Día Internacional del Cáncer Infantil: señales de alarma para una detección oportuna

Pese a que el cáncer infantil no es prevenible, es fundamental lograr una detección temprana de esta patología, pues de acuerdo con información de la Organización Panamericana de la Salud, OPS, “en América Latina y el Caribe se estima que al menos 29.000 niñas, niños y adolescentes menores de 19 años, resultarán afectados por el cáncer anualmente. De ellos, cerca de 10.000 fallecerán a causa de esta enfermedad”.

El cáncer es de las principales causas de mortalidad entre niños y adolescentes en todo el mundo; cada año se diagnostica la enfermedad a aproximadamente en 280.000 niños de entre 0 y 19 años, y en muchos países, es de destacar que el cáncer es la segunda causa de muerte en niños mayores de 1 año, superada solo por los accidentes.

Este padecimiento no solo afecta a los niños sino a sus familias. Por eso el diagnóstico oportuno y manejo adecuado sigue siendo una prioridad.
“Cerca del 5% de todos los cánceres en los niños son causados por una mutación genética que puede transmitirse de padres a hijos”, así lo indica el Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos, destacando que los tipos más comunes de cáncer diagnosticados en niños de 0 a 14 años de edad son leucemias, cáncer de encéfalo y otros tumores del sistema nervioso central (SNC), y linfomas.

Aunque las causas de la mayoría de los cánceres infantiles son desconocidas, se deben tener en cuenta los factores de riesgo para su aparición, que según el doctor Juan Carlos Vergel, médico miembro del Comité Científico de la asociación de pacientes Ámese son:

• Exposición a radiación ionizante y/o quimioterapia citotóxica

• Exposición a pesticidas y/o derivados del benceno

• Consumo de tabaco y/o alcohol por parte de la madre durante la gestación.
• Sobrepeso al nacer.

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La detección oportuna de cáncer infantil marca la diferencia en las posibilidades de salvar vidas. Según cifras del Ministerio de Salud, esto ha provocado que la tasa de sobrevida de los pacientes aumentara en un 61 % en 2022.

De acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud, OPS, un diagnóstico tardío, el abandono del tratamiento, una incorrecta nutrición y la falta de apoyo psicosocial, pueden ser determinantes para la evolución de esta enfermedad.

La doctora Adriana Linares, directora científica de la institución Homi, que atiende pacientes con cáncer, indica que “en el manejo del cáncer infantil es crucial reconocer de manera temprana las señales que puedan darle algún indicio a los profesionales de la salud para detectarlo”.

Según la especialista, los signos y síntomas de alarma más frecuentes son:

• Fiebre persistente o recurrente.

• Fatiga, cansancio o apatía.

• Palidez progresiva.

• Sangrado abundante en la piel o mucosas.

• Aparición de masas o bultos en cualquier parte del cuerpo.

• Pérdida inexplicable de peso.

• Frecuente dolor de cabeza.

• Cambios repentinos en los ojos o en la vista.

Actualmente en Colombia se presenta una tendencia estable de mortalidad infantil por cáncer, pasando de 4,7 menores fallecidos por cada 100.000 habitantes en el año 2005 a 4,1 en el 2020.

Esto se debe en parte a las condiciones clínicas oncológicas para los niños. Hay evidencia que existen mayores posibilidades que los menores superen la enfermedad si se acude a instituciones que cuenten con infraestructura en buen estado y que tengan un equipo humano y científico altamente capacitado.

En Homi, por ejemplo, a lo largo del 2022 atendió a 2550 niños con diagnóstico de cáncer y se detectaron 175 casos nuevos, logrando que enfermedades como la leucemia, sea diagnosticada en un promedio de 2.7 días, que es el tiempo establecido desde que el niño ingresa al hospital y es diagnosticado. Con este avance se ha logrado dar inicio al tratamiento en menos de 5 días.

Actualmente la institución cuenta con una tasa de supervivencia del 76.95 % de leucemia linfoblástica aguda, uno de los tipos de cáncer más agresivos que afecta a los glóbulos blancos (defensas del organismo), haciendo que el cuerpo produzca en su lugar más células leucémicas e ineficaces para combatir adecuadamente las infecciones.

También se ha evidenciado que la asistencia a un centro que cuente con oncólogos especializados en diversas ramas de la salud y que a su vez, les brinde herramientas de apoyo psicosocial a sus pacientes y acudientes, aumenta la posibilidad de supervivencia de los niños.

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La doctora Dora Patricia Bernal, médica especialista en medicina familiar, presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, ACSC, señala que “un diagnóstico de cáncer es perturbador a cualquier edad, pero especialmente cuando el paciente es un niño. El cáncer es una enfermedad devastadora para cualquier persona, independientemente del sexo y la edad, pero aún más cuando se presenta en la etapa infantil, pues, afecta de una manera importante a la familia, y en últimas, el niño muchas veces no entiende qué es lo que está pasando con su cuerpo”.

Ajustarse a un diagnóstico de cáncer infantil y encontrar la forma de fortalecerse es un reto para toda la familia. “Siempre será un motivo de ansiedad familiar un caso de cáncer en un miembro de la familia, se genera todo un proceso, las relaciones varían, siempre hay angustia, temor, miedo a la muerte, expectativa, y, por lo tanto, la familia es fundamental. Se requiere de expertos en inducción, en humanidades, para poder dar apoyo; se ha visto que las personas que padecen cáncer y cuentan con una red de apoyo importante, ya sean familiares, padres, amigos o instituciones, son capaces de enfrentar mejor la patología y salir adelante”, asegura la doctora Bernal.

Es de destacar que el impacto del cáncer infantil se traduce en años de vida perdidos, en mayores desigualdades y en dificultades económicas, por esta razón, es primordial atender la enfermedad en estadios tempranos, teniendo en cuenta que el abordaje y las medidas preventivas varían dependiendo de la edad, el sexo, las costumbres, los estilos de vida y antecedentes familiares.

Advierte la presidente de la ACSC que es fundamental el manejo multidisciplinario, pues el cáncer es una enfermedad compleja, que tiene muchas aristas y requiere la intervención no solo de los oncólogos, radio- oncólogos, y cirujanos expertos, sino también, de profesionales de apoyo transversal, psicólogos, trabajadores sociales y de familia, terapeutas, un mundo de otros profesionales de la salud que den apoyo emocional y muchas veces social a las personas que padecen esta enfermedad.

No se debe olvidar que los cuidadores y familiares también deben mantener un rol activo de autocuidado. De acuerdo con la doctora Bernal, “los cuidadores necesitan también de un equipo multidisciplinario, que incluya soporte psicológico, para que así, brindar el apoyo adecuado a los pacientes con cáncer”.