Salud
Sensibilidad dental: ¿Cómo disfrutar de tus comidas favoritas sin dolor?
La sensibilidad dental es una de las condiciones más comunes entre las personas, la canela y el jengibre son algunos de los remedios caseros que ayudan a combatir este problema.
La sensibilidad dental, también conocida como hipersensibilidad dentinaria, es una condición en la que los dientes reaccionan de manera dolorosa a ciertos estímulos, como alimentos fríos, calientes, dulces, ácidos o incluso al cepillarse los dientes. Esta sensación dolorosa puede ser repentina y aguda, y generalmente se siente como una punzada o un pinchazo en los dientes.
La sensibilidad dental ocurre cuando la dentina, que es la capa de tejido debajo del esmalte dental, se expone. La dentina contiene pequeños túbulos microscópicos que están conectados a las terminaciones nerviosas en el interior del diente. Cuando la dentina se expone, los estímulos externos, como los cambios de temperatura o los alimentos ácidos, pueden provocar que los fluidos dentro de los túbulos se muevan y estimulen las terminaciones nerviosas, lo que resulta en una sensación dolorosa.
Existen diversas causas por las cuales se presenta esta sensibilidad en la salud dental, entre ellas la erosión del esmalte, el esmalte dental es la capa más externa y dura del diente que protege la dentina. El consumo excesivo de alimentos y bebidas ácidas, así como el reflujo ácido o el vómito frecuente, pueden erosionar el esmalte y exponer la dentina.
Otra de las causas puede ser la retracción de las encías. Estas pueden retraerse debido a la enfermedad periodontal, el cepillado vigoroso, la acumulación de placa o el bruxismo. Cuando las encías se retraen, la raíz del diente queda expuesta, lo que puede aumentar la sensibilidad. Además, un cepillado agresivo también puede desgastar el esmalte dental.
¿Cómo calmar la sensibilidad en los dientes?
Una de las preguntas frecuentes entre las personas que padecen esta condición dental es ¿cómo eliminar la sensibilidad de un diente de manera rápida?, Existen varios remedios caseros que son infalibles para eliminar rápidamente las molestias causadas por la sensibilidad dental.
Enjuague bucal con bicarbonato o sal:
El bicarbonato de sodio y la sal tienen propiedades antiinflamatorias y ayudan a equilibrar el pH de la boca. Para hacer el enjuague, se debe mezclar una pizca de bicarbonato o sal en un vaso de agua tibia y realizar enjuagues bucales una vez al día. Es importante no utilizar bicarbonato o sal con demasiada frecuencia, ya que podría dañar el esmalte dental a largo plazo.
Jengibre
El jengibre es un analgésico natural con propiedades antiinflamatorias. Para aprovechar sus beneficios, las personas deberán preparar una infusión con una rodaja de jengibre en agua caliente y hacer gárgaras tres veces al día. También se puede aplicar directamente jengibre fresco sobre la zona sensible durante unos minutos para aliviar el dolor.
Aceite de canela
El aceite de canela es conocido por sus propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias. La persona puede frotar el aceite de canela con un algodón en los dientes afectados para aliviar la sensibilidad después de comer alimentos fríos o calientes.
Aceite de clavo
El aceite de clavo contiene eugenol, una sustancia con propiedades antiinflamatorias y analgésicas que puede ayudar a reducir la sensibilidad dental. Quienes deseen probar este remedio casero deberá aplicar unas gotas de aceite de clavo directamente en los dientes afectados o masticar suavemente algunos clavos.
¿Qué es el sarro?
El sarro es uno de los problemas más comunes que afectan la salud bucal. También conocido como cálculo dental, es una placa bacteriana endurecida que se forma en la superficie de los dientes y alrededor de las encías.
Más específicamente, se trata de una capa dura y calcificada que se forma cuando la placa bacteriana se acumula en los dientes y no se elimina adecuadamente mediante el cepillado y el uso del hilo dental.
La placa bacteriana es una película pegajosa y transparente compuesta por bacterias y restos de alimentos que se adhiere constantemente a los dientes. Si no se controla, estas bacterias pueden producir ácidos que dañan el esmalte dental y las encías, lo que conduce a la formación de caries y enfermedades periodontales.