“Si Donald Trump gana, tendría candidato a la Casa de Nariño”: Dan Restrepo, exasesor de Barack Obama

“Lo más interesante será el papel de Donald Trump en la campaña presidencial en Colombia, porque si él gana la Casa Blanca, su administración apoyará un candidato a la Casa de Nariño”.

Así lo considera Dan Restrepo, de padres colombianos, y quien es uno de los latinos con mayor influencia en Washington. En la Casa Blanca se le veía junto al expresidente Barack Obama, al entonces vicepresidente y actual presidente, Joe Biden, y la exsecretaria de Estado y excanditada presidencial Hillary Clinton.

Su misión era tirar línea en las relaciones entre Washington y Latinoamérica, y así lo hizo también en el Consejo de Seguridad Nacional.

Ahora volverá a Colombia y, como anticipo de su vuelta al país, en el que se ha reunido con expresidentes como Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, conversó con Colprensa sobre las elecciones de Estados Unidos, las relaciones bilaterales con Colombia y lo que vendrá luego del complejo 5 de noviembre de 2024.

Usted ha dicho que el Gobierno Petro ha causado que Colombia no sea el mayor socio de EE. UU. en Latinoamérica, ¿a qué se refiere?

Son dos cosas, una particular y otra más global. El espacio y la atención internacional en Estados Unidos se ha reducido en los últimos años. Es decir, en el fondo, es un país insular, y su política cada día es más insular, más mirando hacia adentro. Entonces, hay menos espacio para la relación con los países de Latinoamérica. Además, ha ocurrido algo en la relación entre Estados Unidos y Colombia, en parte como resultado del Gobierno de Gustavo Petro y es que el consenso bipartidista que había definido la política estadounidense con Bogotá se ha roto, ya no existe, un poco por confrontación ideológica entre los republicanos, en particular en el Congreso, con Colombia y eso crea más tensión.

Washington se ha mostrado complacido con el cambio de política de Colombia contra las drogas, ¿que asuntos hacen tirantes las relaciones con Bogotá?

La relevancia de Colombia en lo que está ocurriendo dentro de los Estados Unidos se ha reducido, porque el problema más grande que tiene el país es el consumo y las muertes relacionadas con un producto que ya no es colombiano, el fentanilo. Dicho eso, quienes tienen todavía un punto de vista tradicional sobre el narcotráfico, ven con preocupación lo que está haciendo el Gobierno colombiano y la sobreproducción que existe, que tiene efectos negativos dentro de Colombia y otras partes del mundo.

Otro asunto, quizás el más relevante para ambos partidos, es la migración. El flujo migratorio más grande del Hemisferio Occidental sigue siendo el venezolano, que empieza a subir otra vez, después del proceso electoral de Nicolás Maduro. Demócratas y republicanos han visto con buenos ojos lo que ha hecho Colombia en la integración de la población venezolana. ¿Cuál va a ser el papel de Colombia si Maduro sigue en el poder más allá del 10 de enero?

El tema migratorio sí o sí va a ser central en la relación entre Colombia y los Estados Unidos. El nivel de conflictividad en ello, cómo se manejará y quizá los recursos que la Casa Blanca esté dispuesta a poner sobre la mesa, dependerán un poco del resultado electoral.

En un gobierno de Donald Trump, la demanda va a ser ‘haz más con menos recursos estadounidenses’. En uno de Kamala Harris, posiblemente será ‘haz más, pero con más recursos’, en particular de la banca multilateral, para apoyar los temas de integración y estabilización.

Hablando de las elecciones, ¿cuál de las dos candidaturas estima más conveniente para Colombia?

En el caso de Trump, lo vimos en su primera Administración con presidentes ideológicamente más cercanos a él, Duque y Santos: era una relación tensionada y algo conflictiva. Creo que eso aumentaría si Trump vuelve a la Casa Blanca durante lo que queda de la Presidencia de Gustavo Petro. Es de esperar una confrontación ideológica y de estilos. En el caso de Harris, creo que veríamos un poco de continuidad (con la Administración de Joe Biden), en el sentido de tener una buena relación con Colombia, sea quien sea el Presidente democráticamente electo. Pero habría quizás un poco menos de atención a Colombia que la que le da Biden, porque Biden tiene una afinidad personal y un largo historial con Bogotá que Harris no tiene, aunque lo iría construyendo.

Aún están lejanas las elecciones de Colombia, ¿pero cómo sería una candidatura ideal para tener relaciones fuertes con Estados Unidos?

Alguien que quiera tener una buena relación con los Estados Unidos sería más útil, pero creo que lo más interesante va a ser el papel de Washington en esa campaña presidencial en Colombia. Eso dependerá de quién gane la Casa Blanca, porque si Trump sale como presidente, su administración tendrá candidato a la Casa de Nariño. Habrá un respaldo pleno a alguien, sería como volver al siglo pasado de la política estadounidense, cuando había candidatos de Washington en la región.

Un protagonismo a favor de un candidato o movimiento en particular vendría de una administración Trump, no de una Harris, como lo vimos con Biden, con Obama o incluso con los Bush. Eso traería implicaciones importantes para la relación, yendo hacia adelante. Es decir, meterse en la política doméstica del otro tiene implicaciones, particularmente en sistemas donde la alternancia es parte de la tradición.

Se ha dicho que la candidatura de Kamala Harris parece poco llamativa entre hombres afroamericanos. ¿El machismo está afectando su camino a la Casa Blanca?

El machismo es una realidad para cualquier candidata a la Presidencia de los Estados Unidos. Lo vivimos con Hillary Clinton y a cierto nivel lo estamos viendo con Kamala Harris. Lo más llamativo es que está ocurriendo un reseteo electoral. El mejor indicador del comportamiento electoral en los Estados Unidos es el nivel de educación: más educación, más probabilidad de votar por un candidato o candidata demócrata; menos educación, más probabilidades de votar por un republicano.

Lo que estamos viendo, entre hombres en general y luego en hombres tanto afro como latinos, es que esa tendencia se empieza a vivir en grupos en los que anteriormente no se veía. Eso antes era un fenómeno entre votantes anglo, blancos, y ahora es creciente el voto afro y latino. Dicho eso, es importantísimo reconocer que sí le va mejor a Trump con el voto afro masculino joven y el latino masculino joven, pero las mayorías adultas de ambos grupos apoyan a Kamala Harris.

A Washington le interesa lo que sucede en Venezuela, ¿cómo sería la relación con la permanencia de Nicolás Maduro en el poder?

Hoy Maduro es más débil, aunque sigue en el poder, pero no lo suficiente como para quitárselo. Eso es resultado de este proceso electoral, que dejó bien claro que no tiene apoyo legítimo dentro del pueblo venezolano, lo que es un logro importante de la política internacional, no solo de la estadounidense. La pregunta es cómo se interpretará el 11 de enero del próximo año que Maduro siga en el sillón presidencial. ¿Estamos viendo solamente el proceso electoral o estamos viendo un proceso de más largo aliento para llegar a un resultado más democrático en Venezuela?

Quien sea Presidente en Estados Unidos, va a determinar el papel estadounidense. Si Washington vuelve a una política de endurecimiento o de presión máxima, lo que era la política fracasada de Trump en su primer mandato, ayudaría a reforzar a Nicolás Maduro en el poder, pero creo que con Harris veríamos un aumento de sanciones individualizadas, no volver a lo sectorial, sino seguir buscando el protagonismo de actores venezolanos para ir minando el apoyo dentro del régimen de Maduro y, a la larga, llegar a un sitio más democrático.