SALUD
¿Qué le hace al hígado comer semillas de girasol?
Una de las mejores alternativas para cuidar el hígado es manteniendo una dieta alimenticia saludable.
El hígado es un órgano clave que ayuda al cuerpo a eliminar toxinas. También permite digerir los alimentos y almacenar energía, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Una de las mejores alternativas para cuidar el hígado es manteniendo una dieta alimenticia saludable. Precisamente, algunas semillas son productos naturales ideales para mejorar la salud del hígado. Se trata de las semillas de girasol. Son buenas para el órgano en cuestión porque son ricas en fibra.
“Estudios científicos han concluido, que los alimentos con alto contenido de fibra, pueden reducir el riesgo y la gravedad de la enfermedad del hígado graso. Esto debido, a que la fibra puede estimular a la microbiota intestinal, promoviendo el buen funcionamiento del intestino, y aumentando la producción de vitaminas, ácidos fenólicos, y otras sustancias antioxidantes y antiinflamatorias, que pueden reducir la inflamación y prevenir el daño celular en el hígado”, reseña la plataforma digital Gundo.
En esta línea, las semillas que mejoran la salud del hígado pueden consumirse enteras, molidas, remojadas, tostadas y cocidas. Su consumo debe ser regular, diario, pero sin llegar a un exceso.
De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista, para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Otros alimentos que ayudarían a depurar el hígado
Ajo
Contiene altos niveles de alicina y selenio. Al incluirlos en la dieta se logra disminuir el efecto de los radicales libres. Además, investigaciones publicadas en Diabetes, Metabolic Syndrome and Obesity, indican que los compuestos bioactivos del ajo sirven para regular el metabolismo de los lípidos hepáticos, lo que a su vez genera mejorías en casos de esteatosis hepática.
Cúrcuma
Esta plantea herbácea contiene curcumina. Dicho componente tiene efectos antiinflamatorios y antioxidantes que favorecen al hígado, que es el órgano más grande del cuerpo.
Asimismo, según la investigación publicada en la revista Nutrients, ‘La curcumina en las enfermedades hepáticas: una revisión sistemática de los mecanismos celulares del estrés oxidativo y la perspectiva clínica’, concluyó que este componente modula los niveles de inflamación y minimiza el impacto del estrés oxidativo. Lo que lleva a tener menos riesgo de enfermedades hepáticas.
Aceite de oliva
El estudio ‘Efectos protectores del hígado del aceite de oliva virgen extra: interacción entre su composición química y las vías de señalización celular implicadas en la protección’ concluyó que este alimento contiene bastantes compuestos bioactivos. Por ejemplo, los ácidos grasos monoinsaturados y sustancias fenólicas, como el hidroxitirosol y la oleuropeína. Ello genera que se equilibre la inflamación, el estrés oxidativo y la resistencia a la insulina.
Cítricos
Naranjas, mandarinas, limas, limones y pomelos hacen parte de este grupo de alimentos que son ideales para proteger el hígado. En este caso, lo que aportan es vitamina C, que según un análisis compartido por Frontiers in Nutrition, logra ser antioxidante y coadyuva a la recuperación de la función hepática.
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