Salud
Deseo sexual: causas de perderlo y formas de recuperarlo
Expertos analizan las anomalías en la líbido. Detalles y recomendaciones.
El sexo es, de acuerdo a lo dicho por cientos de expertos a lo largo de la historia, un componente necesario para la salud física, emocional y psicológica de las parejas. De hecho, el doctor Andrew Weil, médico y escritor ha afirmado que“el sexo saludable y consensuado tiene múltiples beneficios. Ayuda a reducir el estrés, fortalece el sistema inmunológico, mejora la calidad del sueño y promueve la liberación de endorfinas, lo que contribuye al bienestar general. Además, puede tener efectos positivos en la salud cardiovascular y hormonal”.
Siguiendo con el mismo experto, también ha afirmado que “es importante mantener una vida sexual activa y satisfactoria como parte de un estilo de vida saludable”.
Sin embargo, hay parejas que no logran mantener tal actividad por motivos que sobrepasan sus buenas intenciones, ya que algo ha hecho que pierdan el deseo o apetito de copular. Esta sensación no es de la nada, sino que está fundamentada en causas específicas.
La sexóloga Silvia Carpallo asevera que muchas veces la razón se encuentra relacionada a lo fisiológico, tal como lo es el síndrome del déficit de testosterona, pues la disminución en la producción de esta hormona está intrínsecamente relacionada al impulso sexual.
Asimismo, la revista Harper’s Bazaar ubica a la mayoría de los casos en algo más allá de lo físico. ”La disminución del deseo puede tener que ver con el cansancio personal, la falta de tiempo propio para poder mimarse y relajarse, el estrés, la ansiedad. Incluso con una falta de conexión en la pareja. Es por ello, que cuando una pareja llega a consulta con un problema que creen que deben de resolver en la cama, lo primero que se recomiendan son deberes para hacer fuera de ella”, dice la publicación.
En ese sentido, psicólogos y otra clase de profesionales han hecho una lista de cosas que se pueden hacer para recuperar el fuego entre las parejas. Ponerse en el lugar del otro, compartir más actividades o gustos en común, mejorar las técnicas de comunicación, perdonar y equilibrar las tareas del hogar suelen ser arreglos necesarios para que la situación mejore.
Carpallo también reveló en conversación con el medio en cuestión que salir de la rutina es otra de las soluciones clave a considerar. “Si para una vida sana hay que tener una dieta variada y equilibrada, para una sexualidad sana, variar el menú será también clave para no perder el apetito”, agregó.
Ojo: la falta de relaciones sexuales podría afectar su salud
Según la Organización Mundial de la Salud, la sexualidad es un aspecto central del ser humano, al abarcar no solo el acto sexual, sino también los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual.
Todos los puntos anteriores hacen parte de una vida sexual saludable. Sin embargo, un reciente estudio alerta sobre las posibles consecuencias que podría experimentar el cuerpo ante la falta de sexo, especialmente después del cambio que sufrió la población mundial debido a las restricciones causadas por la pandemia de covid-19.
El Instituto Kinsey de Sexología llevó a cabo un estudio titulado ‘Sex and Relationships in the Time of covid-19′ (Sexo y relaciones en la época de covid-19), publicado por la revista Men’s Health, en el que advierten que el 44 % de los participantes afirmó que su vida sexual había disminuido en los primeros meses de la pandemia, mientras que el 30 % dijo lo mismo de su vida romántica. A pesar de que muchos individuos pasaron más tiempo que nunca en casa con sus parejas, no se sienten especialmente sexuales.
“La gente se masturba menos y tiene menos sexo”, señaló el autor principal, el doctor Justin Lehmiller, investigador del Instituto Kinsey y miembro del consejo asesor de la publicación Men’s Health, sobre los resultados del estudio. “Parte de la razón es que la gente está más estresada y más ansiosa, y eso tiene el efecto de disminuir el deseo sexual”.
¿Cómo se afecta mi salud por la falta de relaciones sexuales?
1. Problemas de corazón: la falta de relaciones sexuales con regularidad expone a un mayor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Además de ser una manera de hacer ejercicio, el acto sexual ayuda mantener equilibrados los niveles de estrógenos y de progesterona, lo que puede disminuir el riesgo de cardiopatía.
2. La presión arterial puede aumentar: un estudio publicado en 2006 en la revista médica Biological Psychology dice que las personas que mantenían relaciones sexuales con regularidad tenían niveles de presión arterial más bajos que las que no lo hacían.
Esto también está relacionado con la relación entre el sexo y el estrés. Los investigadores controlaron múltiples variables en el estudio y concluyeron que tener sexo con más frecuencia realmente mejora la respuesta fisiológica del cuerpo al estrés, lo cual mantiene la presión arterial en un nivel básico más bajo.
3. Aumento de estrés y ansiedad: al tener relaciones sexuales o experimentar excitación, se liberan las hormonas de oxitocina y endorfinas en el cuerpo. Estos neuroquímicos ayudan a gestionar los niveles de ansiedad o de estrés. La oxitocina tiene el beneficio adicional de ayudar a dormir. Si no hay vida sexual con frecuencia, es posible que el cuerpo libere estas hormonas menos a menudo, lo que puede hacer que resulte más difícil lidiar con situaciones de estrés.
El doctor Phil Stieg, neurocirujano jefe del NewYork-Presbyterian Weill Cornell Medical Center y presentador del pódcast This is your Brain (Este es tu cerebro), dice que la liberación de tres hormonas, en particular, facilita un mejor sueño: la oxitocina, la prolactina y la dopamina. “La oxitocina tiene un efecto muy calmante, y como sabe cualquiera que haya intentado dormirse estando estresado, estar tranquilo es la mejor manera de prepararse para dormir”, explica. La prolactina crea una sensación de satisfacción, y la dopamina es conocida como la hormona del bienestar.
4. Problemas con la función cognitiva: un estudio de 2013 publicado por investigadores en Maryland encontró que la actividad sexual en ratas condujo a la mejora de la función cognitiva y la función del hipocampo. El hipocampo es una parte del cerebro que es en gran parte responsable de la memoria.
Ese mismo año, un estudio de la Universidad de Konkuk, en Seúl, concluyó que la actividad sexual puede ayudar a combatir los efectos negativos y reductores de la memoria causados por el estrés crónico. “La interacción sexual podría ser útil”, escribieron, “para amortiguar la neurogénesis del hipocampo adulto y la función de la memoria de reconocimiento contra las acciones sopresivas del estrés crónico”.
5. Problemas con el sistema inmunológico: algunos estudios aseguran que las personas sexualmente activas enferman mucho menos, ya que el sistema inmunológico se ve reforzado generando más anticuerpos que alguien célibe.
Un estudio reveló que las personas que practicaban sexo de forma habitual, al menos una o dos veces por semana, tenían los niveles de inmunoglobulina A –parte indispensable de las defensas del organismo– un 30 % más altos que las personas que no lo practicaban. Esto suponía que su sistema inmunológico estaba fortalecido y, por lo tanto, mejor preparado para evitar enfermedades como los virus respiratorios.