“Si el Presidente cree que somos traquetos, criminales o bandidos, pues que no se siente a dialogar con nosotros”: vocero de las Farc-EP arremetió contra Petro

Por Winston Viracachá, especial para El País

“El Presidente es muy grosero con nosotros, si cree que somos traquetos, criminales, bandidos, pues que no se siente a dialogar con nosotros. Las Farc-EP somos una organización que tiene dos dimensiones: la política y la militar, y estamos prestos para hacer la paz o la guerra. Para nosotros esos no son ni chantajes ni amedrentamientos”.

Así se expresa ‘Sebastián Martínez’, el segundo al mando de la delegación del Estado Mayor de las Farc-EP en los diálogos de paz con el Gobierno Nacional, los cuales acaban de ser suspendidos, manteniéndose sí el cese al fuego pactado entre las partes.

¿Cómo está hoy el proceso de paz con el Gobierno Nacional?

El proceso ahorita está pausado. Suspendimos la agenda que tenemos de común acuerdo con el Gobierno, o sea, las tareas que teníamos inmediatas, y nos fuimos a un proceso interno de consultas y esperamos que el Gobierno Nacional también convoque a su delegación, para que entreguen balances y logren, ojalá, identificar autocríticamente los errores a superar.

¿Qué errores hay que corregir por parte de las Farc?

Puede que no seamos lo suficientemente autocríticos, pero creemos que hasta ahora todos los compromisos a los que hemos llegado, se han cumplido. Si ve, desde el 8 de octubre, que se firmó la suspensión de acciones ofensivas, y luego el 16, el cese al fuego, no se ha registrado un acto contra la Fuerza Pública en Colombia, mientras que sí hemos recibido hostigamientos, desembarcos e incluso posicionamientos sobre unidades nuestras y los casos más graves, las dos emboscadas que se dieron en el Huila y en el Cauca.

¿El cese bilateral al fuego, como dice el Defensor Nacional del Pueblo, es un despeje que ustedes pedían?

No, los documentos son públicos, el decreto existe y los documentos nuestros los pueden ustedes conocer. Ahí en ningún momento se ha planteado despejes.

¿Obligaron ustedes a los campesinos de El Plateado a cercar a la Fuerza Pública y a expulsarla de la región?

No señor, ese es un rumor que el general Mejía (comandante general del Ejército) ha estado difundiendo. Desafortunadamente, creo que es una cuestión de ingratitud con unas comunidades que hace unas semanas fueron las mismas que los custodiaron a ellos, cuando no existía cese al fuego y el frente Carlos Patiño tenía rodeado un pelotón y ellas se les acercaron a las Farc para decirles que, por favor, pararan la confrontación para ellos meterse a buscar a un teniente del Ejército, que finalmente lo encontraron. Entonces, no entendemos como, si esas comunidades cuidaron al Ejército en ese momento y pactaron con el mismo Ejército que saliera del territorio después del Plan Democracia, custodiados por la ONU, la Defensoría del Pueblo y la MAP OEA, que el Ejército salga a decir que los secuestraron. Entonces, cabría la pregunta: ¿la Defensoría del Pueblo, la Misión de Verificación de la ONU y la MAP OEA son cómplices de secuestro?, porque ellos fueron los que acompañaron todo el traslado y la custodia de los militares hasta El Tambo.

¿Por qué se insiste que ustedes tenían secuestrados a ese pelotón de 200 hombres?

Porque quieren desviar la atención de lo que realmente sucedió y es que la gente estaba fastidiada del Ejército allá en El Plateado, que estaba hostigando a la población, haciéndole requisas, incautándoles motos y vehículos de transporte particular en una zona donde no es común que se presente eso. Se sabe que en el suroccidente hay un rechazo generalizado a la militarización de los territorios, a la gente le fastidia ya tener al soldado, porque es el mismo que con los días se le empieza a robar la gallinita, a llevar la maquinaria agrícola y a venderla más arriba. Eso es lo que hay de fondo, además de que se incrementa la violación de los Derechos Humanos.

¿Qué puede pasar si el general Mejía insiste en volver a El Plateado?

