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“Se ha desconfigurado el espíritu de los Acuerdos de Paz”, dice excombatiente que lideró el secuestro de los diputados del Valle
Gustavo Arbeláez, quien en guerra era conocido como Santiago, explica los ‘peros’ que exmandos medios de las extintas Farc, como él, tienen frente a las imputaciones que les hizo la JEP, a la cual siguen acogidos. “De corazón, estamos muy comprometidos con la verdad”, dice sobre el caso de los asambleístas
Por Olga Lucía Criollo, Editora de Política y Paz
“Queremos hacer un llamado de atención a los garantes y los firmantes de la Paz, para que revisemos, porque sentimos que se ha desconfigurado el espíritu de los Acuerdos. Es un tema de conversar, de mirar cómo enrutamos de nuevo el Acuerdo a cómo se concibió”.
Así resume Gustavo Arbeláez, cuyo nombre de guerra era Santiago, las inconformidades que jefes y mandos medios de las extintas Farc sienten frente a decisiones que está tomando la Jurisdicción Especial de Paz, JEP.
El, quien hace 22 años fue el encargado de planear y ejecutar el secuestro de los diputados del Valle, fue imputado en diciembre pasado, junto a otros siete antiguos integrantes del Bloque Occidental de las Farc, por crímenes de guerra y de lesa humanidad relacionados con los plagios que esa guerrilla cometió en esta región del país entre 1993 y 2016.
“Con transparencia de corazón, queremos decir que hemos buscado a las personas que participaron en todo este proceso, para hacer una construcción colectiva de lo que pasó”, dice sobre el pedido de verdad que siguen haciendo los familiares de los asambleístas, mientras vuelve a reconocer su responsabilidad en el hecho.
Arbeláez habló con El País sobre estos temas...
En días pasados, usted y los demás imputados del antiguo Bloque Occidental le respondieron a la JEP...
Sí, radicamos una respuesta a un auto de imputación de hechos por secuestro en el occidente. En el macrocaso 01, la magistrada Julieta Lemaitre determinó que ocho personas éramos los máximos responsables de estos hechos y conductas y profirió un acto de imputación ante el que aceptamos la responsabilidad por la comisión de esos hechos.
¿Esa aceptación incluye el secuestro de los diputados del Valle del Cauca?
Sí, claro. Durante todo el accionar de las Farc en las fechas comprendidas para el estudio de los macrocasos está ese hecho, como uno de los de más impacto y también está recogido dentro de ese macrocaso y el auto de imputación que hace la magistrada.
¿Qué hay de distinto en este reconocimiento frente a otros que usted ya hecho sobre su participación en lo ocurrido con los asambleístas?
En los macrocasos lo que se busca es ahondar en el concepto de verdad. Lo que hicimos frente al caso de los diputados en particular es toda la reconstrucción de los hechos, desde el momento del planeamiento, la ejecución, el traslado de los diputados una vez secuestrados hasta el Cauca y todo el periodo de cautiverio hasta el lamentable hecho de su asesinato, a finales del 2007. Evidentemente, esto surge también de un proceso que se hace frente a los jueces, que nos piden no solo la explicación sino cómo ese tipo de acciones hizo parte de un patrón nacional de realización, que incluyó secuestros motivados por financiación, dinámicas de control territorial e intercambio de prisioneros. O sea, fueron tres patrones que reconocemos que se hicieron en el occidente del país.
Algunos familiares de los diputados han reclamado que los comparecientes ante la JEP no han dicho toda la verdad y se sienten insatisfechos con la cantidad de verdad que han entregado. ¿Qué responde?
Lo primero es decir que entendemos un poco el sentimiento de ellos. Han pasado muchos años y por primera vez tenemos la oportunidad casi que de un cara a cara en donde les estamos contando qué fue lo que pasó. Con transparencia de corazón, queremos decir que hemos buscado a las personas que participaron en todo este proceso para hacer una construcción colectiva de lo que pasó. Lo hemos hecho sin ningún cálculo, con honestidad, con quienes están en estos momentos con vida y participaron en esos hechos, y sentimos que ahí está lo fundamental, pero si hay alguna inquietud, y si en ese ejercicio de profundidad en el término del esclarecimiento de los hechos está a nuestro alcance, tenemos la mayor disposición para hacerlo, pero de verdad queremos que las víctimas tengan tranquilidad frente a eso.
De parte de nosotros, tenemos la absoluta transparencia y convicción de aportar lo máximo de verdad posible ante todas sus inquietudes.
Justamente algunas de estas víctimas dicen que ustedes han recurrido a la estrategia de decir ‘es que fueron personas que ya murieron’ para evadir esa entrega de verdad. ¿Qué dice frente a eso?
En la reconstrucción de los hechos de los diputados estuvimos casi 17 personas y en ese ejercicio de memoria colectiva nos ajustamos al concepto de verdad, de qué fue lo que pasó.
No tenemos más que agregar al respecto, pero, de corazón, queremos decir que estamos muy comprometidos con la verdad, y los que estamos vivos, que participamos directamente en los hechos, somos los que estamos aportando a la reconstrucción de los mismos, diciendo la verdad que nos pide la magistrada y que nos han solicitado las víctimas.
Al momento del Acuerdo de Paz usted ya había sido condenado por ese hecho y estaba en prisión. ¿Es posible que la JEP lo vuelva a imputar por el mismo caso?
Lo que me dice mi abogada es que no solo soy yo el imputado frente al caso de los diputados, existen otras personas más. Evidentemente, el caso mío, frente al hecho de haber pagado una condena ante la justicia ordinaria, deberá ser tenido en cuenta por el magistrado, pero aquí existen otras personas que han sido también imputadas como máximos responsables por los hechos de los doce diputados del Valle.
