Salud
Este es el tipo de cáncer que empieza con un dolor de espalda
Es una patología que debilita los huesos y daña algunos órganos del cuerpo.
Los dolores en las zonas del cuerpo responden a golpes o malos movimientos, pero en ocasiones podrían ser el signo de alarma para identificar una patología que requiere un tratamiento especializado.
Ese es el caso del dolor de espalda, este puede ser ocasionado por malas posturas o incluso por alguna lesión en la columna, sin embargo se descubrió que también está asociado con la aparición de un tipo de cáncer.
En concreto es el mieloma múltiple, el cual es una patología que afecta al sistema hematológico y produce graves complicaciones en los riñones y el sistema óseo (huesos).
Por ejemplo, Luiz Fernando Fontele, de 37 años, es uno de los afectados por este tipo de cáncer y que inició con un fuerte dolor de espalda.
“Tenía mucho dolor y solo siete meses después de sufrir la primera fractura recibí el diagnóstico. Yo mismo levanté la sospecha porque había leído sobre los síntomas en internet”, contó Fontele a la BBC.
El mieloma múltiple ataca principalmente a un glóbulo blanco encargado de producir anticuerpos, como también a las células plasmáticas.
Esta patología hace que aparezcan células malignas en el cuerpo que se multiplican y conducen a que el cuerpo produzca anticuerpos anormales, los cuales reciben el nombre de proteína M y contribuyen a dañar diferentes partes del cuerpo.
De hecho, como afecta en gran parte los huesos, hay más posibilidades que las personas puedan presentar fracturas por la debilidad en el sistema ósea, ya que se generan células plasmáticas en exceso en la médula ósea y hacen que se reduzcan las células formadoras de sangre.
Además puede ocasionar insuficiencia renal, debido a los daños que se ocasionan a los túbulos renales. Es por eso que dicha patología tiene como parte de su nombre la palabra ‘múltiple’.
De acuerdo con algunos testimonios de personas que padecen mieloma múltiple, suelen sentir lumbalgias (dolores en la zona lumbar).
Es importante resaltar que este cáncer se desarrolla en mayor medida en personas con una edad superior a los 60 años, pero también es probable que se detecte en personas más jóvenes.
Por ejemplo, uno de los casos más conocidos es el de un niño de 8 años en Brasil, el cual fue el primer niño de la historia en ser diagnosticado con esta patología.
¿Cómo se detecta?
De acuerdo con algunos especialistas uno de los principales métodos es un análisis de orina o de sangre llamado electroforesis de proteínas séricas, el cual es ordenado por el médico tratante.
“Aunque considero que no es necesario que se ordene el examen de forma rutinaria para todas las personas -porque se podría generar un gasto público que restaría recursos a la lucha contra otras enfermedades-, considero inaceptable que un paciente pueda permanecer tanto tiempo con síntomas, y que, debido a la falta de conocimiento de los profesionales que no son especialistas, no tenga una solicitud de examen que conduzca al diagnóstico”, opinó Angelo Maiolino, profesor de hematología de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
Asimismo, el especialista comentó que ha sido testigo de casos de pacientes que ya tienen los riñones comprometidos y que han recibido su diagnóstico tan solo tres años después. Para ejemplificar esto, según una encuesta de la Asociación Brasileña de Linfoma y Leucemia, el 29% de los pacientes con este cáncer tardan un año en ser diagnosticados y el 28 % espera un tiempo mayor.
¿Cómo se trata?
Se debe conocer que este tipo de cáncer no cuenta con una cura, ya que es como tener una enfermedad crónica como la diabetes o la hipertensión, pero existen tratamientos que permiten llevar de una manera más placentera la enfermedad.
“Usamos un tipo de tratamiento para cada etapa de la enfermedad, pero si la condición se descubre tarde, el paciente no podrá obtener los beneficios de las fases iniciales de atención”, explicó Maiolino.
Además, el trasplante de células madre es una de las principales opciones. Antes de eso, se realizan algunas quimioterapias o radioterapias para que la médula ósea quede con espacio suficiente para recibir las nuevas células.
“Fue más difícil que recibir el diagnóstico. Tengo un tratamiento específico, con una combinación de medicamentos cada 28 días en ambiente hospitalario y cada 21 días en casa. Descubrí el mieloma múltiple a los 28 años y no recuerdo pasar un día sin dolor. Es difícil, pero aprendemos a vivir con eso. La combinación de medicamentos me permite tener una vida normal”, ejemplificó Luiz Fernando Fontele.