El aceite esencial para “barrer” con la papada y tonificar la piel

La papada es un término que se utiliza para describir el exceso de grasa y piel que se forma debajo de la barbilla y alrededor del cuello, creando una apariencia de “doble mentón”. Es una preocupación estética común y muchas personas buscan eliminarla para mejorar su apariencia facial.

A medida que llega el envejecimiento, la piel y los músculos del cuello pueden perder elasticidad, lo que puede llevar a la formación de la papada. Con el paso del tiempo, la producción de colágeno y elastina en la piel disminuye, lo que provoca una pérdida de elasticidad y firmeza. Esto puede hacer que la piel del cuello se vuelva más laxa y propensa a la formación de la papada.

De igual manera, el aumento de grasa corporal puede contribuir al desarrollo de la papada, ya que las células grasas también pueden acumularse en esta área. Esta condición también puede estar relacionada con el aumento de peso y la genética, pues pueden desarrollarla aún manteniendo una alimentación balanceada y peso adecuado.

Ante la formación de este exceso en la piel, aparece también el deseo de eliminarlo, principalmente por razones estéticas que contribuyen a asuntos como el autoestima y autopercepción.

Por ejemplo, muchas personas se sienten cohibidas o inseguras debido a la presencia de la papada y buscan mejorar su confianza al eliminarla. A su vez, al reducir o eliminar la papada, algunas personas buscan recuperar una apariencia más juvenil y definida en el área del cuello y la mandíbula, la cual puede afectar también la simetría y armonía facial.

Existen varias opciones para reducir o eliminar la papada que van desde procedimientos médicos no invasivos hasta cirugías más complejas. Sin embargo, muchas personas prefieren recurrir a preparaciones y remedios caseros por su practicidad y economía.

En este punto se encuentran los aceites esenciales, líquidos altamente concentrados que se obtienen de diversas partes de las plantas como las hojas, flores, tallos, raíces o cáscaras. Son llamados “esenciales” porque precisamente contienen los compuestos químicos naturales que le dan a la planta su aroma característico y sus propiedades terapéuticas.

Estos productos son altamente concentrados, por lo que se utilizan en cantidades muy pequeñas. Son muy aromáticos y se utilizan por ejemplo en el caso de la aromaterapia para mejorar el bienestar emocional y físico.

Para el caso de la papada, el aceite esencial de té verde es uno de los más recomendados, pues esta planta es reconocida por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y astringentes, que la hacen beneficiosa también para tonificar la piel.

El té verde contiene compuestos como catequinas y polifenoles que ayudan a combatir los radicales libres responsables del envejecimiento prematuro de la piel. Al aplicar el aceite esencial de té verde en la piel, se puede ayudar a protegerla de los daños causados por los radicales libres y reducir los signos del envejecimiento, incluida la aparición de la papada.

Al aplicar el aceite esencial de té verde mediante masajes suaves en el área de la papada, se puede mejorar la circulación sanguínea en esa zona. Una mejor circulación puede promover la oxigenación de los tejidos y contribuir a una piel más saludable y revitalizada, pues además el producto proporciona hidratación y nutrientes a la piel, lo que es esencial para mantenerla sana y flexible.

La piel bien hidratada es menos propensa a la sequedad y la flacidez, lo que puede ayudar a reducir la apariencia de la papada.

¿Cómo se obtiene el aceite esencial de té verde?

Este producto es el resultado de un proceso de destilación al vapor de las hojas de la planta. Para obtener el aceite se deben utilizar hojas de té verde de alta calidad. Es importante elegir hojas frescas y bien conservadas para obtener un producto óptimo.

El proceso de destilación consiste en colocar una cantidad adecuada de hojas de té verde en una destiladora para agregar agua. Luego, se calienta el agua hasta que se convierte en vapor. El vapor pasa a través de las hojas de té verde, liberando los compuestos aromáticos y los aceites esenciales. El vapor con los aceites esenciales se enfría y se condensa en un recipiente separado.

Una vez que el vapor se ha enfriado y condensado, el aceite esencial flota en la parte superior del agua. El producto final se separa del líquido y es recolectado en un frasco para someterse posteriormente a un proceso de filtración y purificación. Su almacenamiento final se produce en recipientes oscuros y herméticos para protegerlo de la luz y el calor con el fin de mantener sus propiedades y aroma intactos.