¿Y qué tipo de sanciones espera usted de parte de la JEP?
Lo que puedo decir es que, como compareciente y firmante de los Acuerdos, tengo la mayor disposición de aceptar y acatar todas las sanciones que la Jurisdicción nos imponga en este caso, y que el hecho de haber pagado una condena ordinaria no me excluye de la necesidad y del compromiso de cumplir con las mismas. Para el caso, existen varias líneas que la misma Jurisdicción nos ha planteado para el cumplimiento de los Toar (trabajos, obras y actividades con contenido restaurador-reparador) y tendré la mayor disposición de cumplir las mismas, una vez la magistratura defina cuáles serían las que tenemos que desarrollar.
Algunas víctimas de este caso han expresado su deseo de apartarse de la JEP porque dicen que los procesos no avanzan. No es un reclamo para ustedes, pero sí están implicados en esa queja. ¿Qué opina?
Uno entiende el sentimiento de los familiares de los diputados, pero también tengo que decir que es dentro de esta Jurisdicción donde más aporte de verdad han tenido, y que continuaremos con esa misma disposición. Ellos son libres de tomar una decisión frente a la Jurisdicción, pero siento, en lo personal, que ha sido un ejercicio que ha tenido más aporte para ellos, como víctimas, frente a qué fue lo que pasó durante todo ese proceso con el secuestro y posterior asesinato de los diputados.
La JEP también los imputó a ustedes por tratos crueles e inhumanos a los secuestrados, algo que también reclaman los familiares de los diputados. ¿Qué responde?
Lo que estamos reconociendo en este auto es que comprendemos ese gran sufrimiento causado por las condiciones de su cautiverio, como fueron las largas marchas que sufrieron, la restricción de área que tuvieron y las afectaciones económicas, sicológicas y mentales que el secuestro originó en su entorno familiar y social.
Todo ese tipo de cosas las estamos reconociendo, en términos generales, dentro del auto, que es un poco lo que significa un secuestro como tal, y que, tenemos que decir, no lo dimensionamos, y que ahora, que termina el conflicto, es que volteamos la mirada hacia atrás y reconocemos el daño y el dolor de todo este tipo de hechos que protagonizamos y que sufrieron quienes fueron víctimas de secuestro en este país.
Los exjefes de las extintas Farc han dicho que la JEP se está apartando del Acuerdo y que, con sus decisiones, está llevando a los mandos medios a pensar en retomar las armas. Como mando medio que fue de esa guerrilla, ¿cuál es su percepción al respecto?
Estamos adelantando un intercambio de opiniones, que no es un anuncio de retiro de la Jurisdicción o de que vamos a echar marcha atrás ni a patear la mesa, como se dice, donde se revise cómo fue el texto de los Acuerdos inicialmente. Queremos hacer un llamado de atención a garantes y firmantes de Paz para que revisemos, porque sentimos que se ha desconfigurado el espíritu de los Acuerdos. Es un tema de conversar, de mirar cómo enrutamos de nuevo el Acuerdo a cómo se concibió.
Quiero aprovechar para que haya tranquilidad en el país, en el sentido de que vamos a continuar atendiendo a la Jurisdicción, aportando frente a las víctimas lo máximo de verdad posible y también dispuestos a aclimatar el país, que necesita reconciliación y paz. No tenemos plan retorno ni un plan de acabar la Jurisdicción, pero sí queremos que tengamos una conversa honesta, sin prevenciones, para mirar cómo enrumbamos y recogemos el espíritu inicial de lo acordado en La Habana, pues sentimos que tenemos diferencias frente a cómo se está dando el mismo en la práctica.
¿Pero cuáles son esos puntos sobre los que tienen inconformidad?
Planteamos, por ejemplo, el tratamiento que se da al ejercicio de cadena de mando frente a las responsabilidades. Sentimos que a las Farc nos la están imponiendo desde el Secretariado que responda, pero frente a los hechos victimizantes de la Fuerza Pública no sentimos que sea el tratamiento asimétrico correspondiente. Se han abierto muchos macro casos y la idea era buscar unos patrones de conducta frente a lo mismo que se dio, pero ese ejercicio se está orientando a un tratamiento de justicia ordinaria, porque están individualizando a quienes estuvieron en esos casos, y eso es desconfigurar o desnaturalizar un poco el propósito.
Queremos ahondar en el sentido de la Jurisdicción, que fuese un proceso dialógico, donde la verdad se constituyese en un elemento central, no para buscar responsabilidades, sino para conocer lo que pasó en el conflicto y que eso sentase bases de no repetición, pero cuando se comienza a individualizar, a buscar responsabilidades, es un ejercicio más de justicia punitiva u ordinaria y sentimos que hay un desborde dentro de lo que concebimos debería ser la Jurisdicción Especial para la Paz.
¿Y cómo cree que se pueden resolver esas diferencias que se están presentando?
Sobre este tipo de cosas es que queremos conversar, porque entendemos que es un ejercicio que es nuevo en el país y en el mundo, donde no existe jurisprudencia como tal, pero también vemos una diferencia de cómo se aborda esta Jurisdicción desde los diferentes macrocasos, con los diferentes magistrados. Entendemos que es una dinámica normal en un ejercicio de estos, pero queremos conversarlos y ver cómo los tramitamos para volverlos a cómo se concibió desde un principio y por qué fue que escogimos la Justicia transicional como mecanismo para mirar los temas judiciales dentro del conflicto.