Hay un protocolo firmado y uno de los compromisos de ellos es suspender las acciones ofensivas. Una de las acciones ofensivas se llama movimiento al contacto, que son todos los movimientos previos que pueden generar un contacto o una confrontación armada, que pueden ser desembarcos, acercamiento, seguimiento sobre nuestras unidades. Si ellos lo hacen, de entrada estarían violando el cese el fuego y nosotros podríamos hacer uso de algo que está pactado: el derecho a la legítima defensa y se pueden presentar confrontaciones.

¿En este momento se están haciendo esos seguimientos?

No, creo que no se han dado después de que salieron las tropas del Plan Democracia, que iba solo a custodiar el traslado del material electoral, pero sí hay una dificultad y es que siguen las maniobras conjuntas con la Segunda Marquetalia. Esa debería ser la preocupación del general Mejía: correr las tropas, moverlas un poquito más allá, porque sí se le ve muy feo que la Segunda Marquetalia ande a escasos 200, 300 metros de distancia del Ejército.

El Presidente de la República dijo que fue muy prematuro haber entrado a negociar con el Estado Mayor Central. ¿Qué piensa?

No sé, habría que preguntarle al Presidente a qué se refiere con prematuro, porque si él pretendía prolongar la confrontación para luego sentarse a hablar con nosotros, no entendemos. Nosotros somos la misma organización de 1964, tenemos nuestros mismos lineamientos y postura y nosotros sí veíamos oportuno sentarnos a dialogar con el Gobierno Nacional.

¿Por qué dijo usted que la mesa de diálogo es un desorden total?

Porque, primero, la comisión de diálogo del Gobierno no es plenipotenciaria, no tiene capacidad de definición, y si nosotros vemos nuestra comisión de diálogo, se podría decir que es hasta monolítica, porque responde a una sola orientación, no importa con quién estén hablando, van a encontrar siempre la misma posición. El Gobierno se empecinó en algo que sí fue muy acertado y es muy garante de que esto funcione, es crear una comisión de diálogo policlasista o que representa varios sectores de la sociedad, y ahí están los empresarios, representados en Carlos Murgas, está incluso el Centro Democrático, como delegado oficial Fabio Valencia, o sea, es una comisión que es muy garante de que funcione, pero no es plenipotenciaria, entonces nos desgastamos días dialogando, llegando a un consenso de las partes, y a última hora lo cambia el Ministerio de Defensa. Entonces, ese es un elemento que hay que superar, y es que un método en la negociación que creemos que es muy desordenado: pactamos puntos para discutir, pero terminamos discutiendo otras cosas, salen elementos nuevos coyunturales y eso tiene en un desgaste a la comisión de diálogo del Gobierno, a la comunidad internacional, a nosotros y a la Iglesia.

¿Qué hay que organizar entonces en la comisión de diálogo?

Que el Gobierno faculte a la Comisión de Diálogo para que a última hora no nos cambien los documentos y toca volver a discutir, que esa comisión de diálogo del Gobierno llegue con su lineamientos claros a discutir con nosotros, porque nosotros sí tenemos claro cuáles son nuestros propósitos. Además, nosotros nos vamos a un proceso de consultas internas en las que muy seguramente saldrán muchos más elementos de balance positivos y negativos sobre las dos comisiones y sobre el proceso de diálogo, que en algún momento se los tramitaremos al Gobierno Nacional y que esperamos que haya mucha disposición de ellos para superar esas dificultades.

El Presidente también dijo que ustedes deberían recoger los legados de Camilo Torres y, muy disimuladamente, que no se quedaran como simples traquetos...

El Presidente es muy grosero con nosotros, si cree que somos traquetos, criminales, bandidos, pues que no se siente a dialogar con nosotros. Las Farc-EP somos una organización que tiene dos dimensiones: la política y la militar, y estamos prestos para hacer la paz o la guerra. Para nosotros esos no son ni chantajes, ni amedrantamientos.

El Fiscal General de la Nación le pidió al Gobierno convocar a un plebiscito tanto el diálogo de ustedes como el del ELN, ¿cómo ve esa propuesta?

Los plebiscitos, como toda elección popular, son manipulables. Entonces, creo que dejar eso en un ambiente en el que los medios de comunicación no juegan el papel más acertado, sería un riesgo. Creo que el Gobierno tiene facultades y el derecho a la paz de los colombianos es incuestionable, no tiene que irse a consultas.