Los efectos del consumo de ajo en la circulación sanguínea

El ajo, además de ser altamente conocido en el mundo de la culinaria por potenciar el sabor de las comidas, contiene varios beneficios para controlar enfermedades, entre ellas, las relacionadas con las arterias.

Y es que esta especie contiene múltiples nutrientes, como vitamina C, yodo, fósforo, vitamina B6 y compuestos sulfurados. Además, es bajo en calorías, y rico en polifenoles y otras sustancias antioxidantes.

Al respecto, el vocal de Plantas Medicinales y Homeopatía del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona (Cofb), Josep Allué, complementó que el ajo también contiene aminoácidos proteinógenos, diversos compuestos sulfurados (principalmente bisulfuro de alilo), quercetina, fructanos (principalmente inulina), elementos minerales (potasio, calcio, manganeso, selenio) y otras vitaminas B, además de la B6 (B1, B2, B3 y B5).

Ahora bien, debido a su riqueza en sustancias antioxidantes, esta especie se utiliza como remedio para curar diversas enfermedades, entre ellas, las relacionadas con hipertensión arterial, hipercolesterolemia y diabetes mellitus tipo 2.

Precisamente, Allué señaló que “el ajo tiene propiedades hipotensoras e hipolipemiantes, mejorando la circulación sanguínea y ayudando a personas con problemas de colesterol”.

También explica que este es un antiagregante plaquetario, por lo que su consumo excesivo o en formas concentradas puede interferir en los medicamentos anticoagulantes.

Sin embargo, estas no son las únicas propiedades que se le atribuyen al ajo, pues este también podría actuar contra los parásitos intestinales, las infecciones urinarias, y controlar un resfriado común.

Cómo incorporar ajo de manera saludable:

Ajo fresco: Utilizar ajo fresco en platos cocidos y crudos puede maximizar sus beneficios. Triturar o picar el ajo antes de cocinar libera la alicina, el compuesto bioactivo clave.

Suplementos de ajo: Los suplementos de ajo también son una opción, pero es crucial consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier suplementación, especialmente si se están tomando medicamentos.

Inclusión en la dieta diaria: Incorporar ajo en la dieta diaria a través de salsas, ensaladas, guisos y adobos puede hacer que el consumo sea más variado y sabroso.