizaron en 2006 en Colombia, pidió este martes “ayuda” a Venezuela para ubicar y recuperar más de 200 cadáveres de sus víctimas enterrados al otro lado de la frontera que sus hombres desangraron en medio de la lucha contra las guerrillas.

Encarcelado en Georgia, Estados Unidos, Mancuso participó a través de videoconferencia en un encuentro entre el canciller colombiano, Álvaro Leyva, ONGs, familiares de víctimas y diplomáticos de Venezuela y otros países en una zona rural del departamento fronterizo de Norte de Santander (noreste).

“En territorio venezolano son más de 200 personas que hoy están desaparecidas [y enterradas] por nosotros, las Autodefensas, AUC]”, dijo el excomandante colombo-italiano, sentenciado en 2008 a 15 años y ocho meses de prisión por narcotráfico.

Tras dejar las armas en 2006 como parte de un acuerdo de paz con el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), alias “El Mono” fue entregado a las autoridades estadounidenses. Constantemente denuncia malos tratos como torturas para evitar que cuente la verdad sobre las relaciones entre importantes políticos y los paramilitares.

Con información de AFP