Salud
Las enfermedades que podría contraer si no limpia adecuadamente la Air Fryer
Esto es lo que puede ocurrir si no limpia adecuadamente la freidora de aire.
La freidora de aire se ha convertido en un electrodoméstico imprescindible en muchos hogares, gracias a sus beneficios de reducir calorías y grasas en las comidas. Sin embargo, expertos advierten que si no se limpia adecuadamente, puede convertirse en un caldo de cultivo para enfermedades que podrían poner en riesgo la salud.
Este ingenioso aparato utiliza aire caliente en lugar de aceite para freír, hornear o cocinar los alimentos, lo que se traduce en una reducción significativa de grasas dañinas en las preparaciones. Además, brinda comodidad y ahorro de tiempo, ya que es capaz de cocinar múltiples alimentos en pocos minutos.
También es un aliado en el ahorro energético y económico en comparación con el uso del horno convencional.
Sin embargo, la falta de higiene y limpieza periódica de la freidora de aire puede ser perjudicial al retener bacterias dañinas que pueden causar intoxicaciones alimentarias.
Por esta razón advierten que si no se limpia adecuadamente después de cada uso, las bacterias pueden multiplicarse y propagarse, especialmente la temida Salmonella, que puede contaminar la carne de ave cruda y sobrevivir en superficies hasta por 32 horas.
Las intoxicaciones alimentarias son un riesgo real y serio, y los síntomas pueden variar desde náuseas y vómitos hasta diarrea y, en casos más graves, requerir atención médica.
Sorprendentemente, cada año, alrededor de 600 millones de personas enferman debido a alimentos contaminados.
La contaminación cruzada entre alimentos también es un peligro latente en freidoras mal aseadas. Restos de alérgenos alimentarios pueden provocar reacciones alérgicas graves, llegando incluso al temido shock anafiláctico. Personas con intolerancias alimentarias, como la intolerancia al gluten, también corren el riesgo de sufrir consecuencias graves si la freidora no se limpia adecuadamente.
Además de los riesgos para la salud, una freidora de aire sucia puede afectar el rendimiento de cocción de los alimentos. La suciedad y los restos de comida pueden impedir que la freidora cocine adecuadamente, especialmente en el caso de alimentos como el pollo y la carne roja, que también podrían transmitir bacterias dañinas.
Por si fuera poco, el mal cuidado de la freidora de aire puede derivar en un desagradable sabor y olor a quemado o frito en las preparaciones, arruinando así la experiencia culinaria.
Cabe resaltar que, tal vez, el peligro más extremo es la posibilidad de incendio. El exceso de grasa y los trozos de comida atrapados en rincones y grietas pueden hacer que el aparato comience a humear e incluso prenderse en fuego.
Otro de los riesgos...
La Organización de Consumidores y Usuarios ha señalado que el uso de la freidora de aire podría conllevar el riesgo de desarrollar compuestos peligrosos, como la acrilamida. Esta sustancia química se forma debido a una reacción entre un aminoácido (componente básico de las proteínas) y un azúcar simple, como la glucosa o la fructosa.
La acrilamida es conocida por su presencia en productos industriales como papel, tintes y plásticos. Por lo tanto, es importante tener en cuenta este aspecto y utilizar la freidora de aire de manera responsable, controlando adecuadamente los tiempos y temperaturas de cocción para evitar la formación excesiva de acrilamida.
Afortunadamente, la prevención está al alcance de las manos, con tres sencillos pasos para mantener la freidora de aire en perfectas condiciones:
En primer lugar, es esencial retirar con papel los restos de comida o aceite con la máquina apagada y fría.
En segundo lugar, es necesario limpiar las diferentes piezas con jabón y agua caliente. Para una limpieza más profunda, se puede mezclar una cucharadita de cloro por cada tres litros de agua y dejar en remojo las partes afectadas.
Y, en tercer lugar, se recomienda limpiar la Air Fryer después de cada uso para evitar la acumulación de suciedad y grasa en sus piezas.
Respecto al consumo de energía, va a depender del tamaño y la capacidad del electrodoméstico. Se estima que una freidora tiene una potencia de entre 1.000 a 1.440 watts, mientras un horno eléctrico consume entre 800 y 2.200 watts, aunque igual depende de la referencia.
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