Salud
¿Es malo ducharse a diario?, esto es lo que dice un estudio de Harvard
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que no se deben exceder los cinco minutos en la ducha por varios motivos, conózcalos.
En muchas culturas, bañarse es una parte fundamental de la rutina diaria, a menudo realizado en la mañana antes de salir de casa hacia el trabajo, la escuela o la universidad. Se considera que activa el cuerpo y hace parte de los hábitos de higiene y limpieza personal.
Sin embargo, algunas personas alrededor del mundo se han cuestionado si bañarse todos los días es realmente beneficioso y qué consecuencias podría tener en el organismo el no hacerlo a diario. Para responder a esta pregunta, un equipo de investigadores de la prestigiosa Universidad de Harvard, en Estados Unidos, llevó a cabo un estudio para evaluar los efectos de la rutina diaria de baño en la salud.
El informe, escrito por Robert H. Shmerling, explica que muchas personas se lavan el cabello con mayor frecuencia debido a las instrucciones en las botellas de champú que recomiendan “hacer espuma, enjuagar, repetir”. Sin embargo, no hay una razón convincente para lavar el cabello dos veces en cada ducha, pero esta recomendación promueve la venta de champú.
Shmerling también advierte que bañarse con demasiada frecuencia puede tener efectos perjudiciales para la salud. A pesar de esto, hay personas que se bañan dos o incluso tres veces al día. El estudio de Harvard revela algunas consecuencias negativas para la salud al bañarse a diario.
Esto se debe a que el exceso de lavado puede alterar el equilibrio de bacterias beneficiosas en la piel, lo que puede afectar su función protectora y su capacidad para retener la hidratación. Además, la piel se vuelve más seca y propensa a la irritación con el uso frecuente de agua y jabón.
Baños demasiado frecuentes también pueden causar problemas de salud. La capa más superficial de la piel puede dañarse con el uso excesivo de agua y jabón, lo que puede llevar a infecciones e irritaciones cutáneas. Además, los jabones utilizados en la ducha pueden eliminar las bacterias naturales de la piel, lo que permite que microorganismos no amigables y resistentes a los antibióticos se desarrollen en su lugar.
Sorprendentemente, el sistema inmunológico también puede verse afectado por el exceso de limpieza. Se ha descubierto que el sistema inmunológico necesita cierta estimulación proveniente de la suciedad para desarrollar una respuesta adecuada.
Además, el agua usada en las duchas a menudo contiene sales y otros químicos, lo que puede tener efectos negativos en la salud. Estos químicos pueden irritar la piel y causar problemas adicionales, especialmente en personas con piel sensible o condiciones dermatológicas preexistentes.
Ante estos hallazgos, los expertos recomiendan reducir la frecuencia de los baños a dos o tres veces por semana. Estas duchas deben ser breves, de aproximadamente cinco minutos, y se debe prestar atención a las áreas que requieren una mayor limpieza, como las ingles y las axilas.
Al adoptar esta práctica, no solo se puede conservar agua, sino también mantener un equilibrio saludable en la piel y evitar problemas relacionados con la sobreexposición a productos químicos y la eliminación de bacterias beneficiosas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que es recomendable bañarse cada tercer día, pero se debe mantener una buena higiene en las áreas íntimas, como las axilas, ingles y pies, donde se produce mayor sudoración. Es importante tener en cuenta cualquier mancha en la piel que pueda indicar un daño grave y consultar a un especialista en caso de duda.
La Mayo Clinic, una organización sin fines de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, ofrece algunas recomendaciones para cuidar la piel durante el baño:
- Limitar la duración del baño. El agua caliente y las duchas o baños prolongados eliminan los aceites naturales de la piel. Lo mejor es usar agua tibia en lugar de agua caliente.
- Evitar los jabones fuertes. Los jabones y detergentes fuertes pueden eliminar los aceites naturales de la piel.
- Secarse con golpecitos. Después del baño lo ideal es secarse la piel suavemente con una toalla dando pequeños toques para que quede algo de humedad en la piel.
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