La forma correcta de lavar la fruta para evitar enfermedades gastrointestinales

Muchas personas acuden a consultas médicas a raíz de problemas intestinales que se podrían evitar al hacer una correcta limpieza de los alimentos, especialmente de aquellos, como las frutas y verduras, que en la mayoría de las ocasiones vienen directamente desde el campo.

Entre la tierra y el plato, un alimento pasa por diferentes medios de transporte y almacenaje, en los que se pueden contaminar de diferentes bacterias. Las frutas y verduras pueden contaminarse con la tierra, el agua o inclusive el fertilizante.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, sigla en inglés), organización estadounidense que asegura que los alimentos, medicamentos, cosméticos, instrumentos médicos y productos para los consumidores sean seguros, señala que en promedio, anualmente cerca de 48 millones de personas se enferman, debido a un alimento contaminado con bacterias dañinas.

Es por eso que aconseja escoger aquellos productos que no estén golpeados o dañados y asegurarse que los productos precortados como la lechuga, las tajadas de sandía, estén refrigerados, tanto en la tienda como en el hogar.

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Para lavar las frutas

• Lo primero que debe hacer es lavarse las manos por 20 segundos con agua y jabón, antes y después de preparar los alimentos.
• Aquella parte que este dañada o golpeada en el alimento, se debe desechar.
• Mientras los enjuaga bajo el chorro de agua, debe frotar suavemente los alimentos. Recuerde que no es necesario usar jabón.

• Si están muy sucias, dejar las frutas y verduras sin pelar en remojo en un recipiente con un litro de agua y una cucharada de bicarbonato de sodio o lejía (también conocida como lavandina o como cloro) durante unos 15 minutos.
• Recuerde que debe lavar los productos antes de pelarlos, sobre todo para evitar que las bacterias se transfieran del cuchillo a la fruta o el vegetal.
• Para lavar los melones o pepinos debe utilizar un cepillo o escobilla.

¿Por qué es importante lavar las fresas?

Las fresas pueden recoger suciedad, tierra y residuos de pesticidas durante su crecimiento y cosecha. Además, algunas fresas pueden ser tratadas con conservantes o ceras para prolongar su vida útil y mejorar su apariencia.

Para lavarlas, llene un recipiente grande con agua fría. Puede usar un tazón o un lavabo si está desinfectando una gran cantidad de fresas. Coloque la fruta en el agua y déjelas en remojo durante unos minutos. Esto aflojará la suciedad y los residuos. Después del remojo, tome cada fresa con cuidado y frote suavemente con las yemas de los dedos o un cepillo de cerdas suaves para eliminar la suciedad y los posibles residuos de pesticidas. No necesita frotar con fuerza para evitar dañar las frutas.

¿Cómo lavar los champiñones correctamente?

Uno de los errores que más se acostumbra a cometer es dejar los champiñones en remojo. Esto no se puede hacer porque absorben parte del agua, lo que los deja aguados y los lleva a perder su textura.

Según lo que indica el portal web de cocina El Gourmet, lo que sí se tiene que hacer es enjuagarlos rápidamente con agua, abundante, preferiblemente, a temperatura ambiente. Luego, se debe pasar un paño húmedo sobre los mismos para ‘barrer’ con la suciedad restante.

Eso sí, al momento de lavarlos deberá coger cantidades pequeñas y cuando queden limpias pasarlas a un recipiente. Preferiblemente, se le aconseja coger de a puñados y colocarlos en un colador para enjuagarlos.

Cabe recordar que existe la versión en la que fuertemente se dice que estos hongos no se deben lavar, pues, se dañará su textura, sin embargo, la limpieza es muy importante por seguridad alimentaria.

Ojo: estos son los alimentos que nunca debería lavar antes de cocinarlos

• Carne cruda: No se recomienda, porque puede perder sus sabores, propiedades, y adicional, es posible que las bacterias se esparzan en otras áreas de la cocina. No obstante, es importante señalar que cuando se cocina la carne a una temperatura promedio, se eliminan las bacterias dañinas.
• Pollo crudo: Se corre el riesgo de intoxicación alimentaria y al lavarlo aumenta la propagación de bacterias. De hecho, igual que la carne, las bacterias del pollo se eliminan al momento de cocinarse.

• Huevos: Los huevos tienen una capa llamada “cutícula” que mantiene su frescura y además, protege al alimento de la entrada de bacterias, pero si se lavan, esta capa se puede eliminar y se corre el riesgo de que ingresen bacterias al huevo y se contamine el alimento.