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Esta afección forma una erupción que puede causar descamación y da picazón, escozor y ardor.
Esta afección forma una erupción que puede causar descamación y da picazón, escozor y ardor. | Foto: Getty Images

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¿Qué es el pie de atleta, cuáles son las causas y cómo tratarlo?

Son varias las causas de esta infección.

4 de julio de 2024 Por: Redacción El País

El pie de atleta es una infección por hongos que afecta la piel de los pies, especialmente entre los dedos. Es una condición común y contagiosa que puede propagarse a otras partes del cuerpo o a otras personas.

Uso de calzado cerrado: Los zapatos que no permiten una buena ventilación pueden crear un ambiente ideal para los hongos.

Compartir toallas, zapatos o calcetines: Esto puede facilitar la transmisión de los hongos.

Caminar descalzo en lugares públicos húmedos: Como piscinas, duchas y vestuarios.

Sistema inmunitario debilitado: Las personas con un sistema inmunitario comprometido pueden ser más susceptibles a las infecciones por hongos.

Lo más recomendable es asistir a un médico para iniciar un tratamiento.
Lo más recomendable es asistir a un médico para iniciar un tratamiento. | Foto: Getty Images/iStockphoto
Ante su aparición prolongada hay que consultar al dermatólogo.
Esta infección en la piel la padecen las personas que usan medias húmedas o zapatos muy apretados. | Foto: Getty Images

Síntomas

Los síntomas del pie de atleta pueden incluir:

  • Picazón y ardor entre los dedos de los pies.
  • Enrojecimiento y descamación de la piel.
  • Grietas y ampollas, que pueden supurar.
  • Mal olor.

Tratamiento

El tratamiento del pie de atleta generalmente incluye medidas para eliminar la infección y prevenir su recurrencia. Las opciones de tratamiento pueden incluir:

Medicamentos antimicóticos de venta libre: Cremas, polvos o aerosoles que contienen ingredientes como clotrimazol, miconazol o terbinafina.

Medicamentos antimicóticos recetados: En casos más severos, el médico puede recetar medicamentos más fuertes, ya sea tópicos u orales.

Mantener los pies limpios y secos: Lavar los pies diariamente con agua y jabón, y secarlos bien, especialmente entre los dedos.

Usar calcetines de materiales transpirables: Cambiar los calcetines con frecuencia para mantener los pies secos.

Ventilar el calzado: Alternar los zapatos y dejarlos airear después de usarlos.

Evitar caminar descalzo en lugares públicos: Usar sandalias o zapatos de ducha en piscinas, vestuarios y duchas públicas.

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