Salud
Toxina botulínica: más allá de la estética
Este medicamento siempre ha sido relacionado con procedimientos estéticos, pero también es usado para tratar el bruxismo, la sudoración excesiva y otros padecimientos. Conozca, además, los mitos y realidades sobre esta neurotoxina.
Por: Natalia Gamboa Serna, del Semillero de Periodismo UAO - El País
Aunque cada vez hay más alternativas para hacerse tratamientos médicos y estéticos, la toxina otulínica (conocida por su nombre comercial como bótox), es un medicamento que sigue siendo buscado por varios pacientes que quieren realizarse diferentes tipos de intervenciones.
¿Por qué sigue vigente y para qué es usada esta toxina? Según la doctora Diana Barrera, médica especializada en dermatología y graduada de la Universidad de La Sabana, la toxina botulínica es un medicamento que se produce a través de una bacteria llamada ‘Clostridium botulinum’ y lo que hace es generar una parálisis selectiva del músculo, produciendo una limitación en la contracción del mismo.
En el ámbito clínico se usa para combatir varios padecimientos como la sudoración excesiva, la migraña y el bruxismo. En estos casos, la toxina lo que hace es que puede impactar, a través de la fisiología, lo que causa estos trastornos, aliviando los síntomas y mejorando la calidad de vida de los pacientes.
En el ámbito estético, la toxina botulínica se utiliza principalmente para suavizar y reducir temporalmente la apariencia de las arrugas faciales. Al inyectarse en áreas específicas, como el entrecejo, la frente o alrededor de los ojos, bloquea temporalmente las señales nerviosas que provocan la contracción muscular, lo que lleva a una disminución visible de las líneas finas y de las arrugas.
Es esencial tener en cuenta que, a pesar de sus numerosos beneficios, el uso de la toxina botulínica conlleva riesgos potenciales, especialmente cuando no es administrada por profesionales capacitados.
La doctora Diana Barrera hace énfasis en que el paciente que quiere hacerse este tipo de procedimientos debe escoger un especialista que esté certificado y entrenado para hacer este tipo de tratamiento.
Asimismo, contar con un muy buen producto que dé seguridad a largo plazo y con el cual no se vaya a correr riesgos para la salud del paciente, ya que la calidad del medicamento es importante para obtener mejores beneficios.
El rango de edad para aplicar la toxina botulínica con fines terapéuticos varía significativamente según la condición a tratar. Por ejemplo, para fines estéticos, lo recomendable es que pudiera usarse como ayudante en ese tipo de escenarios a partir de los 25 años, por lo que es un buen momento para empezar este tipo de procedimientos, prevenir el tema de las arrugas o también como coadyuvante para tratar el acné o la rosácea.
Fases de acción
Normalmente la toxina botulínica tiene tres fases de acción. La primera se da entre el primer y segundo mes, donde se obtiene el mayor beneficio de la toxina.
La segunda fase se da entre el segundo y tercer mes de la aplicación, donde todavía se siguen viendo los resultados, pero, posiblemente, el músculo va recuperando más su movimiento.
Y la última fase se da entre el cuarto al sexto mes, cuando, progresivamente, se va disminuyendo la acción de la toxina. Se espera que a los seis meses desaparezcan los efectos del tratamiento aplicado y ya no haya medicamento accionando en la zona tratada, por ende, vuelve el músculo a contraerse y posiblemente, sea un buen momento para aplicar la sustancia de nuevo.
Por eso, en la mayoría de casos, lo recomendable es aplicar la toxina botulínica cada seis meses o al año, ya que con el tiempo, la liberación total en el cuerpo de esta toxina genera seguridad a largo plazo tanto para los beneficios como para los resultados.
Recomendaciones
Después de cuatro horas del procedimiento es esencial evitar frotar o masajear el área donde se administró la toxina botulínica, porque esto pudiera favorecer que el medicamento se disperse o se vaya para otras zonas llegando a generar ciertas complicaciones. También hay que evitar hacer actividad física, asistir a saunas, turcos o piscinas, principalmente entre las primeras 24 y 48 horas. Y no recostarse sobre la zona tratada al menos las siguientes 4 horas luego del tratamiento.
Mitos sobre esta toxina
La médica Johana Luna, graduada de la Universidad del Valle y quien trabajó como docente del programa de Dermatología y Cirugía Dermatológica de la misma institución, en el Hospital Universitario del Valle, manifiesta que la toxina es un tratamiento no invasivo, porque permite reincorporarse pronto a las personas a su vida normal, debido a la forma en que se administra, puesto que se aplica mediante inyecciones muy pequeñas directamente en los músculos específicos que se desean tratar. Aclara que es esencial que la toxina botulínica sea administrada por un profesional médico capacitado para minimizar los riesgos y asegurar resultados seguros y efectivos, y no debe ser administrada por personas que se dedican a otros oficios.
Ante la popularidad de esta toxina, la experta desmiente los mitos más comunes sobre su aplicación:
- Puede deformar el rostro: La toxina botulínica no deforma el rostro, ya que relaja los músculos tratados, no rellena ni confiere volumen en los lugares donde se aplica.
- Contagia enfermedades: El vial (frasco pequeño) de toxina botulínica viene en sellado estéril, si se siguen las técnicas de asepsia y antisepsia, medidas de bioseguridad adecuadas para la reconstitución del producto y aplicación, usando jeringas estériles, no debería haber ningún problema.
- Es un tratamiento muy costoso: Los productos que se utilizan para el cuidado de la piel tienen detrás todo un proceso de investigación, tecnología, innovación y un equipo de especialistas que trabajan por años para el desarrollo de un producto óptimo que garantice la calidad, seguridad, buenos resultados, y eso tiene un valor.
Por eso es importante a la hora de la aplicación de la toxina botulínica que la persona sepa qué tipo de producto se estará usando.
- Se atrofian los músculos de la cara: Su mecanismo de acción es relajar los músculos tratados a través de la liberación de acetilcolina en la placa neuromuscular, lo que previene la contracción muscular localtransitoria. Esto podría producir una reducción del volumen muscular teniendo un resultado estético positivo para algunos músculos.
Consecuentemente a este procedimiento, la calidad y pureza de la toxina botulínica son aspectos críticos y muy importantes en su aplicación, ya que los complejos proteicos, anteriormente presentes en algunas formulaciones, eran vistos como elementos que podrían interferir con la eficacia del tratamiento y aumentar el riesgo de reacciones adversas.
Los avances tecnológicos en los procesos de fabricación han permitido la producción de toxina botulínica altamente purificada, lo que ha mejorado la seguridad y la consistencia de los resultados para los pacientes.
Evolución
- La toxina botulínica ha presentado avances innovadores en la búsqueda de tratamientos no invasivos para combatir las arrugas y mejorar la apariencia de la piel.
- También se han generado espacios académicos con el fin de impulsar la excelencia clínica, profundizando en la comprensión de la evolución de las toxinas botulínicas como en nuevas técnicas de aplicación.
- En Colombia se llevó a cabo en octubre uno de esos espacios organizados por Merz Aesthetic Colombia, el Toxin Xpert Colombia, donde profesionales de la salud y especialistas profundizaron sobre técnicas avanzadas para mejorar la calidad de la piel, manejo de párpado superior, etc.
Regístrate gratis a nuestro boletín de noticias
Recibe todos los días en tu correo electrónico contenido relevante para iniciar la jornada. ¡Hazlo ahora y mantente al día con la mejor información digital!