¿Cómo usar el aloe vera para tener una piel de porcelana?

La piel es el órgano más grande y visible del cuerpo y su estado de salud no solo afecta la apariencia física, sino también la autoestima, confianza y bienestar general. Por eso, a lo largo de los años, mantener una piel radiante y saludable se ha convertido en un objetivo importante para muchas personas.

Este órgano actúa como una barrera física que protege de factores externos dañinos como la radiación solar, la contaminación, los gérmenes y otras sustancias nocivas. Una piel sana ayuda a prevenir infecciones y mantiene el equilibrio adecuado de hidratación, lo que asegura el correcto funcionamiento de otros órganos internos.

De igual manera, una piel saludable y libre de problemas cutáneos puede mejorar significativamente la autoestima y la confianza de una persona. Sentirse a gusto con la apariencia propia es algo que se refleja en la actitud y en la relación con los demás y el entorno. La piel es un factor importante en la percepción de la belleza y la juventud, lo que lleva a muchos a esforzarse por mejorar su aspecto cutáneo.

En busca de este objetivo son cientos los productos en el mercado que ofrecen los beneficios de una piel suave e hidratada, sin embargo, también las preparaciones caseras, muchas de ellas a base de productos naturales y de fácil consecución, son útiles para el cuidado de este órgano. Uno de ellos es el aloe vera.

También conocida como sábila, esta planta con origen en regiones áridas de África y la Península Arábiga ha sido reconocida milenariamente como un elemento bastante útil para la preparación de ungüentos y bálsamos, para curar heridas y tratar problemas cutáneos, a tal punto que ha trascendido fronteras y actualmente es cultivada en muchas partes del mundo debido a sus propiedades terapéuticas y cosméticas en piel y cabello.

El aloe vera es capaz de generar una piel de porcelana ya que su gel tiene múltiples propiedades como la hidratación intensiva, pues esta sustancia penetra fácilmente en la piel, proporcionando hidratación sin obstruir los poros. También tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a calmar la piel irritada y reducir la inflamación causada por quemaduras solares, erupciones cutáneas y otras afecciones.

Gracias a su contenido de vitaminas, minerales y aminoácidos, el aloe vera promueve la regeneración de las células de la piel y acelera el proceso de cicatrización de heridas, pero también tiene propiedades antibacterianas que pueden ser útiles en el tratamiento del acné, ayudando a reducir la proliferación de bacterias y calmando la inflamación asociada con la aparición y desarrollo de espinillas.

¿Cómo utilizar el aloe vera?

Si bien existen numerosos productos en el mercado que contienen aloe vera, aprovechar esta planta en su forma más natural puede potenciar sus efectos y proporcionar una experiencia de cuidado de la piel más completa y satisfactoria.

Una de las formas más sencillas de utilizar el aloe vera es aplicar directamente el gel extraído de la planta. Para ello es necesario obtener una hoja grande y saludable de esta planta, lavarla y con un cuchillo corta sus bordes espinosos y posteriormente a lo largo para exponer el gel interior.

Este gel transparente y viscoso se raspa cuidadosamente con una cuchara y se conserva en un recipiente limpio para posteriormente aplicar sobre las áreas deseadas de la piel, masajeando constantemente hasta lograr su absorción.

Otro de los usos comunes de la sábila son las mascarillas faciales, las cuales ayudan a revitalizar y refrescar la piel dejándola suave y radiante. Esta se prepara mezclando dos cucharadas de gel de aloe vera puro con una cucharada de miel y una cucharadita de yogur natural.

Esta pasta se aplica uniformemente sobre el rostro limpio y seco, evitando el área de los ojos y los labios dejando actuar por unos 15 o 20 minutos. Pasado este tiempo la mascarilla se retira y el rostro se enjuaga con abundante agua.