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El hígado graso es una enfermedad silenciosa a la que se debe prestar atención para evitar complicaciones mayores. | Foto: Getty Images/iStockphoto

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Fruta que se debe consumir en la mañana para combatir el hígado graso

El hígado graso es una condición cada vez más común, caracterizada por la acumulación de grasa en el hígado.

31 de julio de 2023 Por: Redacción El País

El hígado tiene una función esencial en el organismo, ayuda a la digestión de los alimentos, almacena energía y elimina las toxinas, según el servicio informativo en línea de salud, Medline Plus. Es por esto que cuidar este órgano es de vital importancia.

El hígado graso, también conocido como enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), es una condición cada vez más común, caracterizada por la acumulación de grasa en el hígado. Se estima que afecta a alrededor del 25% de la población mundial y se proyecta que esta cifra aumentará en los próximos años.

Esta condición puede desarrollarse debido a diversos factores, como una mala alimentación, el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol, esta enfermedad está relacionada con la obesidad y la resistencia a la insulina. De hecho, esta enfermedad puede evolucionar a hígado graso e inflamación llamada esteatohepatitis y a cirrosis siendo preciso, en algunos casos, realizar un trasplante de hígado.

Hígado graso
El hígado graso es una afección que puede derivar en complicaciones de salud. | Foto: Getty Images

Hya varios alimentos que son buenos consumirlos, sobre todo en la mañana, para evitar el hígado graso. Sin embargo, se pueden resaltar algunas frutas que se destacan por sus propiedades beneficiosas, y tres de ellas merecen especial atención: las uvas, los arándanos y el limón.

Las uvas contienen antioxidantes como el resveratrol, que ha demostrado tener efectos beneficiosos para la salud hepática al reducir la inflamación y mejorar la función del hígado. El resveratrol también puede ayudar a disminuir los niveles de grasa en el hígado y mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que es beneficioso para quienes padecen esteatosis hepática no alcohólica.

Además, las uvas son una buena fuente de fibra, lo que favorece la eliminación de toxinas del hígado. Consumir un puñado de uvas en la mañana puede ser una opción deliciosa para mejorar la salud del hígado.

uvas verdes
Las uvas contienen antioxidantes como el resveratrol, que ha demostrado tener efectos beneficiosos para la salud hepática. | Foto: Getty Images

Por su parte, se destacan los arándanos, pues contienen una abundancia de antioxidantes, especialmente flavonoides como la antocianina. Estos compuestos antioxidantes son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y su capacidad para proteger las células hepáticas contra el daño causado por los radicales libres.

El consumo regular de arándanos se ha relacionado con la mejora de la función hepática y la reducción de los niveles de grasa en el hígado. Además, los arándanos tienen un bajo contenido calórico y son ricos en fibra, lo que los convierte en una excelente opción para promover la pérdida de peso y controlar la obesidad, factores que pueden contribuir al desarrollo del hígado graso.

Po último, el limón es una fruta cítrica que se destaca por su alto contenido de vitamina C, un poderoso antioxidante que ayuda a proteger el hígado del daño oxidativo. La vitamina C también estimula la producción de glutatión, una sustancia esencial para el proceso de desintoxicación hepática.

Además, el limón contiene limoneno, un compuesto que ha demostrado tener propiedades protectoras para el hígado y puede ayudar a reducir la acumulación de grasa en este órgano.

Una investigación encontró propiedades benéficas para la salud bucal en los arándanos.
Una investigación encontró propiedades benéficas para la salud del hógado en los arándanos. | Foto: Getty Images /ClassicStock / Colaborador

¿Qué alimentos evitar cuando se tiene hígado graso?

La fructosa, un azúcar simple presente en frutas y también en endulzantes como el jarabe de maíz alto en fructosa, se ha asociado con la acumulación de grasa en el hígado y la inflamación hepática. Además, el consumo excesivo de fructosa puede alterar la microbiota intestinal, aumentando el riesgo de hígado graso.

Las grasas saturadas, presentes en alimentos como carnes rojas, mantequilla y productos procesados, también han sido vinculadas con el desarrollo de esta enfermedad. Las grasas trans, ácidos grasos artificiales que se encuentran en productos ultraprocesados, también han sido señaladas como un factor de riesgo para el hígado graso.

El alcohol puede tener un impacto negativo en el hígado, por lo que es importante limitar su consumo o evitarlo por completo. El exceso de alcohol puede agravar el hígado graso y provocar complicaciones más graves.

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