Economía
Google se queda sin uno de los pioneros de la inteligencia artificial, quien advierte del peligro de la tecnología
Geoffrey Hinton, el padrino de la IA, desarrolló la tecnología que está en el corazón de chatbots como el ChatGPT. Ahora le preocupan sus implicaciones y riesgos.
Geoffrey Hinton, pionero de la inteligencia artificial, IA, de Google, renunció a la compañía después de darse cuenta de que las computadoras podrían ser más inteligentes que los humanos mucho antes de lo que él y otros expertos habían esperado. “Me consuelo con la excusa normal: si no lo hubiera hecho, alguien más lo habría hecho”, dijo el Hinton, en entrevista con ‘The New York Times’.
Hinton fue uno de los pioneros de la inteligencia artificial y en 2012, en compañía de dos de sus estudiantes sus estudiantes de posgrado de la Universidad de Toronto, crearon una tecnología que se convirtió en la base intelectual de los sistemas de IA que las empresas más grandes del sector tecnológico consideran clave para su futuro.
Sin embargo, esta semana sorprendió con su anuncio, afirmando que “esas empresas están corriendo hacia el peligro con su agresiva campaña para crear productos basados en la IA generativa, la tecnología que impulsa chatbots populares como ChatGPT”.
Asimismo, explicó que su renuncia la presentó con el fin de poder hablar libremente sobre los riesgos de la IA y lamentó el haber dedicado tanto tiempo de su vida a este trabajo.
Aseguró que le preocupa que los contenidos generados por herramientas de IA como ChatGPT o Dall-E llenen Internet de textos, fotografías y videos que no permitan a una persona media distinguir lo que es real. También el impacto que tendrá en el mercado laboral donde cree que podría quitar más que el trabajo pesado.
Asimismo, advirtió sobre las empresas que permiten que las herramientas de IA no solo generen su propio código sino también ejecuten dicho código por sí solas, y sobre el desarrollo de armas autónomas. “La idea de que estas cosas podrían ser más inteligentes que las personas, algunas personas lo creyeron. Pero la mayoría de la gente pensó que estaba muy lejos”, recalcó, reconociendo que él también veía este desarrollo a más distancia, a 30 o 50 años.
Cabe recordar que Hinton trabajó con Google durante más de una década y se convirtió en una de las voces más respetadas en este campo. “Me consuelo con la excusa habitual: si yo no lo hubiera hecho, habría sido alguien más”, dijo.
Este cambio marca un momento extraordinario para la industria tecnológica, quizá en su punto de inflexión más importante en décadas. Los líderes del sector creen que los sistemas nuevos de IA podrían ser tan importantes como el lanzamiento del navegador web a principios de la década de 1990 y podrían implicar avances en ámbitos que van desde la investigación de fármacos hasta la educación.
A través de un comunicado, el científico jefe de Google, Jeff Dean, afirmó que seguirán comprometidos con un enfoque responsable de la IA. “Aprendemos continuamente para comprender los riesgos emergentes al tiempo que innovamos con audacia”.
¿Quién es Geoffrey Hinton?
Hinton, británico expatriado de 75 años, es un académico de toda la vida cuya carrera se vio impulsada por convicciones personales sobre el desarrollo y el uso de la IA. En 1972, como estudiante de posgrado en la Universidad de Edimburgo, Hinton adoptó una idea llamada red neuronal. Una red neuronal es un sistema matemático que aprende habilidades analizando datos. En aquella época, pocos investigadores creían en la idea. Pero se convirtió en el trabajo de su vida.
En la década de 1980, Hinton era profesor de informática en la Universidad Carnegie Mellon, pero abandonó esa institución para irse a Canadá porque dijo que era reacio a aceptar financiamiento del Pentágono. En esa época, la mayor parte de la investigación sobre IA en Estados Unidos estaba financiada por el Departamento de Defensa. Hinton se opone de manera profunda al uso de la IA en el campo de batalla, lo que él califica como “soldados robot”.
En 2012, Hinton y dos de sus estudiantes en Toronto, Ilya Sutskever y Alex Krishevsky, construyeron una red neuronal que podía analizar miles de fotografías y enseñarse a identificar objetos comunes, como flores, perros y autos.
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